Jan Ulrich y el descenso a los infiernos de uno de los grandes ciclistas de los últimos 30 años: whisky, cocaína y 700 cigarrillos en un día

El Tour de Francia de 1997 fue la obra cumbre de Jan Ullrich
El Tour de Francia de 1997 fue la obra cumbre de Jan Ullrich - Créditos: @picture alliance

Jan Ullrich fue uno de los grandes animadores del ciclismo en los años 90, etapa coronada con la conquista del Tour de Francia en 1997. Campeón olímpico en los Juegos de Sidney 2000 y triunfador de la Vuelta a España en el 99, el competidor alemán inscribió su nombre a fuego en la memoria de los aficionados de esta disciplina y fue por aquellos años el gran rival de Lance Armstrong en las carreteras. Sin embargo, no todo fue un camino de rosas según confiesa en Jan Ullrich: Der Gejagte (Jan Ullrich: El Cazado, traducido del alemán) un documental sobre su vida.

Las acusaciones de conductas impropias de un deportista a partir de la tristemente célebre Operación Puerto (una investigación realizada en España en 2006 para desbaratar una red de dopaje liderada por el médico Eufemiano Fuentes) salpicaron a Ullrich, que vio cómo su carrera se hundió irremediablemente. Ello provocó que cayera en las garras de las adicciones, como el alcoholismo y la drogadicción. “En aquella época cada día era una cuestión de vida o muerte. Consumía mucha cocaína, bebía whisky como si fuera agua hasta que estuve al borde de la muerte”, dijo alguna vez.

Jan Ullrich reconoció su adicción al alcohol y a las drogas en el documental sobre su vida
Jan Ullrich reconoció su adicción al alcohol y a las drogas en el documental sobre su vida - Créditos: @Alexander Hassenstein

Ahora, en este documental, ahonda en aquellos días oscuros, de cuando aún competía: “Estuve sin beber durante nueve meses pero un día bebí un vaso y al cabo del tiempo perdí el control. Pasé del vino al whisky. Primero un vaso al día, luego dos, me adormecía todas las semanas. Era un deportista de alto nivel y podía llevar mi cuerpo hasta el extremo. Eso me permitió ganar un Tour, pero también ir en la otra dirección. Podía beber más whisky e inhalar más y más cocaína. Muchas personas se habrían suicidado, pero mi cuerpo resistió”.

Jan Ullrich durante el lanzamiento de su documental para Amazon, en Múnich
Jan Ullrich durante el lanzamiento de su documental para Amazon, en Múnich - Créditos: @Hannes Magerstaedt

En pleno éxito también llego el desenfreno. Ullrich dice que la gloria trajo consigo llevar a su cuerpo hasta el límite: “A mí mismo se me ocurrieron desafíos. Una vez quise establecer un récord mundial: fumé más de 700 cigarrillos en un día. Es un misterio cómo aguanté tanto tiempo”.

“En 2006 caí del pedestal de favorito a ganar el Tour. Pasé de ser un purasangre a un caballo de granja. Eso es difícil y aún me duele. Cree mis problemas por mis errores y debilidades. Estuve en la cima, caí al infierno y ahora lucho por estar en el medio”, reconoce quien en los 90 y parte de la primera década del siglo XXI fue el principal rival del norteamericano Lance Armstrong, el hombre que ganó todo lo que se propuso, pero lo perdió años después al constatarse que había incurrido en doping.

En lo más alto del podio de París, tras ganar el Tour de Francia de 1997, flanqueado por el francés Richard Virenque y el italiano Marco Pantani
En lo más alto del podio de París, tras ganar el Tour de Francia de 1997, flanqueado por el francés Richard Virenque y el italiano Marco Pantani - Créditos: @ullstein bild

Til Scheweiger, un director de cine amigo de Ullrich, cuenta en el documental que cuando lo dejó su mujer comenzó a tomar anfetaminas: “Me decía que sólo dormía dos horas. Comenzaba tomando cerveza a las 6 de la mañana y seguía durante todo el día. Me dijo que tenía una receta para tomar cocaína porque era menos dañina que las anfetaminas”, reveló.

Ullrich nació en 1973 en Rostock, ciudad que entonces pertenecía a la República Democrática de Alemania, regida por el régimen de la Unión Soviética. pone el mojón en 2018 como el momento más duro de su vida. “Como ciclista sufrí, pero tras mi carrera ese sufrimiento fue en la dirección equivocada. En 2018 estaba en mi punto más bajo, con todo lo que una persona podía soportar física y mentalmente. El siguiente paso habría sido la muerte”, confiesa.

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