Marcelat Sakobi, la boxeadora que no quería dejar el ring tras la decisión de su derrota en París 2024

Marcelat Sakobi y Sitora Turdibekova no esperaron a medirse. Apenas sonó la campana se abalanzaron sobre la otra. Como si 9 minutos divididos en tres rounds fueran terriblemente escasos para mantener vivo su sueño. Nada más una de ellas tendría oportunidad de continuar en las competencias de boxeo de los Juegos Olímpicos de París 2024. La otra tendría que regresar a esperar, si acaso, otros cuatro años.

No puede decirse que Marcelat Sakobi no lo intentó. Es más, hizo todo lo que estaba en su mano. En sus puños. Antes de cumplirse el primer minuto del primer episodio la representante de la República del Congo ya se había dado el lujo de mandar a la lona a su contrincante de Uzbekistán. No de forma fulminante pero sí para dar un efecto de superioridad. Los gritos del público presente en la Arena París- Nord así lo dejaron saber.

A partir de ahí el combate cambió. la distancia entre ellas se hizo presente y la cautela fue evidente. Demasiados golpes al aire, sin encontrar un destino.

Muy diferente fue el segundo episodio, donde la combinación veloz de ambas trabó demasiadas veces la pelea. Más de tres ocasiones el juez tuvo que separarlas y llamarles la atención, sobre todo a Sakobi.

Para el tercer round el encuentro lucía muy parejo. Las tarjetas de los jueces evidenciaban que el triunfo podía ser para cualquiera. Y así fue. Por una decisión dividida de 3-2. Pero el brazo que levantó el árbitro fue el de Sitora Turdibekova ,de Uzbekistán, y no el de Sakobi, quien segundos antes había puesto su mano en su oreja en un ademán de querer escuchar un anuncio obvio, el de su triunfo, que nunca llegó.

Apenas escuchó el nombre de su rival, la transición de Marcelat Sakobi fue rápida, pero evidente. Una mueca de reclamo acompañada de un breve pataleo antes de tumbarse en la lona y gritar su descuerdo y frustración, haciendo caso omiso al gesto de Turdibekova quien se acercó a expresarle consuelo y retirarse rápidamente al ver que el sentimiento de Sakobi no iba a ceder así como así.

Sakobi literalmente estaba en un estado de negación, moviendo la cabeza de un lado a otro y no abandonaba el ring. Turdibekova ya se había marchado. Fueron instantes breves que a la luz de su desesperación se sentía cómo los segundos se alargaban. Al borde del llanto y de las cuerdas sabía que al salir del cuadrilátero su estancia en los Juegos Olímpicos habría terminado. Puso un pie fuera y quiso salir, pero se regresó al centro para cerrar el capítulo de la mejor forma. Inclinando su cabeza en agradecimiento, al mismo tiempo que se derrumbaba emocionalmente y las lágrimas ya brotaban.

Entonces bajó del ring y apretó los puños, mientras seguía gritando "no,no,no" una y otra vez, para desaparecer del escenario y despedirse de forma definitiva de París 2024.

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