Landon Donovan, el 'Capitán América' que bajó a México de su nube

Landon Donovan celebrando el gol contra México en el Mundial de Corea-Japón 2002. (Photo by Shaun Botterill/Getty Images)
Landon Donovan celebrando el gol contra México en el Mundial de Corea-Japón 2002. (Photo by Shaun Botterill/Getty Images)

Landon Donovan selló su pacto de odio con México el 17 de junio del 2002. Ese día Estados Unidos eliminó a México del Corea-Japón 2002. La madrugada más triste en la historia del futbol mexicano fue obra de un irreverente enganche que aprendió los secretos del juego entre latinos. El verdugo del tricolor hablaba español y tenía en sus botines la chispa del clásico diez sudamericano. De gringo tenía poco, lo elemental: el pasaporte y una autoestima indestructible.

Era el enemigo perfecto. México lo necesitaba y él necesitaba a México. Hoy en día no abundan jugadores como él. Todo es demasiado diplomático. Capitán América nunca entendió de tibiezas. Le gustaba ganar y provocar. Lo mismo podía burlarse de Oswaldo Sánchez tras un gol que orinar impunemente en el Estadio Jalisco. La afición lo odiaba como nunca odió antes a ningún otro futbolista. Y él se sentía feliz con eso

El futbol sigue siendo ajeno a la cultura deportiva de Estados Unidos. Lo han intentando y hoy en día cuentan con varios jugadores en la élite europea. Van a su ritmo y lo hacen a su modo. Juegan con el estilo disciplinado y rígido que le adjudican a los deportes colectivos. Donovan tenía otro manual de usuario. Claro que ponía al equipo por encima de todo: por eso fue capitán y ejerció un liderazgo sin fisuras. Pero sentía el juego de otro modo. Le hervía la sangre con el balón en los pies.

Donovan festejando durante la Copa Oro 2007, trofeo que ganó su selección tras vencer a México por 2-1. (REUTERS/John Gress)
Donovan festejando durante la Copa Oro 2007, trofeo que ganó su selección tras vencer a México por 2-1. (REUTERS/John Gress)

Lo aprendió de sus compinches latinos en el sur de California. Sólo había tres estadounidenses en el equipo de su infancia. El resto hablaba español. No sólo aprendió el idioma, lo cual era obligatorio si quería tener una buena comunicación: aprendió a jugar como lo hacen los latinos. Con ingenio y picardía, con irreverencia y elegancia a partes iguales. Donovan encontró su lugar en el mundo en el soccer.

“Para mi el estilo latino es la única manera de futbol que conozco, así fue como crecí jugando, técnicamente aprendí mucho de ellos, aprendí de la pasión que tienen ellos por el juego y eso me ayudó mucho en mi carrera”, dijo en 2014 a la revista oficial de Xolos.

Por eso tenía esa habilidad para encontrar el talón de Aquiles de los mexicanos. Cada gol era una afrenta en el orgullo por partida doble: el ardor de perder y la estocada de haber educado al victimario. Los latinos con los que aprendió a jugar futbol le dieron la llave maestra. Landon patentó el dosacerou. Lo hizo con la fuerza del ejemplo. Durante su estancia en el US Team, Donovan participó en cinco partidos contra el Tri que terminaron 2-0.

Le marcó un total de seis goles a México. Ninguno tan doloroso como el de 2002. Donovan finiquitó un contragolpe que liquidó las esperanzas tricolores. El equipo azteca nunca estuvo tan cerca del quinto partido. El sueño murió en manos de un joven pero implacable Capitán América. Las provocaciones estaban a la orden del día. No tenía ningún reparo en fingir clavados en los entrenamientos previos a cada clásico. Era su forma de entender la rivalidad. “Quiero verlos de rodillas, quiero verlos humillados, quiero verlos llorando”, dijo previo a un partido de 2005.

También lo hizo en la Copa Oro 2007, cuando un penal suyo le dio la victoria a Estados Unidos. La etiqueta de “Gigante de la Concacaf” nunca estuvo en entredicho: México era el mandamás de la región. Hasta que llegó Landon Donovan y reescribió la historia. Cada partido tenía algo que contar gracias a él. Donovan era el villano que la rivalidad entre México y Estados Unidos necesitaba.

Donovan es considerado el mejor futbolista en la historia de Estados Unidos. (Orlando Ramirez-USA TODAY Sports)
Donovan es considerado el mejor futbolista en la historia de Estados Unidos. (Orlando Ramirez-USA TODAY Sports)

La afición mexicana amaba odiarlo. Nunca antes existió un enemigo tangible. Donovan reemplazó a los malditos penales y al "ya merito". El Clásico de la Concacaf casi siempre fue una ridiculez. Landon Donovan le dio una razón de ser. Llevó a Estados Unidos a una Final de Confederaciones y reprimió cada intento de rebelión mexicana. Pero hubo algo de lo que nunca se enteró: muy en el fondo, le teníamos cariño.

Se le ha extrañado durante mucho tiempo. Hoy Christian Pulisic intenta tomar su lugar. De a poco, hace los méritos, pero todavía le queda mucho camino por recorrer. Landon Donovan fue un auténtico Capitán América. Tenía la mentalidad de un soldado y la magia de un latino. Por eso amábamos odiarlo. Es imposible no recordarlo con nostalgia.

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