Internaron a Kareem Abdul-Jabbar, uno de los jugadores más grandes de la historia, luego de sufrir un accidente en un recital

Kareem Abdul-Jabbar, durante una charla, en febrero pasado
Kareem Abdul-Jabbar, durante una charla, en febrero pasado - Créditos: @Mark J. Terrill

Hay preocupación en el mundo del básquetbol de primer nivel. Kareem Abdul-Jabbar fue ingresado en un hospital después de sufrir una caída que le provocó la rotura de la cadera. El incidente ocurrió cuando el símbolo de la NBA asistió a un musical, este viernes por la noche, en Los Ángeles.

El portal estadounidense TMZ publicó la primicia luego de comunicarse con Deborah Morales, el representante del ex jugador, que confirmó la información aunque prefirió evitar revelar la identidad del artista que realizaba el show ni el recinto en donde ocurrió el doloroso incidente.

Si bien por el momento se desconocen detalles sobre la gravedad de su condición, se supo que Abdul-Jabbar, de 76 años, estaba “profundamente agradecido” por el accionar del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, que actuó rápidamente en auxilio del deportista y al personal del Hospital de UCLA por su “increíble” atención.

Kareem Abdul-Jabbar, una leyenda
Kareem Abdul-Jabbar, una leyenda - Créditos: @RYAN LIM

Considerado uno de los mejores jugadores en la historia del básquetbol, el ex jugador brilló en su carrera con los Milwaukee Bucks y los Los Ángeles Lakers, obteniendo seis títulos de la NBA y siendo el máximo anotador de la historia de la liga hasta la 2022. La caída y consiguiente lesión de cadera son incidentes que preocupan dada su envergadura física, y la atención médica que está recibiendo en estas horas es fundamental. Será operado en las próximas horas.

En una nota reciente en LA NACION, Diego Morini contó parte de su historia. Decía la crónica. Hijo único y bastante feliz. Un padre severo y una madre decidida a que recibiera una buena educación católica. Una formación con tanta huella que resulta imposible no comprender que pudo funcionar como piedra basal para convertirlo en uno de los personales más emblemáticos adentro y afuera del universo del deporte. Nunca superó la decisión de sus padres de desarraigarlo de una escuela integrada y llevarlo a un internado católico sólo para negros, así como tampoco logró dimensionar que no pudo elegir dónde quería desarrollar su talento como profesional.

Es que el niño que nació el 16 de abril de 1947, creció en Harlem con el nombre de Ferdinand Lew Alcindor, construyó su destino sin detenerse por un segundo. Con el aliento de una sociedad depredadora que amenazaba todo el tiempo con derrumbarlo, se levantó un muro, ladrillo a ladrillo, trauma a trauma, para transformarse en una leyenda de la NBA, para volverse como el acero con su bautismo como Kareem Abdul-Jabbar. Para ser un emblema de los derechos de los afroamericanos y florecer como una figura multidimensional.

Dentro de la cancha era un torbellino y afuera un huracán. Su relevancia dentro del mundo del activismo deportivo lo llevó a tomar parte en uno de los momentos más icónicos de la historia en los Estados Unidos. En 1967 cuando comenzó el reclutamiento para la Guerra de Vietnam, uno de los llamados fue Muhammad Ali, el cual se negó a ser parte de esa convocatoria por motivos de conciencia social, lo que le costó su título de campeón y la licencia para competir.

Con el objetivo de darle apoyo a Ali, se organizó un acto en la Negro Industrial Economic Union, una corporación para el empoderamiento negro, del que participaron estrellas del tamaño de Bill Russell, de Boston Celtics; Walter Beach, Sid Williams, Jim Shorter y John Wooten, de los Browns de la NFL; Bobby Mitchell, de Washington; Curtis McClinton, de los Chief, y Willie Davis, de los Packers, y Lew Alcindor.

En las 14 temporadas en los Lakers construyó su leyenda: el jugador récord, es el segundo anotador histórico de la NBA con 38.387 puntos (el primero es LeBron James con 38.652). Ganó seis anillos –uno con Milwaukee y cinco con los Lakers–, fue seis veces MVP y 19 veces All Star. Es el dueño del “Skyhook”, ese movimiento que inmortalizó y que muchos consideran el más letal y el más difícil de defender en el básquetbol.

No es el primer problema de salud con el que se enfrenta el seis veces campeón de la NBA y seis veces MVP. En 2020 anunció que se recuperaba de un cáncer de próstata y leucemia desde 2008.