Marcelo Gallardo ve a un “River presente”, cuya contracara es la ausencia de juego y goles

Marcelo Gallardo, pensativo durante el partido que River igualó con Independiente 0-0 en Avellaneda; al equipo le falta gol y ajustar otras piezas
Marcelo Gallardo, pensativo durante el partido que River igualó con Independiente 0-0 en Avellaneda; al equipo le falta gol y ajustar otras piezas - Créditos: @Nicolas Aboaf

Volvió Marcelo Gallardo, pero el River que muchos imaginaban sigue oculto, no se hace ver, deambula entre sombras, continúa buscándose en su viaje interior. Por delante tiene tiempo y oportunidades, no se encuentra en una situación límite, pero el despegue se demora.

El empate 0-0 frente a Independiente no estableció ninguna evolución, lo retrató con carencias de partidos recientes. La más notoria: falta de juego y profundidad ofensiva. Segundo encuentro consecutivo sin marcar goles, tras la igualdad con Newell’s en el Monumental. Y no se trata de ineficacia o de puntería desviada. El problema es anterior: genera muy pocas situaciones. En más de 80 minutos contra un Independiente con un jugador menos por la expulsión de Santi López, solo fabricó un par de ocasiones.

Borja se lamenta, River no encuentra el gol
Borja se lamenta, River no encuentra el gol - Créditos: @Nicolas Aboaf

No sería justo comparar el primer ciclo de ocho años y medio de Gallardo con el poco menos de un mes de esta segunda temporada. Pero este breve muestreo de resultados empalma con el denominador común anterior. Resolvió lo que mejor se le da, la Copa Libertadores, con dos triunfos frente a Talleres por los octavos de final, y se estanca en lo que siempre más le costó, el torneo local, con cuatro empates en igual cantidad de cotejos.

Había gestos de preocupación entre los jugadores de River apenas concluyó el clásico. Gallardo, durante los 90 minutos, también había mostrado un semblante de insatisfacción, pero en la conferencia de prensa transmitió un mensaje optimista.

Lo más destacado de Independiente 0 - River 0

El Muñeco volvió repetidamente sobre un concepto que ya había expresado en otras conferencias: “Somos un equipo presente”. Con esto quiere significar que River podrá jugar mejor o peor, pero no se va de los partidos, cumple con lo mínimo exigido para ser competitivo. Esto se refleja especialmente en una mayor firmeza defensiva, conseguida a partir de una renovación casi completa con las incorporaciones de Bustos, Pezzella (jugó otro partido muy solvente) y Acuña. River no recibió goles en tres de los seis encuentros con Gallardo, y en los tres restantes sufrió un tanto en cada uno. Siempre dentro de un marco de resultados apretados, con dos victorias por un solo gol de diferencia. “No hemos sufrido atrás. En estas pocas semanas armamos una estructura defensiva sólida, pero eso debe ser acompañado con otras prestaciones”, fue la visión positiva del entrenador.

“Es raro, no podemos estar tantas fechas sin ganar en el campeonato, pero tampoco está todo mal, yo soy optimista”, dijo Gallardo. River está a nueve puntos del líder Vélez, y en el medio tiene a otros ocho equipos. En la Tabla Anual se ubica en puesto de clasificación a la Copa Sudamericana, no le está alcanzando para la Libertadores.

Por las eliminatorias para el Mundial, ahora se abre un receso de dos semanas, un espacio temporal muy reclamado por Gallardo para pulir y ajustar. Desde este martes hasta el sábado el plantel se concentrará para una minipretemporada en Pilar. Si bien queda una semana para el cierre del libro de pases, no habría más novedades en cuanto a refuerzos. Gallardo no hizo ninguna referencia a esa posibilidad.

Pezzella, una de las piezas que da seguridad en defensa, cabecea por encima de Loyola
Pezzella, una de las piezas que da seguridad en defensa, cabecea por encima de Loyola - Créditos: @Nicolas Aboaf

Contra Independiente, River tuvo una posesión del 71 por ciento, dio 322 pases más que su rival (552 contra 230) y tiró 26 centros. Números que no estuvieron acompañados por rendimientos individuales destacados del medio campo hacia adelante. Apurado Echeverri, apenas insinuante Meza, discontinuo Simón, incómodo Colidio, anhelante Borja de que le llegara algo limpio desde atrás. Un par de chispazos de los ingresados Mastantuono y Lanzini fueron insuficientes para echar luz entre tanta penumbra atacante.

“Veo una mejoría en lo físico, pero queremos ser un equipo con más fluidez en el juego. Soy cauto y optimista para encontrar ese vuelo porque tengo buenos jugadores”, fue la frase que resumió el pensamiento actual de Gallardo, en cuya cabeza sigue dando vueltas un River que aún no se ve en la cancha.