Lewis Hamilton: ¿le hacía falta correr en Ferrari para entrar en la historia? Razones de una decisión que conmueve a la Fórmula 1
“¡Mirá si un tipo como Hamilton va a necesitar ir a Ferrari para demostrar que es un grande de verdad!”. La sentencia, en una noche de anécdotas apasionadas sobre la Fórmula 1, abrió el debate sobre el valor alcanzado por el británico en la historia del deporte mundial. Que es una afrenta compararlo con Michael Schumacher, que no le llega ni a los talones a Juan Manuel Fangio, que está lejos, lejísimos, de Ayrton Senna, que la telemetría, que el DRS, que el cambio de caucho, que... El glosario de argumentos (¿cuestionamientos?) nos podían catapultar a una distorsión tal que hasta correríamos el riesgo de dudar de sus dotes de piloto...
El “rumor de buena fuente” de tantas veces esta vez no fue mero rumor. Lewis Hamilton, a los 39 años, heptacampeón mundial de la categoría más fascinante del automovilismo y a la que la serie Drive to Survive reflotó y acercó a las masas neófitas en los últimos años, se va a subir a una Ferrari. A esas que alguna vez el piloto francés Jacques Laffite catalogró como “las Pavarotti de la Fórmula 1″. La información matutina hizo eclosión en Europa, sobre todo, claro, en Italia. E impactaron hasta en Wall Street: las acciones de la bolsa de la Scuderia en Nueva York treparon 7000 millones de dólares en cuestión de horas. ¡Un auténtico bombazo! Un shock de mercado. Un anuncio conmovedor, para algunos emocionante. Porque existe eso de “ah, sí, pero ojo que le falta correr en Ferrari”. Como un sello distintivo para cualquier currículum de un ilustre.
BREAKING: Lewis Hamilton to join Ferrari in 2025!#F1 @LewisHamilton @ScuderiaFerrari pic.twitter.com/M5QrB5pM8G
— Formula 1 (@F1) February 1, 2024
Hamilton tenía arreglado un contrato por las temporadas 2024-2025 con Mercedes, la casa alemana con la que ganó seis de sus siete títulos mundiales en 2014, 2015, 2017, 2018, 2019 y 2020 (el otro fue McLaren, en 2008), pero con un dato clave: la cláusula para romper el acuerdo en el segundo de esos años. Como si se guardara una carta para hacer la movida histórica. Probablemente los rumores de otros tiempos, de mucho antes de que la casa italiana contratara a Charles Leclerc y a Carlos Sáinz Jr., no hayan sido sólo humo, sino una idea que rondaba en la mente de un deportista prodigioso, de una persona de carácter. Un perfeccionista.
Hamilton nació para ganar y las últimas temporadas, luego del cachetazo final que le propinó Max Verstappen en Abu Dhabi 2021 con Red Bull, no estuvo con chances reales de pelear. Es más, en 2022 se lo vio deambular por posiciones distantes a la lucha por los puntos importantes. Un contraste doloroso, frustrante, para un supercampeón. Y justo cuando Toto Wolff, director de Mercedes, le acababa de prometer “un auto competitivo” para disputar el liderazgo con el neerlandés, llega el adiós movilizador. Para muchos, fue como un piñazo del viejo Tyson.
Porque no hablamos de plata. Ganar una octava corona para superar a la leyenda Schumacher y hacerlo en el Cavallino sería el cierre de carrera perfecto para Hamilton. ¿Lo necesita? No puede necesitarlo alguien que ya ganó lo que él ganó, con más de 100 victorias (103). Seguramente habrá sentido que algo le faltaba a su vida. Los astros competitivos no sólo piensan en cantidad, sino que los seduce la calidad, la historia. Son dueños de un espíritu distinto al de sus colegas, muchos de ellos muy buenos por cierto. Pero los elegidos conforman una raza exclusiva.
Habrá que ver si la Ferrari 2025 (siempre y cuando no se adelante el desembarco, otro rumor que circuló este jueves) resulta más confiable que el Mercedes que ya conoce de memoria –y que en 2023 terminó detrás de Red Bull en el Mundial de Constructores–, lo mismo que a sus ingenieros y a todo el team que lo rodea. Hamilton, de antigua relación con Frederic Vasseur (Director de Ferrari) en el GP2, sustituirá a Sáinz Jr. y va a compartir formación con Leclerc, uno de los grandes pilotos de los últimos tiempos y que cada inicio de temporada hace soñar a los tifosi.
Prestigio, glamour, fans, presupuesto, historia, magnetismo, pasión, Monza. Ferrari brinda un mundo único a sus pilotos. Pero también suele ser un torbellino de peculiaridades y dolores de cabeza. Y no todos están preparados para ese mundillo...
La Scuderia no gana un campeonato desde 2007, de la mano de Kimi Raikkonen (y lo hizo porque entre Hamilton y Fernando Alonso dilapidaron la conquista para McLaren de manera insólita). Previamente a ese título, se dio la gloriosa etapa de Schumacher (5 conquistas seguidas de 2000 a 2004). Pero Ferrari no volvió a celebrar. Pasaron 16 años. Demasiado para un equipo de este renombre. En el medio hubo malas decisiones, errores en boxes, fallas de los pilotos, autos poco confiables, despidos de ejecutivos de alto rango. Ferrari no pudo evitar ser víctima de burlas en las redes sociales, con memes que aún siguen circulando. Muchas veces, “la Ferrari se choca sola”.
Hamilton llegará para intentar cambiar la ecuación. Casi como Schumacher lo hizo en 2000, cuando las amarguras en Maranello no cesaban y remitían la última gran sonrisa al título ganado por el sudafricano Jody Scheckter en 1979. ¡Fueron 21 años de suplicios a la italiana! Una herejía.
Se trata, además, de un piloto cuya idiosincrasia lo ubica en un punto diferente al de un simple conductor de Fórmula 1. Hablamos de alguien que sufrió de bullying escolar, militante en la lucha contra el racismo, vegano, ambientalista, defensor de los derechos de los animales, cultor de modas de vestimenta no convencionales. Una persona ávida de explorar lo exótico, como cuando en diciembre de 2022, con un grupo de amigos, llegó a la Argentina para realizar un crucero por la Antártida y recorrer los hielos.
Toto Wolff no pudo torcer el destino. Reunió de urgencia a su equipo y les dijo que Hamilton se va (no está definido quién lo reemplazará en 2025). “Aceptamos la decisión de Lewis de buscar un nuevo desafío. Todavía nos queda una temporada y estamos concentrados en competir para lograr un 2024 sólido”, señaló.
Y Hamilton, cuyo último contrato fue por 33 millones de euros por año, vivirá un 2024 con una energía desconocida. Desde las tribunas, los tifosi lo verán pasar con su Mercedes, pero palpitando todo lo que vendrá. “He pasado 11 años increíbles con este equipo y estoy muy orgulloso de lo que hemos logrado juntos”, dijo Lewis. “Mercedes ha sido parte de mi vida desde que tenía 13 años. Es un lugar donde crecí, por lo que tomar la decisión de irme fue una de las más difíciles que he tenido que tomar. Pero es el momento adecuado para dar este paso y estoy emocionado de asumir un nuevo desafío”, agregó.
Your 2025 line-up for Scuderia Ferrari! 🤯🤩#F1 @ScuderiaFerrari pic.twitter.com/EUBpsTnVue
— Formula 1 (@F1) February 1, 2024
Se cumplirá un anhelo personal del presidente de Ferrari, el estadounidense John Elkhann, que quería tener a Lewis antes de que se retirase. Llega a Ferrari el séptimo campeón del mundo que vivirá una experiencia insoslayable en la Fórmula 1: los anteriores fueron Giuseppe Farina, Juan Manuel Fangio, Alain Prost, Michael Schumacher, Fernando Alonso y Sebastian Vettel.
Hamilton en Ferrari. La leyenda continúa.