Las “Malvinas” de Nicolás Maduro: la propaganda chavista en el conflicto creciente con Guyana
BOGOTÁ.– Asediado por el fenómeno político llamado María Corina Machado y por el reimpulso opositor, Nicolás Maduro pasó al contraataque con una nueva apuesta bajo el brazo: el despertar nacionalista. “La ultraderecha es antipatria, se les sale por los poros los vendepatrias. Empezaron una campaña contra el referéndum del Esequibo, que viola los acuerdos de Barbados y que ofende al pueblo”, vociferó el presidente venezolano, rodeado de los principales líderes del chavismo.
Maduro no se conforma con dinamitar los acuerdos parciales de Barbados al ordenar al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que anule las primarias de la oposición. El “conductor de victorias” ha dado un paso más allá al acusar a la Plataforma Unitaria y a Machado, ganadora de las primarias, de violar los acuerdos de Barbados y traicionar a la nación.
En esta ocasión, la estrategia revolucionaria pasa por aprovechar el sentimiento nacionalista en torno al territorio fronterizo del Esequibo, 150.000 kilómetros cuadrados situados al oeste del río Esequibo, en disputa con Guyana desde hace dos siglos y que administra Georgetown. Un territorio olvidado por Hugo Chávez y por el propio Maduro durante dos décadas, al tratarse Guyana de un aliado histórico de Cuba y por formar parte de la comunidad caribeña, a la que Caracas siempre ha acudido para conseguir apoyos internacionales. Se da la circunstancia de que Machado encabezó hace más de una década distintas acciones, sin éxito, para forzar al chavismo a que no olvidara la reclamación del Esequibo.
Los vientos han cambiado tras los millonarios descubrimientos energéticos en ese territorio, que han torcido la estrategia chavista con respecto a Guyana, a cuyo presidente Maduro acusa de ser un “pelele a sueldo de la Exxon Mobil”, petrolera estadounidense responsable de los hallazgos. El gobierno bolivariano ha convocado un referéndum para el 3 de diciembre acerca del Esequibo, con cinco preguntas farragosas y de “perogrullo”, como las define la excandidata opositora Tamara Adrián.
Inyección de esteroides
“Maduro intenta inyectar esteroides nacionalistas a su campaña por la reelección y desea polarizar una opinión pública que sigue a la estela de los efectos de las primarias. Desea unir, en torno a su figura, uno de los puntos en la que coinciden la totalidad de los venezolanos: la herida fronteriza que hay al este de nuestro territorio. Nada como un conflicto fronterizo, con vocación bélica, para intentar lavar la cara y movilizar a los ciudadanos en sus horas más bajas de popularidad”, subrayó a LA NACION el sociólogo Gianni Finco, que ha constatado cómo desde la propagada bolivariana ya se compara el caso del Esequibo con las Malvinas argentinas.
“Existe la posibilidad de que el régimen recurra al Esequibo como la dictadura argentina hizo con las Malvinas para confundir y distraer de la enorme derrota (2.400.000 venezolanos votaron en las primarias). Todos apoyamos la reclamación legítima sobre el Esequibo por vía del derecho sin necesidad de referéndum”, advirtió Ángel Rafael Lombardi, antiguo Premio Nacional de Historia.
El referéndum, las declaraciones de las partes, los movimientos de tropas y la construcción de una pista para aviones militares marcan la escalada entre ambos gobiernos.
“El presidente de Guyana, Irfaan Ali, toca tambores de guerra y amenaza la paz de nuestra América Latina y el Caribe, violando la declaración de los países Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe). El guión hecho por Exxon Mobil para sembrar una confrontación entre dos países vecinos lo sigue al pie de la letra”, arengó también la vicepresidenta chavista, Delcy Rodríguez.
Una de las preguntas de la consulta contempla la creación de un estado en la Guyana Esequiba, que sería anexionado por Caracas. “Tienen el potencial de incitar a la violencia y amenazar la paz”, contraatacó el gobierno de Guyana, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos.
Las autoridades de Georgetown hicieron público la semana pasada un nuevo hallazgo significativo de oro negro y la concesión de licencias de extracción a varias compañías internacionales. Venezuela respondió con movimientos de tropas en dirección a la frontera y su ministro de Defensa, el general Vladimir Padrino, amenazó a sus vecinos: “Tendrán una respuesta contundente y proporcional”.
El Ejército además ha aprovechado la coyuntura para construir una pista de aterrizaje muy cerca de la zona en disputa, visitada también por Ali en un “show mediático guerrerista”, según Caracas.
En el ámbito internacional, la reclamación venezolana no acaba de convencer. En abril de este año, la Corte Internacional de Justicia falló en contra de Caracas, que apeló sin éxito. Este mismo tribunal ha recibido la solicitud de Georgetown para que el gobierno bolivariano decline llevar a cabo la consulta popular, parte de un “plan siniestro para apoderarse de territorio guyanés”.
“La desesperación de Maduro lo lleva a cometer graves errores como este. El próximo paso será, bajo el respaldo del referéndum consultivo, imponer un estado de emergencia para recuperar el territorio en disputa y suspender la elección presidencial de 2024″, aventuró el exmilitar Hebert García Plaza, alto cargo chavista en su día.