Los juegos de la nueva normalidad

Madrid, 19 jul (EFE).- París 2024 serán los Juegos de la nueva normalidad. La que rige en el mundo desde que el 5 de mayo de 2023 la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó el fin de la emergencia internacional por la pandemia de covid-19, que llevaba tres años vigente.

Emergencia que en el ámbito deportivo, entre otras cosas, obligó a que los Juegos de Tokio 2020 se celebraran un año más tarde, con las mayores exigencias de controles sanitarios, en estadios e instalaciones sin público, igual que ocurrió luego en la cita de invierno en 2022 en la capital de China, el país desde el que se propagó la pandemia.

Por extraño que parezca, la vuelta del público a las competiciones será una de las grandes novedades de París 2024, además del estreno del break como deporte olímpico, igual que la ausencia de la toma diaria de temperatura y los controles preventivos que tuvieron que pasar los miembros de la familia olímpica.

Hace tres años, a medida que se acercaban los Juegos, Tokio decidió primero reducir al 50% la asistencia de espectadores solo locales y a pocos días de la inuaugración anunció la ausencia total de público. Desde abril de 2020, Japón pasó por cuatro estados de emergencia para controlar la pandemia y desde el 12 de julio de 2021 vivió sometida al que se prolongó durante los Juegos hasta el 22 de agosto.

Una cuarentena al llegar al país fue el primer requisito para los olímpicos en Tokio, obligados a desfilar con mascarilla y a dar negativo en test diarios, además de someter sus movimientos a una supervisión por parte de la organización para poder competir.

El último día los contagios en la 'burbuja' ascendieron a 430. Veintinueve de ellos afectaron a deportistas, pero ninguno con cuadro grave. Durante la su clausura se pudieron escuchar las quejas de manifestantes junto al estadio contrarios a la celebración de los Juegos, ante la elevada ola de contagios que sufrió el país en coincidencia con estos.

Meses después, del 4 al 20 de febrero de 2022, la cita de invierno en Pekín contabilizó 463 positivos -260 atletas- tras haber hecho más de 72.000 pruebas PCR a todos los residentes en la burbuja, entre deportistas, miembros de comités nacionales, periodistas y trabajadores extranjeros y chinos.

Thomas Bach, presidente del COI, llegó a decir que la burbuja de Pekín, con restricciones mayores que Tokio, había sido "el lugar más seguro del mundo".

El próximo 26 de julio París abrirá por tercera vez unos Juegos, después de los que acogió en 1900 y en 1924, en un escenario completamente distinto a los dos anteriores. Los de la capital francesa quieren ser la fiesta del deporte en la calle desde su inauguración a orillas del río Sena, abierta al público de forma gratuita salvo en algunos puntos.

Por primera vez en la historia los atletas desfilarán fuera de un estadio. La organización ha preparado 94 embarcaciones para trasladar a 10.500 deportistas en un recorrido de 6 kilómetros, desde el puente de Austerlitz hasta la plaza del Trocadéro, ceremonia que se podrá seguir además en 80 pantallas gigantes estratégicamente situadas.

Distribuidos en tres zonas de la ciudad: la de la capital, la de la isla de Francia y la externa en ciudades como Burdeos, Lyon, Marsella, Niza, Lille y Thaití para el surf, los Juegos recuperarán su imagen de bullicio y color habitual, en la que los de seguridad serán los controles principales, además de los de dopaje para los participantes.

Francia espera alrededor de 1,6 millones de visitantes extranjeros, que supondrán en torno al 10% del total; unos 30.000 profesionales acreditados y unos 320.000 espectadores el día de la inauguración.

El comité organizador desplegará un gran dispositivo de seguridad, que incluirá 45.000 miembros de las fuerzas de seguridad francesas y 24.000 agentes privados, además de los 18.000 militares movilizados.

Francia contará durante estos Juegos con la ayuda de unos 45 países, la mayoría europeos, de los que llegarán en torno a 1.100 profesionales para refuerzos específicos de ese dispositivo de seguridad.

Olga Martín

(c) Agencia EFE