José Ramón Fernández, el periodista vetado de un Mundial solo por hacer su trabajo

José Ramón Fernández. (Cuartoscuro/Getty Images)
José Ramón Fernández. (Cuartoscuro/Getty Images)

La Copa del Mundo suele ser el evento más importante para jugadores y para todo el entorno que rodea al futbol. Los comentaristas deportivos también gozan mucho con este evento, pero hay casos particulares en los que sus metas se ven bloqueados por diversos incidentes. José Ramón Fernández lo vivió en carne propia previo a la Copa del Mundo de 1990 en Italia.

El controvertido periodista había dado cobertura en televisión al caso de Los Cachirules, una investigación que reveló la falsificación de documentos en la que había incurrido el seleccionado nacional sub-20 durante un premundial de esa categoría en Guatemala en 1988. El castigo inicial, al saberse la bochornosa trampa, fue que México quedara fuera del Mundial juvenil. Pero todo estalló cuando la Federación Mexicana fue a apelar la sanción con la FIFA y, entonces, el organismo decidió que también se excluiría al Tri de toda competencia internacional, incluyendo el Mundial de Italia 1990.

José Ramón Fernández no fue el autor de la investigación como tal, la cual corrió a cargo de Antonio Moreno, periodista que en ese momento trabajaba en Imevisión y escribía en el periódico Ovaciones. Pero sí fue Fernández quien divulgó la investigación en televisión y en ese "pecado" llevó también la penitencia, pues amplificar esa información le terminó por costar su viaje al Mundial de Italia. "(Italia 90 fue) el mundial en el que yo no pude ir, que me vetaron por el tema de los cachirules, que lo habíamos sacado dos años antes. No ha pasado una vez más que por descubrir una corruptela en las ligas inferiores, te vetan para el mundial y vetado México. El castigo, desde luego, fue para mí", contó José Ramón en entrevista con Brozo para Latinus.

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Junto a Carlos Albert, José Ramón recibió la negativa de su acreditación. En cambio, Raúl Orvañanos, que completaba el tridente, sí viajó a Italia. Ya no existía una buena relación entre Fernández y Orvañanos, por eso el narrador fue directo al explicarle por qué se fue de Imevisión a Cablevisión (y un año después a Televisa). "Le dije que me iba porque ya no quería trabajar con él", contó Orvañanos a La Saga.

El comentarista Enrique Garay, que hacía sus primeras apariciones durante esa época de Italia 90, constató el coraje de su jefe al enterarse de que no estaría en el Mundial. "A nosotros nos tocó ver el berrinche y su impotencia de no ir al Mundial porque le negaron la entrada, o sea, qué mundo tan manipulador. Cuando José Ramón se enojaba, pateaba cosas y nadie podía hablarle. Fue una injusticia. Nos dijo: 'vayan a buscar a los intelectuales de México y pregunten qué opinan de esto'. Fuimos con varios y pues sí, era una injusticia del tamaño del mundo. Pero era un México donde el poderoso decía a qué hora sale el sol", recordó Garay en La Saga.

En ojos de cierto sector de la afición, José Ramón había cometido algo muy cercano a una traición a la patria: quitarle a México la oportunidad de jugar un Mundial. Y esa idea, de hecho, también se trasladó a algunos jugadores, como fue el caso de Hugo Sánchez, que se enojó con los periodistas que habían revelado el caso como si hubieran sido ellos los que incurrieron en la trampa que dejó sin campeonato del mundo con una generación de buenos elementos.

En ese momento, Hugol habría llegado en su mejor momento, después de haber ganador la Bota de Oro con el Real Madrid. Además, hubiera existido una mezcla de generaciones por demás interesante: los mundialistas del 86 junto a la nueva generación, que tuvo que aplazar su estreno mundialista hasta 1994 en Estados Unidos. Jamás se sabrá qué pudo haber pasado. Los castigos fueron duros hacia México. Y a nivel interno los estragos también fueron evidentes, como ejemplificó el caso de José Ramón.

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