Juan Carlos Harriott (h.), la “bestia”, el “monstruo”, el crack contra el que jamás se oyó una crítica

Una foto de 2007 de Juan Carlos Harriott (h.) delante de la cancha en la que tantas veces se glorificó: la 1 de Palermo.
Una foto de 2007 de Juan Carlos Harriott (h.) delante de la cancha en la que tantas veces se glorificó: la 1 de Palermo.

A este texto podría hacerlo Gonzalo Pieres. Fue rival de Juan Carlos Harriott (h.), y muchas veces campeón de Palermo y 10 goles de handicap y número 3 y un jugadorazo y... Pero tenía una diferencia no menor: el fundador de Ellerstina fue precursor, o casi, del profesionalismo en el polo argentino. El Inglés, en cambio, vivió la era amaetur en toda su carrera. Fue un símbolo de ella. Y en esa disimilitud, Gonzalo, un tipo que no ahorra críticas si las siente, que no tiene pelos en la lengua, dijo esto sobre el para todos sacrosanto Juancarlitos.

“Un ídolo total, de las personas menos discutidas en el mundo el polo. Hizo una trayectoria perfecta, tuvo una humildad casi desmedida. Habría sido lindo que durara toda la vida. Nos enseñó a todos. Cuando empecé, él era la persona a la que todo el mundo quería imitar en la forma de jugar. Les pasó a todos los que lo conocieron. Es raro que haya alguien tan indiscutido en un deporte. No de gusto tiene un monumento en Suárez. Lo merece en todas las calles. Fue un prócer nuestro”. OK, todos elogios. Pero Pieres tiene más por comentar.

Ejemplo de deportista. Máximo ganador del Abierto, conducta intachable, respetado por todo el mundo. La simpleza de los grandes y un hombre de campo que vivió siempre en Coronel Suárez. Orgullo para los argentinos

Hugo Porta, ex capitán de los Pumas

“Marcó una línea, una ética. Nunca hizo un manejo ni nada para perjudicar a los demás. Fue un ejemplo de profesionalismo, aunque eso no existía en su momento. Él era 100% profesional no sólo en la conducta, sino también en la forma de cuidar los caballos. Se entregó 100% a su hobby. Ganó tanto y no fue criticado en nada. Todos los que llegamos arriba y ganamos el Abierto tenemos alguna objeción que nos han hecho. Nadie va a poder tener nunca la imagen que él nos dejó. Fue un ejemplo para los chicos, para los fanáticos, para todos. Seguro que se nos fue un grande”. Y no, no hay una mácula. Para que Gonzalo Pieres, el gran y exigente Gonzalo Pieres, se vaya en halagos a alguien, sin interés de por medio, ese alguien tiene que ser enorme. Un coloso.

Veintidós coronas del Argentino Abierto en una imagen: Alfredo Harriott (13) y Gonzalo Pieres (9), juntos en Coronel Suárez; el cofundador de Ellerstina usó los máximos elogios para Juancarlitos.
Veintidós coronas del Argentino Abierto en una imagen: Alfredo Harriott (13) y Gonzalo Pieres (9), juntos en Coronel Suárez; el cofundador de Ellerstina usó los máximos elogios para Juancarlitos.

Y por supuesto que lo fue Harriott, fallecido este lunes a los 86 años en su Coronel Suárez de siempre. Una ciudad que lo despidió en la mañana del martes, con un velorio que comenzó a las 10 y un sepelio, también en el cementerio privado Parque de Paz, que tuvo lugar a las 11.30. Con mucha gente –largamente más de 200 personas–, pero menos que la que merecía su condición de titán que hizo trascender al país, y un poco al mundo en el reducido alcance de su deporte, a la ciudad del suroeste bonaerense, cuya municipalidad dispuso banderas a media asta y luto por 48 horas. Con mucho silencio, también, en el adiós, interrumpido solamente por palabras finales de su sobrino Juan Harriott: “Has dejado muy alta la vara, no sólo para Coronel Suárez Polo Club, sino también para el deporte en Argentina. “Éste es tu último chukker. Vamos a despedirte como lo hacía la gente en las canchas: con un aplauso”. Y, como era de esperar, las palmas fueron lo último que recibió el cuerpo de Juancarlitos sobre la superficie de la tierra. Acto de justicia.

Siempre escuché y leí cosas maravillosas sobre él. Sé lo que implica para el polo y el deporte argentino. Es triste que se nos vayan personalidades tan valiosas. Dejó una huella muy marcada en el deporte nacional. Tenemos que quedarnos con todo lo que nos enseñó y nos dejó como un inmenso deportista

Santiago Lange, ex campeón olímpico de yachting

Allí estaba Alfredo, papá de Juan, hermano de Juan Carlos. Nueve años menor. Por la tarde, triste pero no devastado, “tranquilo”, contó a LA NACION qué era para él su compañero de equipo en ese Suárez arrasador que compartieron en 13 temporadas de Triple Corona.

Hermanos unidos: hace tres años, Juan Carlos y Alfredo Harriott posaron para esta foto; fueron socios en temas comerciales y nunca tuvieron siquiera una discusión.
Hermanos unidos: hace tres años, Juan Carlos y Alfredo Harriott posaron para esta foto; fueron socios en temas comerciales y nunca tuvieron siquiera una discusión.

“Eh... Es medio difícil para mí decir cosas sobre él. Lo que más admiré fue la conducta deportiva: nunca un reclamo a un referí, nunca un pedido exagerado de penal. Único. Tendría que haber servido de ejemplo, cosa que no ha pasado. La caballerosidad, la conducta deportiva. Intachable, intachable”, comentó Alfredo, 13 veces campeón argentino, incluidas 11 con su mentor.

Lo conocí jugando al golf. Juan Carlos fue un brillante polista, pero mejor persona. Para mí era el típico gaucho. Era bastante buen golfista considerando que no jugaba seguido; aproximadamente un 10 de handicap. Íbamos a Coronel Suarez y jugábamos unos partidazos con él y su hermano. Recuerdos hermosos

Vicente “Chino” Fernández

“Me llamó la atención desde que era muy chico la conducta que tuvo toda la vida. La frialdad que tenía para todo. Por ahí le hacían algunas macanas en la cancha y nunca en su vida se peleó con nadie, nunca le dijo nada desagradable a alguien. Una cosa que no se puede entender mucho, porque el polo es un deporte de fricción y medio violento, en el que la adrenalina supera otras cosas. Uno es distinto y hace esfuerzos por portarse bien, pero en él ese comportamiento era natural. Hasta la dieron en su momento un premio importante al fair play, en Francia, al que no se le prestó tanta atención”, añadió Alfredo.

Hace unos pocos años se impuso el nombre de Juancarlitos a la cancha 1 de Coronel Suárez Polo Club; justo homenaje en vida, celebrado por una multitud.
Hace unos pocos años se impuso el nombre de Juancarlitos a la cancha 1 de Coronel Suárez Polo Club; justo homenaje en vida, celebrado por una multitud.

Dicen que no hay que hacer negocios con parientes ni con amigos, porque pueden surgir diferencias irreconciliables, heridas peores que las que causa un mero conocido. Pero con Juancarlitos no había que temer: se podía. Fueron socios los dos hermanos en cuestiones de campo, durante muchos años, y no es que no se llevaron mal, solamente: nunca tuvieron una discusión, siquiera. Y eso que Alfredo sí era más calentón. Ningún irrespetuoso, ningún descontrolado, pero de más temperamental, sí. “A mí me impresionaba”, enfatizó su hermano menor.

Tuve el inmenso honor de ser recibido en su estancia con honores; no aceptó que fuéramos a un hotel. Nos albergó durante tres días en su casa de huéspedes. Mi mayor sorpresa fue la sencillez del mejor polista del mundo. Ceceoso, cordial, generoso. Fue una de las mejores notas que hice fuera del rugby. Siempre recuerdo la simpatía de Juancarlitos, aun cuando se codeaba con la nobleza europea

Nicanor González del Solar, Puma del '65 y periodista deportivo

Juancarlitos era igual en la cancha y fuera de ella. Todo el mundo lo saludaba, y él replicaba aun sin saber de quién se tratara. En una época el programa radial del periodista Carlos Lastra entregaba los premios Juan Carlos Harriott a los mejores deportistas de Coronel Suárez. El monumento mencionado por Pieres, que está en el camino del centro al club de polo, es otro homenaje.

Una escena que se dio once veces: la formación arrasadora de Coronel Suárez compuesta por Horacio Heguy, Juancarlitos, Alberto Pedro Heguy y Alfredo Harriott levantando The Championship Cup en Palermo; ocurrió en 1974, el año que el equipo se convirtió en el primero de 40 goles de handicap en la historia.
Una escena que se dio once veces: la formación arrasadora de Coronel Suárez compuesta por Horacio Heguy, Juancarlitos, Alberto Pedro Heguy y Alfredo Harriott levantando The Championship Cup en Palermo; ocurrió en 1974, el año que el equipo se convirtió en el primero de 40 goles de handicap en la historia.

No pudo estar allí ayer Alberto Pedro Heguy, otro integrante de aquel Suárez casi imbatible. Alberto andaba por Pilar y, a sus 82 años, no pudo estar en Suárez. Memorioso, siempre elogioso de su compañero más ilustre, esta vez no quiso hacer comentarios. Se había ido una parte importante de su vida. El otro miembro de Suárez, Horacio Heguy, partió muchos años años, en 1998. Aquel cuarteto rojo y azul a rombos fue un dream team.

Lo miraba por televisión. Era de lo mejor que vi en la historia, un jugador de otra categoría. Como persona también parecía un grande. Siento mucho la pérdida

Ricardo Cano, ex tenista, subcampeón de la Copa Davis

Pero a diferencia del tenis, el polo no tuvo la fortuna de que coincidieran en las canchas los más grandes de todos los tiempos. Sí fueron contemporáneos por 48 años, pero cuando Harriott se retiró (1979 de la Triple Corona, 1980 del seleccionado argentino, fugaz suplencia en 1983 en Los Indios-Chapaleufú), Adolfo Cambiaso andaba por los cuatro, cinco, ocho años de edad. Coincidieron en alguna entrevista conjunta (revista El Gráfico), en alguna premiación, en alguna exhibición de 80 goles de handicap, con Juancarlitos como espectador y Adolfito vistiendo la camiseta de... Coronel Suárez, en 2015.

Antes de una exhibición Coronel Suárez vs. Santa Ana de 79 goles de handicap en noviembre de 2015, se fotografiaron Adolfo Cambiaso, Alfredo Harriott, David Stirling, Juan Carlos Harriott (h.), Miguel Novillo Astrada, Alberto Pedro Heguy y Eduardo Heguy; Pelón guardó la camiseta firmada por los tres sobrevivientes de Suárez.
Antes de una exhibición Coronel Suárez vs. Santa Ana de 79 goles de handicap en noviembre de 2015, se fotografiaron Adolfo Cambiaso, Alfredo Harriott, David Stirling, Juan Carlos Harriott (h.), Miguel Novillo Astrada, Alberto Pedro Heguy y Eduardo Heguy; Pelón guardó la camiseta firmada por los tres sobrevivientes de Suárez. - Créditos: @@RusoHeguy

“Una tristeza para todo el polo, una tristeza. Va a ser recordado por siempre; es de esas personas que nunca mueren. Siempre va a estar nombrado cuando se hable de polo. Dejó un legado increíble, por el cual uno no deja de estar recontra agradecido. Más allá de que no me haya tocado competir en la misma época, me parece increíble lo que él ha hecho. Es de esas personas del deporte argentino y mundial que van a quedar vivas siempre”, respondió Cambiaso, el otro “mejor de la historia”, a LA NACION.

Mi viejo era fanático de Santa Ana y me llevaba a ver polo a Palermo. Generalmente ganaba Coronel Suárez y mi viejo me reconocía que Juancarlitos era un maestro. Yo lo veía desde que tenía seis años. Uno de los más grandes deportistas de la Argentina

Eliseo “Chapa” Branca, ex Puma y campeón por CASI

“Para mí es un honor que nos comparen, que estemos tocando la historia juntos. Es lindísimo. Ganamos los dos el Olimpia de Oro, los únicos dos polistas. En las pocas charlas que tuvimos noté una humildad como para copiar, un tipo diferente a todo el mundo. El legado que ha dejado en este deporte es increíble. Quiero agradecérselo. Una tristeza que haya muerto. Que descanse en paz”, lo despidió el 18 veces campeón del Argentino Abierto, dos menos que su némesis.

El mismo día, posan juntos los dos mejores de la historia del polo: Juancarlitos y Adolfito; 38 Palermo ganados y 50 años de 10 goles de handicap entre ambos.
El mismo día, posan juntos los dos mejores de la historia del polo: Juancarlitos y Adolfito; 38 Palermo ganados y 50 años de 10 goles de handicap entre ambos.

El que en algún momento fue la némesis de Adolfito, Facundo Pieres, el mayor rival que el crack de Cañuelas tuvo –y tiene– en las canchas, hizo hincapié en el costado extrapolístico. “No tengo recuerdos de él como jugador, porque no entra en mi memoria, pero tengo noción por haber visto algunos videos y, sobre todo, por escuchar a la gente. Durante muchos, muchos años fue el mejor jugador del mundo, pero lo que más me queda de él es siempre escuché a la gente hablar positivamente de él. Siempre. Y eso, para mí, es de las cosas más lindas: que alguien sea un número 1 en algo y a la vez ser muy querido, que la gente hable bien de uno... Para la familia, y para todo el mundo, ser así tiene que ser uno de los mejores premios”.

Soy de Tortugas, de la contra, de Santa Ana, porque los Dorignac eran mis amigos. Hasta que apareció Cambiaso, Juancarlitos fue como De Vicenzo, Vilas, Porta, que marcaron una época y están grabados a fuego en la historia. Como De Vicenzo, no se daba cuenta de lo que representaba, de que era el leitmotiv para que otros practicaran su deporte. Una pérdida muy importante para el deporte argentino

Guillermo Salatino, periodista deportivo

Otro peso pesado del polo actual es David Stirling. Multicampeón, también, y tampoco espectador de Harriott, sino por videos. Pero admirador, sin ser compatriota. “Una pena, la verdad. Es una pena escuchar esta noticia, y más aun de una persona que fue tanto para nuestro deporte. No tuve la suerte de verlo en vivo, pero por lo que dicen todos los que saben, fue el número 1 de este deporte”, impactó con su afirmación el uruguayo, tan exaltador siempre de los méritos de su compañero Cambiaso.

Harriott, con Pablo Mac Donough en un podio del Abierto de Hurlingham; detrás, Pelón Stirling, que aún debe enmarcar la camiseta que le haría firmar a Juancarlitos tres años después.
Harriott, con Pablo Mac Donough en un podio del Abierto de Hurlingham; detrás, Pelón Stirling, que aún debe enmarcar la camiseta que le haría firmar a Juancarlitos tres años después.

Pelón guarda un recuerdo lindo de Harriott. “Tuve la suerte de conocerlo en ese partido de 80 goles Suárez vs. Santa Ana que se hizo en la cancha 1. Un tipo muy agradable, muy sencillo, como decía todo el mundo. Cuando terminó ese partido, lo primero que hice fue pedirles a Juancarlitos, Alfredo y Alberto Pedro [Heguy] que firmaran la camiseta con la que yo había jugado ese día. No la tengo enmarcada todavía, pero la idea es enmarcarla y tenerla en algún lugar de la caballeriza”, rememoró. Con un deseo final: “Que descanse en paz. Le agradezco todo lo que ha hecho en el deporte nuestro”.

Era un referente. Él y Cambiaso son los dos históricos. Juancarlitos fue el número 1 en la época romántica del polo

Fernando “Pope” Morel, ex Puma y campeón por CASI

De otras figuras del polo presente llegaron más halagos. “Una leyenda del deporte, uno de los mejores jugadores de la historia. Dicen que jugaba muy simple, muy claro. Habría sido muy lindo verlo. Sin dudas, se fue un grande”, contó Hilario Ulloa, que dijo haber tenido la suerte de conocerlo en... Estados Unidos, en una premiación del Hall de la Fama. “Se fue un grande, sin dudas. Un referente de este deporte, y un señor en la cancha y fuera. No sólo en Suárez, sino para el polo mundial, es un icono, una figura, el más ganador de la historia. Ha sido siempre un ejemplo para todos”, agregó Guillermo Caset.

La vivienda de su campo, La Felisa, fue el hogar de Harriott hasta el último día de su vida; incluso después del incendio de 2015, él vivió un año y medio en el predio, en la casa de huéspedes.
La vivienda de su campo, La Felisa, fue el hogar de Harriott hasta el último día de su vida; incluso después del incendio de 2015, él vivió un año y medio en el predio, en la casa de huéspedes. - Créditos: @Marina Harriott

Desde la rama Heguy del polo grande, llegaron otras palabras. “Marcó una era, es el más ganador de Palermo. Siempre fue muy nombrado, y todos los ejemplos son con base en él. Siempre es lindo que a uno lo tomen como ejemplo de hacer bien las cosas”, destacó Francisco Elizalde, oriundo de Intendente Alvear, La Pampa.

“No lo conocí personalmente, pero sé que fue un monstruo, un superdeportista al que todo el mundo admiraba. Nadie debe de tener nada malo para decir de él

Francisco "Paco" Aleman, ex golfista

“Una bestia”, lo calificó, con admiradora crudeza semántica, otro 9 goles, Juan Britos.

Lo último como jugador de alto handicap, salvo por una fugaz suplencia en 1983: la Copa de las Américas disputada en Texas en 1980 y ganada ampliamente por el seleccionado argentino, con Juan Carlso Harriott (h.) como líder.
Lo último como jugador de alto handicap, salvo por una fugaz suplencia en 1983: la Copa de las Américas disputada en Texas en 1980 y ganada ampliamente por el seleccionado argentino, con Juan Carlso Harriott (h.) como líder.

Pues sí, una bestia doméstica, de trato cotidiano. “Acá no le daban bola porque lo veían todos los días. Nadie le preguntaba sobre polo”, comentó Alfredo Harriott, con simpleza de pueblo. Y con remate: “Como dice el dicho: «Qué va a ser famoso, si vive a la vuelta de mi casa»”.

No lo conocí personalmente pero lo vi jugar en Palermo. Me llevaban mis amigos del Colegio De La Salle que jugaban al polo. No sólo fue referente como jugador, sino también un SEÑOR deportista, por lo correcto

Diego Cuesta Silva, ex Puma y tres cuartos de SIC