Luis Vicente León: “Es la primera vez que el chavismo enfrenta un adversario unido y mayoritario”
Para Luis Vicente León, presidente de la consultora de opinión venezolana Datanálisis, el resultado de las elecciones del domingo, donde el candidato opositor Edmundo González Urrutia parte con una clara diferencia en las encuestas sobre el presidente Nicolás Maduro, se definirá también en base a otros factores menos tangibles, como la capacidad de movilización.
En diálogo con LA NACION, sostuvo que el chavismo apuesta a que sus estrategias de movilización y organización le surtan efecto como otras veces y den vuelta una elección presidencial en los papeles más en contra que nunca. Y si bien no descarta un eventual “megafraude”, asegura que el eventual costo para el gobierno sería realmente alto.
–Cómo puede resumir lo que ha sido esta campaña en términos de limpieza electoral?
–Es claramente una elección semicompetitiva. La elección semicompetitiva es cuando el gobierno utiliza recursos del Estado, tiene mayor control institucional, puede tomar decisiones que afecten las decisiones de su adversario. Es una cancha inclinada. Sin embargo, y eso es lo importante de la elección venezolana, en una elección así el gobierno corre riesgo. Hay algunas variables que controlas, que te dan ventajas, pero otras están fuera de tu control y te pueden hacer perder.
–¿Cuáles fueron las ventajas específicas que usó el chavismo ?
–El evento más importante fue la imposibilidad de que la ganadora de las primarias opositoras, María Corina Machado, pueda participar. No puedes tener una elección competitiva si el candidato que quiere la mayoría no puede participar. El siguiente paso fue todavía más agresivo, que fue impedir que Corina Yoris, que era la candidata escogida por María Corina como sustituta, que venía de su grupo más radical, también fuera excluida.
–¿Por qué frenó ahí el chavismo? Después Edmundo González sí pudo ser candidato.
–Porque la inhabilitación de María Corina y de Corina Yoris tenían que ver con la idea de que el chavismo jamás iba a aceptar enfrentar en campaña ni tener que negociar con el ala radical de la oposición. Ellos consideran que los del ala más radical han intentado golpes, que han hecho convocatorias a invasiones militares, etc. Y si vas a una elección semicompetitiva donde sabes que corres un riesgo, tienes que prepararte a que cualquier negociación futura sea con los moderados. Porque los radicales no son negociadores.
–¿Qué otra estrategia usaron?
–Otra estrategia fue impedir que cuatro millones y medio de venezolanos en el exterior, con perfil mayormente opositor, pudieran votar. Y luego también duplicaron los centros de votación por todo el país. Las ponen por ejemplo donde existen más empleados públicos, dependientes de los bonos, de los repartos de comida. Y no solamente para que tú puedas votar, sino para que yo pueda llevarte. Es una ventaja para el gobierno porque tiene una capacidad de movilización infinitamente más grande que la que puede tener la oposición.
–¿Esta movilización tiene que ver con los cinco millones de votos que dicen necesitar?
–Todo su trabajo ha estado basado en garantizar una tasa mínima de participación de su gente, movilizada por ellos, verificada por ellos, bajo la tesis de que van a votar por ellos. Porque son empleados públicos, tienen relaciones utilitarias, reciben bonificaciones, participan en las milicias, pueden ser militares, policías, es decir son gente que tiene una relación y que ellos presumen que van a votar por ellos, o que presionan para que voten por ellos. Entonces construyen toda una maquinaria para asegurar esa base.
–Si soy empleado administrativo y quiero votar a la oposición ¿me llegan mensajes directos para votar por el chavismo?
–Totalmente. El Estado tiene toda la información específica de todos los empleados públicos, de toda la gente que recibe bonificaciones del Estado, de todos los contratistas, de todos los militares. Pero además lo tiene geolocalizado, dónde está su casa, en qué centro vota, cuántas veces votó en el pasado. Todo eso está tecnificado, y le van a mandar un mensaje por su celular, le mandan una comunicación del ministerio, le recuerdan básicamente que hay que sostener la revolución.
–Las elecciones de 2015 fueron las primeras que ganó la oposición. Y en la previa decían que para superar los ventajismos del gobierno debían lograr un aluvión de votos. ¿Ahora es el mismo escenario?
–Claro, es algo parecido. La diferencia es que esta es la primera vez que ellos [el chavismo] enfrentan un adversario que viene unido y mayoritario. Ellos han hecho esto muchas veces, pero siempre desde una perspectiva donde son mayoría o son cercanos al adversario, que están empatados o han sido mayoría. Ellos nunca han hecho todo esto para cerrar una brecha en contra, y aquí van contra una brecha en contra. Es la primera vez que el chavismo va contra un actor que luce preferido. La pregunta con el chavismo es: ¿Tiene suficiente para cerrar la brecha? Porque tenía suficiente para ganar cuando estaba bien, pero no se sabe si tiene suficiente para cerrar cuando está mal.
-¿Cómo se traducen los números de las encuestas favorables a la oposición en voto efectivo?
–La encuesta te da información, pero no te proyecta resultados. ¿Por qué? Porque entre la preferencia y el voto está la abstención, la movilización, el control institucional, la presión que se genera. Yo te puedo decir que quiero votar a Edmundo González, pero si vienen, me amenazan que voy a perder mi empleo, hay un tipo en el centro de votación, no hay un testigo opositor… yo puedo terminar votando por quien no quería.
–Si avanza la noche del domingo y esta ingeniería no les alcanza… ¿se viene el fraude?
–Nunca jamás puedes estar seguro que tú puedes apretar la bomba atómica de un megafraude. Tú aprietas un megafraude cuando tú controlas todo tu sector y todo el sector militar, estás seguro que puedes enfrentar la reacción de la población mayoritaria en contra tuyo, y tienes alternativas claras de pacificar una protesta. Eso puede pasar en el momento o puede pasar después que tú intentes no reconocerlo y pierdes el control. Ahora también tienes los casos en los que el gobierno ha logrado simplemente mantenerse y punto, es decir que ha hecho megafraude. Están los dos casos, eso es una incertidumbre. ¿Puede ganar Edmundo González? Claro que puede ganar. La pregunta es si el gobierno lo reconocería o no.
–¿De qué dependería?
–Eso va a depender de cómo son las fuerzas internas y cuáles son las negociaciones y costos de salida desde el gobierno. Si tú como oposición pretendes ganar y cerrar todas las puertas de negociación, plantear unos costos infinitos de salida, pensar que puedes destruir a todas las fuerzas que están perdiendo, los has amenazado y les ha dicho “ladrones y narcotraficantes, los voy a destruir”, y no hay negociaciones, la respuesta es el fraude y el no reconocimiento. Porque no tienes otro escenario. Con un costo de salida infinito, nadie te va a reconocer.
–Por eso de los halcones y moderados que decía antes…
–Exactamente, con los moderados tú puedes negociar un proceso, con el que al final abres la puerta a un reconocimiento, y que le permitas incluso a los actores internos del chavismo decir “mira, sabes qué, nuestro costo de permanecer es mayor que nuestro costo de salida, porque nosotros podemos salir, mantenernos e incluso regresar como Ortega en Nicaragua”. O regresar como muchos otros jugadores, como los peronistas en la Argentina, que también han salido. Lula, que salió y volvió en Brasil. Eso es distinto que decir “tú vas a salir, te voy a llevar a la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad”. Bueno, entonces vamos a pelear aquí, directo.
–Recién habló del peronismo. El expresidente Alberto Fernández dijo sobre las elecciones venezolanas que “el que gana, gana y el que pierde, pierde”. Y acto seguido el chavismo le retiró la invitación que le hizo de veedor…
–El gobierno venezolano es muy sensible a las declaraciones que consideran intervencionistas. Nunca entregan invitación de observador sino de acompañante. No aceptan que el proceso esté compartido con comisiones ni misiones extranjeras. Es un proceso que controla el Consejo Nacional Electoral y por lo tanto si un acompañante se introduce en el tema político va a correr igual suerte.