Juegos Olímpicos París 2024: se retiró Andy Murray, el tenista más cercano al Big Three en nivel

Es el fin: a los 37, para Andy Murray se acaban años de carrera en el tenis, y su gloriosa trayectoria pasa a la historia en los Juegos Olímpicos París 2024.
Es el fin: a los 37, para Andy Murray se acaban años de carrera en el tenis, y su gloriosa trayectoria pasa a la historia en los Juegos Olímpicos París 2024. - Créditos: @Julian Finney

Apenas un 6-2 y 6-4 contra los estadounidenses Taylor Fritz y Tommy Paul en un cuarto de final. Sonaría a muy poquito como cierre de una carrera grandiosa, pero el entorno de los Juegos Olímpicos de París y lo que él venía generando en el torneo con su compañero, Daniel Evans, le dieron un marco más acorde a la despedida del tenista contemporáneo que más cerca estuvo en nivel del Big Three, ese trío de los más grandes de la historia del tenis que conformaron el retirado Roger Federer, el “en vías de” Rafael Nadal y el vigente Novak Djokovic.

Andy Murray fue quien mejor compitió contra los tres colosos, quien los vulneró en más ocasiones. Nada menos que 29 veces superó a alguno de los tres: 11 al suizo, 11 al serbio, 7 al español. Su trayectoria sobresale por la dificultad de haber sido simultánea a las de los tres mejores de todos los tiempos, pero aun así se llenó de números formidables, que hablan de la calidad del mejor tenista británico en muchas décadas, después del legendario Fred Perry.

Murray no se rindió ante las dificultades de cadera, espalda y muñeca; siguió ofreciendo al público el placer de su juego a pesar de las operaciones.
Murray no se rindió ante las dificultades de cadera, espalda y muñeca; siguió ofreciendo al público el placer de su juego a pesar de las operaciones. - Créditos: @MARTIN BERNETTI

El predio de Roland Garros, escenario del adiós, se llenó de emoción. A sus 37 años, el escocés puso punto final a un currículum maravilloso, que queda exaltado más por la historia clínica paralela: una operación de espalda y dos de cadera no hicieron rendirse a Murray, que en 2019 recibió un premio al “regreso del año”. Su mejor momento había pasado, claro, pero era lo suficientemente grande como para hacerlo pasar a la historia importante del tenis.

El 2016 fue su mejor año. Andy conquistó Wimbledon, los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el Masters y el número 1 del ranking mundial, posición en la que terminó la temporada. La alcanzó a los 29 años, convirtiéndose no solamente en el primer británico en ocuparla, sino también en el segundo tenista en cuanto a edad en llegar a la cúspide (el australiano John Newcombe la había abordado a los 30, en 1974). No fue precoz Murray, pero se hizo tiempo para poblar de grandes cifras su carrera.

Pasó 41 semanas en la cima, lo cual lo ubica 14º entre los 29 números 1 que ha tenido el ranking, creado en 1973. Obtuvo 46 trofeos en el ATP Tour, sobre 71 finales (64,7% de eficiencia en esa instancia). Es el único tenista que ha obtenido dos medallas doradas olímpicas individuales: la de Londres 2012, conseguida frente a Federer en Wimbledon, y la de Río de Janeiro 2016, lograda ante otro resiliente, Juan Martín Del Potro. De paso, sumó la plateada de Londres en dobles mixtos, junto a Laura Robson.

Un campeón británico en Londres 2012: tal vez el punto más emotivo del currículum deportivo de Andy Murray, ganador de dos medallas olímpicas en su Reino Unido.
Un campeón británico en Londres 2012: tal vez el punto más emotivo del currículum deportivo de Andy Murray, ganador de dos medallas olímpicas en su Reino Unido. - Créditos: @Mark Humphrey

Si bien 2016 fue su año más brillante, Andy explotó en 2012 y 2013. En la primera de esas temporadas, además de los podios olímpicos, ganó por primera vez un torneo de Grand Slam, y lo hizo en un épica definición de cinco sets contra Djokovic, en el Abierto de Estados Unidos. Con eso cortó en 35 la serie de años en que ningún británico, incluidas mujeres, había levantado un trofeo de los cuatro grandes (Virginia Wade, campeona en el club All England en 1977, era la última). Unos meses después, hizo vibrar al público cuando se coronó en Wimbledon y acabó con 77 años de sequía local entre los varones, iniciada tras la última victoria de Fred Perry, la de 1936.

Fueron tres, entonces, las estrellas en el nivel de Grand Slam. Pocas, sí, frente a las 24 de Nole, las 22 de Rafa y las 20 de Roger, pero Murray enriqueció su foja de servicios con la Copa Davis de 2015 (un año antes de la consagración argentina), 14 Masters 1000 (quinto en la lista histórica), 739 triunfos en 1001 partidos (alto 73,8% de eficiencia), 105 éxitos sobre integrantes del top 10 y aquellas medallas olímpicas (por caso, Djokovic no posee doradas, pero en París está en una semifinal). Y a todo esto, Andy se hizo tiempo para una familia: es padre de cuatro chicos. Y para la solidaridad: trabajó en beneficio de los niños y de la vida salvaje y en contra de la malaria, causas que lo hicieron recibir varios premios.

“Obviamente, queríamos ganar. Teníamos entusiasmo por hacerlo. Pero es triste ver que se termina para Andy”, comentó Taylor Fritz, uno de sus vencedores este jueves, junto a Tommy Paul. “Ambos lo hemos observado por mucho tiempo. Es un gran tipo. Entonces no es que esté orgulloso de haberlo eliminado. Pero estamos acá para intentar y ganar una medalla”, añadió el estadounidense, culpable de algo que, de todos modos, no iba a extenderse mucho más, porque el escocés había elegido la cita olímpica, y específicamente la competencia de dobles, para contextualizar su salida del deporte profesional.

“Estoy contento. Hace unos pocos meses no sabía, no estaba a gusto con la posibilidad de retirarme. Estaba muy inseguro sobre eso. Pero ahora que tomé la decisión definitiva, me siento bien al respecto”, comentó Murray en París. Ya había tenido una enorme ovación final de su gente en Wimbledon unas semanas atrás, luego de actuar junto a su hermano, Jamie, en dobles.

Ahora quedaron atrás las cirugías, las aclamaciones y la gloria. Y como buen británico, Andy se despidió con humor. “De todas maneras, nunca me gustó el tenis”, publicó en X, como minimizando la tristeza por el adiós.

“De todas maneras, nunca me gustó el tenis”