Joe Biden condenó la violencia en las protestas en las universidades de EE.UU.: “El orden debe prevalecer”
WASHINGTON.- Tras varios días de violentos enfrentamientos y represión policial de costa a costa en Estados Unidos en las protestas propalestinas en contra de Israel en los campus universitarios, el presidente Joe Biden dijo en un discurso en la Casa Blanca que mantendrá su política en Medio Oriente y condenó el “vandalismo”, la toma y la destrucción de edificios y los episodios de acoso, antisemitismo, islamofobia, discriminación y racismo que han teñido las manifestaciones por la guerra en la Franja de Gaza.
“Todos hemos visto imágenes que ponen a prueba dos principios norteamericanos fundamentales. El primero es el derecho a la libertad de expresión. Y para que la gente se reúna pacíficamente, haga oír su voz. El segundo es el Estado de derecho. Ambos deben mantenerse”, marcó Biden.
“No somos una nación autoritaria donde silenciamos a la gente o aplastamos la disidencia. Se escucha al pueblo estadounidense. De hecho, la protesta pacífica sigue la mejor tradición de cómo los estadounidenses responden a cuestiones importantes. Pero tampoco somos un país sin ley –insistió–, somos una sociedad civil. El orden debe prevalecer.”
Biden brindó un mensaje fuera de la agenda del día en la Casa Blanca para marcar la postura oficial ante la ola de protestas que han paralizado a varias universidades, han capturado la atención del país y se han derramado a otros países. La protesta comenzó con campamentos en solidaridad con los palestinos y las víctimas en Gaza –alrededor de 34.000, la mayoría de ellas, mujeres y niños– y con fuertes críticas a Israel, y escaló con episodios de antisemitismo, arrestos, y una confrontación entre las universidades y los manifestantes que terminó en una ola de arrestos de costa a costa.
"There's no place for hate speech or violence of any kind whether it's antisemitism, Islamophobia, or discrimination against Arab Americans or Palestinian Americans."
WATCH: Biden says violent protests are not protected in America. pic.twitter.com/FPpHM3DQUI— MSNBC (@MSNBC) May 2, 2024
El discurso de Biden llegó luego de esa feroz ola de represión policial en varios campus universitarios que incluyeron choques violentos entre los manifestantes y la policía en Columbia –donde los estudiantes tomaron un edificio–, el City College de City University of New York (CUNY) y Fordham, en Nueva York; en la Universidad de Arizona, en Tucson, y en la Universidad de California (UCLA), en Los Ángeles, donde además se produjo un violentísimo choque entre manifestantes del campamento de la protesta propalestina y una contra-protesta proisraelí que intentó desalojarlos.
Más de 2000 personas fueron arrestadas desde que comenzaron las protestas, según un recuento del New York Times.
La crisis en los campus tensó al país, profundizó la grieta abierta por la guerra entre Israel y Hamas en Gaza tras el ataque terrorista del pasado 7 de octubre y desató un cruce de acusaciones: los detractores de las protestas dicen que los manifestantes respaldan a Hamas y son antisemitas, mientras que sus partidarios dicen que el antisemitismo se usa como un arma para reprimir las críticas a Israel.
El punto de quiebre llegó esta semana, cuando manifestantes del campamento en Columbia tomaron uno de los edificios del campus, el Hamilton Hall, se atrincheraron, rompieron ventanas y encadenaron las puertas para impedir el ingreso de los estudiantes. Columbia dijo que no tuvo otra opción que llamar a la policía.
“La protesta violenta no está protegida. La protesta pacífica, sí”, diferenció Biden.
“Destruir propiedad no es una protesta pacífica. Va contra la ley. El vandalismo, las invasiones, romper de ventanas, cerrar los campus, forzar la cancelación de clases y de graduaciones. Nada de esto son protestas pacíficas. Las amenazas, la intimidación. Infundir miedo en la gente no es protesta pacífica. Va contra la ley”, enumeró el presidente.
La crisis desatada por los campamentos en las universidades terminó por eclipsar al conflicto en Medio Oriente entre Israel y Hamas en la Franja de Gaza que dio origen a las manifestaciones. Las protestas, las más intensas en las universidades desde las demostraciones a fines de los 60 contra la guerra de Vietnam, se convirtieron en la principal discusión política en Estados Unidos en el prólogo de la campaña presidencial.
La crisis en los campus abrió una nueva grieta. El Partido Republicano, su virtual candidato presidencial, Donald Trump, y la derecha del país se encolumnaron en contra de las manifestaciones, y las vincularon a Hamas y el antisemitismo, deslegitimando de esa forma el reclamo por las 34.000 víctimas en la Franja de Gaza, la mayoría de ellas, mujeres y niños. Desde el inicio de la crisis, la derecha presionó por sofocar las protestas.
El Partido Demócrata y la izquierda quedaron en una posición mucho más incómoda, en particular, el gobierno de Biden. Aunque figuras de la izquierda, como el senador Bernie Sanders, han condenado los episodios de antisemitismo, también validaron los reclamos y las críticas contra la ofensiva desplegada por el gobierno de Benjamin Netanyahu, fuertemente criticado y acusado de cometer un genocidio contra los palestinos en Gaza.
Biden buscó cerrar esa grieta en la izquierda al defender el derecho a la libertad de expresión siempre y cuando las manifestaciones se den en el marco de la ley, un equilibrio que choca contra la tradición de desobediencia civil que recorre buena parte del historial de protestas de Estados Unidos, incluido el movimiento por los derechos civiles de los 60.
Biden también volvió a condenar los episodios de antisemitismo en los campus al reiterar que “no hay lugar para discursos de odio ni violencia de ningún tipo”.
“No debería haber lugar en ningún campus ni en Estados Unidos para el antisemitismo o las amenazas de violencia contra los estudiantes judíos. No hay lugar para discursos de odio ni violencia de ningún tipo, ya sea antisemitismo, islamofobia o discriminación contra los árabes estadounidenses o los palestinos estadounidenses. Simplemente está mal. No hay lugar para el racismo en Estados Unidos. Está todo mal”, insistió.
“Como presidente siempre defenderé la libertad de expresión. Y siempre seré igual de fuerte defendiendo el Estado de derecho. Esa es mi responsabilidad. Al pueblo norteamericano. Mi obligación con la Constitución”, cerró el mandatario.