Juegos Panamericanos Santiago 2023: un parque deportivo y de diversiones que late con el Estadio Nacional como epicentro

El público chileno se fue entusiasmando a medida que transcurrieron las jornadas
El público chileno se fue entusiasmando a medida que transcurrieron las jornadas - Créditos: @NICOLAS ABALO/SANTIAGO 2023 via

SANTIAGO DE CHILE.- “Nuestro punto de encuentro”, reza el slogan oficial. Calza perfecto para describir cómo bulle la sede principal de los Juegos Panamericanos, el predio de 64 hectáreas de la comunidad de Ñuñoa que tiene al Estadio Nacional como punto neurálgico. En esta suerte de parque deportivo y de diversiones es donde confluye la mayoría de las disciplinas del programa: 30, nada menos, incluyendo las específicas para los Parapanamericanos, que vendrán después. Es un sitio que late en todo momento, en el que la muchedumbre va y viene con caras de felicidad y mucho de orgullo. Sucede que los chilenos se sienten en el foco de atención, porque el país trasandino ha sido históricamente postergado a la hora de organizar eventos deportivos: hay que retroceder hasta el Mundial de 1962 y la Copa América 2015 para encontrar un acontecimiento de esta escala.

Por fin, el público local tiene buena parte de lo mejor del deporte de la región en casa y la fiebre deportiva va en alza al promediar la competencia. “La respuesta de la gente fue impresionante. Superamos el millón de entradas emitidas”, celebró Harold Mayne-Nicholls, director ejecutivo de los Juegos. Santiago 2023 vendió la misma cantidad de tickets en los últimos siete días que en los tres meses anteriores, cuando la cartelería escaseaba y el ciudadano común parecía no estar muy familiarizado con el acontecimiento que se venía. En suma, la organización puso a la venta cerca de 1.200.000 localidades para todas las sedes, de las cuales quedan poco menos de 200.000.

Hinchas de México, Chile y Colombia, unidos por la pasión del deporte, con el Estadio Nacional de fondo
Hinchas de México, Chile y Colombia, unidos por la pasión del deporte, con el Estadio Nacional de fondo - Créditos: @NICOLAS ABALO/SANTIAGO 2023 via

Mauricio Polanco Fuentes, simpatizante de unos 60 años, está encantado mientras se saca una foto posando como Usain Bolt delante del logo de PanamSports. Se tomó un avión desde Iquique hasta Santiago y sonríe cuando observa a su alrededor: “Siempre vi todo por TV y ahora tengo todo aquí a mano. Ya era raro no tener un evento así en mi país, después de tanto tiempo. Está bien organizado, fui a ver el beach vóley al Parque Peñalolén y ya espero las pruebas del atletismo”, comenta, pero no ahorra un comentario político contra Gabriel Boric: “Tenemos a un presidente que de chico tiraba piedras y que se deja influenciar por viejos políticos socialistas y comunistas. Necesitamos a alguien en serio al frente del país”.

Jesús Fernández es un fanático del tenis y asistió al Centro de Raquetas, una de las dependencias del complejo, donde también se disputan el racquetbol y el squash. Llegó para disfrutar junto con su mujer, Claudia, y sus dos hijos. “Me gusta la infraestructura y parece que a los extranjeros que vinieron les agrada también”, apunta. Cada asistente a los Panamericanos paga una entrada de unos 8 dólares por cada deporte que quiere presenciar, pero los menores entran gratis; ése es el gancho para atraer a un público que puede llevarse como recuerdo todo tipo de productos de los Panamericanos, desde un llavero de la mascota Fiu a 6 dólares a una campera por US$ 50, desde un sombrero Panamá a 24 dólares hasta una remera alusiva por el mismo precio.

Roberto Navarrete y Denis Alcántara son como una pareja itinerante, porque van conociendo distintas sedes. Antes de visitar por primera vez el epicentro de la acción estuvieron en el Parque O’Higgins para ver el voleibol. “Esto es algo que no se ve todos los días, es muy entretenido”, coinciden. Hasta ahora, ninguno de los aforos se llenó por completo, siempre se vieron espacios, aunque la asistencia va en un claro aumento. La medida final en cuanto a asistencia será la ocupación de las tribunas del Estadio Nacional cuando empiecen las pruebas de atletismo. Pero no todo es deporte: un stand temático apela a la memoria y recuerda que esa mole blanca funcionó como el mayor centro de detención y tortura del régimen que por 17 años encabezó Augusto Pinochet, tras el golpe de Estado que lideró en contra del socialista Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973.

Fanny Zapata y Claudio Godoy son un matrimonio maduro que vino desde Rancagua. Recibieron dos entradas de regalo y aprovecharon para ver el partido de hockey sobre césped masculino entre Argentina y Chile. Ella es profesora de Educación Física en su colegio y, cuando termine la visita, buscará alentar a sus alumnos para que incursionen en otros deportes. “Quiero decirles que no solo existe el fútbol”, promete, mientras que su marido toma los Panamericanos como una exploración didáctica: “Es para venir a ver los deportes con el reglamento en la mano, yo no sabía cómo se jugaba al hockey y el tema de las tarjetas”. También, es muy común ver contingentes de escuelas entreverados con los fans que abonan la entrada.

Las banderas argentinas se entremezclan con las chilenas en las tribunas
Las banderas argentinas se entremezclan con las chilenas en las tribunas - Créditos: @MIGUEL CAMPOS/SANTIAGO 2023 via PHOTOSPORT

Una de las personas ilustres invitadas por la organización fue el ucraniano Serguéi Bubka, de 59 años. El mejor garrochista de la historia opinó: “Se ve todo muy positivo, amistoso, sobre todo para la bienvenida de los atletas. La gente aquí es muy feliz, con energía positiva. La organización de estos Juegos es fantástica”. Quizás no todo haya sido fantástico durante el desarrollo: el último jueves, los guardias de seguridad del principal coliseo paralizaron su trabajo, decidieron una huelga y dejaron de vigilar por sueldos adeudados por la empresa proveedora del servicio. En su lugar estuvieron los carabineros con sus trajes verde oliva, siempre de fuerte presencia, aunque no de manera intimidante.

La experiencia para los Panamericanos es completa en el pulmón principal y también está muy orientada hacia los adolescentes. En la amplísima zona de hospitalidad emplazada sobre el césped hay un escenario en el que fluyen recitales de rock y, más allá, se reparten varios stands con los principales sponsors del certamen, que ofrecen juegos de diferentes destrezas físicas para los chicos. Mientras que la gente hace filas para comer y beber en los distintos carritos, muchos descansan desperdigados por el pasto tirados en los pufs y colchones provistos por las distintas marcas. Es un gran campamento comercial, musicalizado a toda hora. Y hay muchos chicos gamers que prefieren encerrarse y jugar a oscuras en la carpa de E-Sports, que alberga muchas computadoras de última tecnología para medirse en juegos online.

El público local apoya con La Roja del Team Chile
El público local apoya con La Roja del Team Chile - Créditos: @MAURICIO ULLOA/PHOTOSPORT

El clima puede cambiar en cuestión de minutos, desde un cielo plomizo con frío hasta un sol que penetra en la piel. Cuando la temperatura es amigable, varios espectadores sacan a relucir la camiseta de La Roja, porque el fútbol siempre está presente en sus mentes, más allá de este torrente de disciplinas -varias de ellas, extrañas para el común- condensado en dos semanas. Habrá acción en continuado hasta el 5 de noviembre, cuando se apagará el pebetero que encendió en la ceremonia inaugural la ex atleta chilena Lucy López, de 93 años y primera medallista panamericana en la cita de Buenos Aires 1951. Se espera que haya un legado multideportiva en la conciencia de este país.