Libia anuncia mayor control en su frontera con Túnez para luchar contra la migración
Trípoli, 6 sep (EFE).- El ministro de Interior del Gobierno libio de Unidad Nacional (GUN), Imad Trabelsi, anunció este miércoles la instalación de cámaras de vigilancia y el despliegue de fuerzas de seguridad en sus 450 kilómetros de frontera con el vecino Túnez para luchar contra la migración irregular, un fenómeno "intencionado" por terceras partes.
En una conferencia de prensa, el responsable aseguró que algunos países y organizaciones internacionales están tratando de "reasentar" a los migrantes en el país magrebí y afirmó el cierre de varios centros de acogida que estaban controlados por grupos armados con el fin de lucrarse con la trata de personas.
"Libia es un país de tránsito, no un destino de migrantes, y no están satisfechos con las repercusiones de este expediente en nuestro país al igual que los países de destino", señaló Trabelsi.
Por ello adelantó la puesta en marcha de una estrategia nacional a través de las diferentes sedes regionales de la Dirección Nacional de Seguridad y la Agencia de Lucha contra la Inmigración Ilegal. En este sentido, expresó su voluntad de cooperar con los países europeos para reforzar sus fronteras terrestres y marítimas de acuerdo con los acuerdos bilaterales ratificados.
El ministro se felicitó por los avances logrados en materia migratoria durante el primer semestre y reveló el retorno "voluntario" este miércoles de un total de 270 personas migrantes originarias de Somalia, Sudán, Nigeria y Bangladesh por vía aréa y terrestre e insistió en que estas operaciones de deportación continuarán de manera regular.
"Golpearemos con mano de hierro a todos los que comprometen la seguridad y la estabilidad de Libia y adoptaremos una postura seria contra los traficantes", advirtió, lamentando que "Libia ha pagado un gran precio al acoger a migrantes y brindarles ayuda".
El pasado 10 de agosto los ministros de Interior libio y tunecino firmaron un acuerdo para reforzar la cooperación en la crisis migratoria después de que un millar de personas fueran detenidas de manera arbitraria por las autoridades tunecinas y expulsadas a la fuerza en la frontera, sin acceso a agua, comida o asistencia humanitaria.
Cientos de ellos permanecieron durante cerca de un mes bloquados en estas zonas desérticas y al menos 27 personas fallecieron debido a las duras condiciones, sumadas a las temperaturas que superaron los 40 grados.
Ante las críticas de la comunidad internacional Túnez denunció una "campaña de desinformación" para desestabilizar el país y defendió que afronta un flujo de migrantes "sin precedentes".
A principios de año, el país vivió una ola de racismo después de que el presidente Kais Said- que se arrogó plenos poderes en julio de 2021 "para preservar la paz social"- denunciara la existencia de "hordas" de subsaharianos como parte de una "conspiración" para cambiar la identidad "arabo-musulmana".
(c) Agencia EFE