Mar del Plata llamará a licitación internacional para recuperar y explotar el estadio José María Minella
MAR DEL PLATA.– Las precariedades de infraestructura que ofrece el estadio José María Minella, con una tribuna techada clausurada desde hace casi tres años por el nivel de corrosión y riesgo de desprendimientos, buscarán respuestas y soluciones en el sector privado. Así lo ha dispuesto el gobierno del municipio propietario del escenario, que es autor de un proyecto para abrirlo a licitación nacional e internacional en pos de algún inversor que haga las obras necesarias y lo explote con eventos de calidad.
La alternativa llega luego de casi dos años de rumores, anuncios y expectativa acerca de un interés manifiesto de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en hacerse cargo del estadio y convertirlo, como se había presentado, en “la futura casa de los seleccionados nacionales”.
Fotografías y encuentros entre el intendente local, Guillermo Montenegro, y el presidente de AFA, Claudio Tapia, circularon en varios momentos. En principio con un fuerte impulso, ratificado por el dirigente deportivo. Pero de a poco esa chance se diluyó.
En una conferencia de prensa, el jefe comunal anunció este jueves que se abrirá una licitación nacional e internacional para que un operador privado no solo se haga cargo del mundialista, inaugurado en 1978, sino también del estadio polideportivo Islas Malvinas, construido en 1995 y que desde entonces tiene una agenda cargada de espectáculos deportivos y musicales, en razón de su capacidad para hasta casi 8000 espectadores.
El proyecto, que será elevado para su evaluación en el Concejo Deliberante, en el que el oficialismo tiene mayoría propia, contempla que quien se haga cargo de ambos estadios también deberá afrontar entre sus costos el mantenimiento del Parque Municipal de los Deportes. Se refiere al predio que contiene a ambos escenarios y donde además funcionan una pista de atletismo, un natatorio, un velódromo y una cancha de hockey sobre césped.
“Vamos a priorizar a quien proponga un vínculo que asegure la presencia de los seleccionados argentinos de fútbol”, anticipó Montenegro sobre el interés de lograr que quien explote el estadio municipal garantice no solamente el acondicionamiento de la infraestructura sino también una agenda de espectáculos de calidad, tanto durante los veranos como en temporada baja.
Mauro Martinelli, secretario de Hacienda, Legal y Técnica del municipio, confirmó que la propuesta que se pondrá a debate entre los concejales contempla una concesión del estadio por 30 años con opción a una prórroga por otros 10. Consideran que con esos plazos habrá margen para invertir y lograr rentabilidad. En ese potencial acuerdo se incluye el valor que tendrá, a la hora de definir el operador, la posibilidad de contar con seleccionados nacionales argentinos de fútbol –el mayor o juveniles– entre las presentaciones que lleguen.
El estadio está en condiciones de fragilidad. La tribuna techada lleva mucho tiempo cerrada al público y apenas alberga actividad en las cabinas de transmisión que ocupan la prensa radial y la televisiva. Una inspección de peritos de Bomberos y la Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte (Aprevide) coincidió en aquel momento en que la estructura metálica que sostiene esa cubierta puede ceder, debido al deterioro y la falta de mantenimiento.
“No es un problema de estos últimos cuatro, sino de más de 30 años”, remarcó Montenegro al advertir ese estado de situación como una consecuencia del tiempo transcurrido sin obras que fueran más allá del maquillaje. Hubo pintura, recambio de algunas butacas, pero toda la estructura metálica –tanto el techo como las columnas de iluminación– está perforada por el óxido, un mal muy vinculado con la cercanía a la costa marítima.
Vale recordar que el estadio, uno de los tres construidos para el Mundial de 1978, es el único de ellos que está en manos de un municipio. Los de Córdoba y Mendoza dependen de las respectivas provincias, que, lógicamente, tienen presupuestos mucho más holgados que una comuna para solventar los costos de mantenimiento de una infraestructura monumental y compleja. En este caso, el Minella fue convirtiéndose, año tras año, en un elefante blanco.
Quedó pendiente un estudio profundo que se encargaría a profesionales de la Universidad Nacional de Mar del Plata para evaluar el estado de situación y las posibilidades de reparación. Entonces ya se trataba de una cifra millonaria que el municipio no estaba en condiciones de afrontar. La provincia hizo un intento, pero no encontró lugar. Así que todo sigue igual.
Aun así, el estadio está vivo. Hace dos semanas se jugó allí el segundo clásico del año entre Alvarado y Aldosivi, los dos clubes más populares de la ciudad, que militan en la Primera Nacional. La hinchada del equipo de Mataderos colmó las tres tribunas habilitadas, con más de 20.000 entradas vendidas. El pecado a la vista fue esa platea cubierta, desnuda de público. El resto fue una fiesta.
Ambas instituciones, a partir de una ordenanza municipal, utilizan el escenario sin costo para sus participaciones en torneos de AFA. Como contraprestación, solo deben utilizar una publicidad de la ciudad en sus camisetas o en los pantalones. Desde la comuna confirman que en caso de que aparezca un operador privado, las instituciones marplatenses tendrán siempre prioridad para su localía en este escenario.
El estadio ha recibido no solamente copas internacionales –el seleccionado argentino, con Diego Maradona como capitán, ganó la Artemio Franchi en 1993 en el Minella– sino también los tradicionales torneos de verano, con los mejores equipos del país y algunos del exterior. También hubo partidos de rugby y, sobre todo, recitales de música. Esa gama de posibilidades quedará abierta para el inversor que se anime a hacerse cargo del mundialista.
En el paquete tendrá el polideportivo, un escenario más nuevo y mejor mantenido. Siempre con algo por mejorar, pero apto para competencias, shows y reuniones. Hace dos meses fue sede de una etapa del circuito internacional de pádel, que se desarrolló en una semana a plateas completas. El sábado pasado tuvo más de 6000 espectadores en un recital del cuartetero Luk Ra y otro tanto se espera para este sábado, cuando allí toque la banda Divididos, un visitante frecuente de esas tablas.
“Quiero que dejemos de poner parches. Me siento el plomero del Titanic”, dijo Montenegro en su ánimo de encontrar una solución de fondo. El acuerdo con Tapia no prosperó, aun cuando el propio titular de AFA había dado algunas señales positivas al proyecto. Ahora la alternativa pasa por un inversor privado.