Jardines de infantes: el gran faltante que alerta a los expertos y que incrementa la desigualdad

El mayor déficit del nivel inicial se encuentra en la sala de tres años, donde hacen falta 17.399 aulas
El mayor déficit del nivel inicial se encuentra en la sala de tres años, donde hacen falta 17.399 aulas - Créditos: @Hernán Zenteno

A pesar de que desde 2011 hubo un considerable aumento de la construcción y acondicionamiento de salas de jardín de infantes, la cantidad que hoy existe en todo el país es menor a la que se demanda: aun se necesitan al menos 24.202 nuevas secciones para garantizar la cobertura en las destinadas a los niños de tres, cuatro y cinco años. El faltante impide que los chicos aprovechen los múltiples beneficios que implica asistir al nivel inicial, entre los que se incluyen mejores rendimientos académicos, tasas de permanencia más elevadas, bajas de abandono escolar y probabilidades más altas de graduarse de la universidad.

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Los datos surgen del informe Importancia del nivel inicial: evidencia, costos y desafíos pendientes, que elaboró el Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Martín De Simone, representante del Banco Mundial; y de Martín Nistal y de Leyre Sáenz Guillén, de esa ONG. Allí, los investigadores resaltan un dato clave: el mayor déficit se encuentra en sala de tres, donde hacen falta 17.399 aulas; mientras que en las de asistencia obligatoria la deuda es menor: faltan 5144 aulas en la cuatro y 1659, en la de cinco.

Según los especialistas, la razón por la que la oferta se reduce en la de tres años es que esta instancia educativa no es obligatoria. Mientras que lo es la sala de 5 desde 1993 -ley N°24.195-y la de cuatro desde 2014 -ley N°27.045-. Si bien esta última norma define en su artículo 4 que los gobiernos deben garantizar el acceso a servicios educativos para la población de tres años, no contempla la obligación de las familias a escolarizar a sus hijos a partir de esa edad.

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“La cantidad de salas faltantes es una estimación. Tomamos como base un número conservador: en cada uno de los grados de primaria hay alrededor de 30.000 aulas. Para que todos los chicos del nivel inicial estén dentro, partimos de esta cifra, la cruzamos con los datos públicos del Ministerio de Educación de la Nación sobre jardines de infantes, y sacamos la diferencia de cuántas salas por nivel hacen falta”, señaló Nistal a LA NACIÓN.

Faltante de salas de jardín de infantes 2011-2021; fuente: Argentinos por la Educación
Faltante de salas de jardín de infantes 2011-2021; fuente: Argentinos por la Educación

En noviembre de 2016, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley que pretendía establecer la obligatoriedad de la sala de tres años de Jardín de infantes. Si bien la votación en la Cámara baja fue casi unánime: 206 votos a favor, cinco en contra y tres abstenciones, en el Senado la iniciativa, impulsada por el entonces ministro de Educación nacional de Cambiemos, Esteban Bullrich, y consensuada con los 24 ministros de Educación distritales, naufragó. En febrero de 2019 perdió estado parlamentario.

Actualmente, un proyecto impulsado por el diputado Facundo Manes (UCR) en noviembre del año pasado promueve la obligatoriedad educativa desde los tres años. A pesar de que la iniciativa cuenta con firmantes de diferentes espacios, como el exministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo (Frente de Todos) y la exgobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal (PRO), el proyecto aún no fue tratado en ninguna de las dos comisiones asignadas.

Cupos

Según datos de la Dirección General de Educación y Cultura bonaerense, en 2019, la matrícula de sala de 3 era del 64,4% de la población de esa edad. En 2022, esta tasa fue de 68,8%, con una fuerte recuperación tras la disminución registrada en los años previos producto de la pandemia, que afectó a la matriculación de los niños de menor edad. En lo que va del año, la tasa se ubica entorno al 72% y 73%.

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“Entre 2020 y fines de abril de 2023, construimos 70 edificios para el nivel inicial: 42 de ellos son ofertas educativas nuevas en distintos puntos de la provincia, mientras que los otros 28 son reemplazos de jardines que funcionaban en espacios que no eran adecuados, o que habían quedado demasiado pequeños”, detallaron a LA NACIÓN fuentes de la cartera educativa bonaerense, a cargo Alberto Sileoni.

Y sumaron: “Solo considerando la inversión provincial y nacional directa, hasta el momento se cuentan 144 obras de construcción de nuevos edificios o de ampliaciones de establecimientos de nivel Inicial, que involucran 474 aulas, lo que, a razón de 25 niños y niñas por sección, representan la creación de 23.700 nuevas vacantes. A la fecha, 205 aulas (10.250 vacantes) ya se están utilizando, en tanto que las restantes están en ejecución”.

En tanto, el Ministerio de Educación de la ciudad precisó a LA NACIÓN que el gobierno garantiza el 100% del acceso a la educación obligatoria, así como a la totalidad de las vacantes para sala de tres y de dos años. “Esto es consecuencia de las nuevas escuelas que construimos en la ciudad, además de la refuncionalización de la capacidad de las instituciones y la reconversión de más jardines a jornada completa, ampliando las opciones para los estudiantes y sus familias”, indicaron.

Según un informe de Argentinos por la Educación, publicado en mayo del año pasado, en 2020, el porcentaje de acceso a la sala de tres en la provincia , así como en la Capital, fue de 86,8% y 91,2%, respectivamente. En tanto, para la de 5 fue de 93,4% en territorio bonaerense, y 98,2%, en la Ciudad.

Proporción de alumnos en la sala correspondiente sobre el total en primer grado para la misma cohorte 2006-2020; fuente: Argentinos por la Educación
Proporción de alumnos en la sala correspondiente sobre el total en primer grado para la misma cohorte 2006-2020; fuente: Argentinos por la Educación

Una política factible con grandes beneficios

El documento de Argentinos por la Educación ofrece una revisión de la literatura académica sobre la evidencia del impacto de las políticas de primera infancia. Se destaca que la asistencia temprana al jardín mejora los rendimientos en lengua y matemática en la primaria, aumenta las tasas de permanencia en la escuela, incrementa el número de años escolares completados, mejora la disciplina escolar, reduce las tasas de abandono, mejora la probabilidad de graduarse de la secundaria y acrecienta la probabilidad de matricularse en la universidad. Además, a largo plazo, se lo asocia con una menor posibilidad de ser encarcelado y con mayores ingresos en la adultez.

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“La evidencia es contundente: la posibilidad de ir al jardín de infantes marca una diferencia sustancial en el futuro de cada niño y niña. Los datos muestran que empezar temprano una educación de calidad genera un círculo virtuoso que da frutos a mediano y largo plazo”, afirmó Melina Furman, investigadora del Conicet y profesora de la Universidad de San Andrés.

Según los especialistas, una política pública de inversión y construcción de jardines de infantes tiene retornos altísimos, tanto individuales como sociales, y tiende a beneficiar en mayor medida a los más vulnerables
Según los especialistas, una política pública de inversión y construcción de jardines de infantes tiene retornos altísimos, tanto individuales como sociales, y tiende a beneficiar en mayor medida a los más vulnerables

La investigación muestra, además, que la construcción de jardines de infantes aumenta la asistencia. Para estimar el costo de construir las aulas necesarias para que todos los niños de tres a cinco años puedan asistir al jardín, los autores tomaron dos escenarios. El primero prevé que solo es necesario construir aulas y el segundo supone que se necesitan construir escuelas completas. La primera propuesta, estiman los investigadores, costaría 2,13% del gasto anual de 2021 en educación consolidado entre la Nación y las provincias (US$677.317.172), mientras que el segundo costaría el triple, 6,66% (US$2118 millones). Esto equivaldría a incorporar alrededor de 521.000 alumnos al sistema educativo inicial, que hoy cuenta con una matrícula aproximada de 1.479.000 alumnos. Es decir, hay casi 2.000.000 de chicos que están en edad de incorporarse de manera temprana a la educación.

“Tal vez la solución sea intermedia entre estas dos opciones. La construcción de aulas en escuelas que ya existen es muy posible, incluso si se tiene en cuenta que hay muchos jardines solo de salas de cinco, que es donde está universalizada la prestación. Lo más importante es destacar la viabilidad: es una política educativa factible con grandes beneficios”, subrayó Nistal.

Según De Simone, coautor del informe, la educación inicial es una inversión inteligente. “Tiene retornos altísimos, tanto individuales como sociales, y tiende a beneficiar en mayor medida a los más vulnerables. En otras palabras, si bien el costo de expandir la oferta de educación inicial no es menospreciable, se trata de una inversión que, con el tiempo, se paga sola”.