Inicio de clases: qué dicen padres y maestros sobre el paro docente convocado para el primer día
A pesar del cielo gris y la lluvia, esta mañana el color en las calles de la ciudad de Buenos Aires lo pusieron los chicos que comenzaron las clases. Guardapolvos, uniformes, mochilas y paraguas de diferentes personajes, como Spiderman y Mickey Mouse, se convirtieron en los protagonistas de las inmediaciones de diferentes escuelas de nivel primario e inicial. El comienzo de clases en Capital Federal ya es un hecho, y en la mayoría de la escuelas de este distrito se dio con normalidad –un 93% de los docentes asistieron a las aulas hoy, según un relevamiento del Ministerio de Educación porteño–, a pesar del paro docente previsto por la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), en las ocho jurisdicciones nacionales donde inicia el ciclo lectivo (Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Mendoza, San Luis, Santa Fe, además de Caba).
A las 7.45, la Escuela N°4 Provincia de Córdoba, ubicada en el barrio porteño de Palermo, abrió sus puertas con normalidad. Bajo una moderada lluvia, padres acompañaban a sus hijos, entusiasmados por volver a ver a sus compañeros de clase o, en algunos casos, conocer nuevos. No se veía cartelería relacionada con el paro, sino mensajes de bienvenida a los estudiantes.
“Mi hija está muy emocionada, arranca primer grado. Sabe que va a aprender mucho y a tener compañeros nuevos y eso la entusiasma un montón”, comentó a LA NACION Micaela Pedernera. “Tengo un compañero del jardín que arranca conmigo”, expresó la niña con una sonrisa de oreja a oreja, mientras sostenía un paraguas de Frozen.
Con respecto de la decisión del Gobierno porteño de garantizar la apertura de las escuelas en el marco del paro docente, Pedernera sostuvo que es lo correcto y lo que corresponde. “Cada día la educación se va deteriorando más y los niños aprenden cada vez menos. Entiendo el reclamo que están haciendo, pero nuestros hijos no tienen que perder el derecho a la educación”, agregó.
Una opinión similar deslizó Nancy Escobar, madre de una alumna que comenzaba séptimo grado: “Es lo que hay que hacer. Hay que tener en cuenta que muchos chicos vienen atrasados por lo que pasó en la pandemia. No estoy en desacuerdo con lo que reclaman, siempre y cuando no abandonen a los estudiantes”.
En una escuela primaria de Villa del Parque, una maestra con 20 años experiencia, que prefirió reservar su identidad, dijo a LA NACION que, pese a estar de acuerdo con los motivos del paro, la mayoría de los maestros fueron a dar clases para no sufrir el descuento salarial que anunció el Gobierno porteño días atrás. “Para un docente con dos cargos titular, los descuentos por el paro pueden llegar a casi 70.000 pesos, porque se descuenta el presentismo y el día de trabajo”, dijo.
El viernes pasado, después de que CTERA había convocado al paro nacional para hoy, el jefe de Gobierno de la Ciudad, Jorge Macri, adelantó que en su distrito, los docentes que no se presentaran a trabajar el lunes no iban a cobrar el día.
La decisión de CTERA había sido tomada el jueves tras un congreso extraordinario, en reclamo de la paritaria nacional y en rechazo de la eliminación del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid).
Esta mañana, durante el acto realizado en la Escuela N° 21 del Distrito Escolar 5, en el barrio de Nueva Pompeya, el Jefe de Gobierno dijo: “Estoy muy contento porque el mejor lugar donde pueden estar los chicos es en la escuela. Esto es un trabajo en equipo, de los gremios que se sentaron a dialogar y encontrar un acuerdo y que cumplieron con el inicio de clases Y además me parece que es importante que la totalidad de los docentes, el noventa y pico por ciento largo, está hoy en el aula”.
Y agregó: “Habrá algunos que han adherido injustamente al paro, porque hay un acuerdo paritario en Buenos Aires, y adhieren en solidaridad con otras provincias”.
En la ciudad de Buenos Aires, la semana pasada los 17 gremios docentes ya habían firmado un acuerdo por un incremento que lleva el salario inicial neto a $871.332 y con antigüedad a $1.132.152.
Según informó el Gobierno porteño, el 93% de los docentes de la Ciudad no adhirió al paro convocado por CTERA, sobre un total de 492 escuelas. A su vez, dijeron que se implementó de manera preventiva un plan de contención enviando docentes itinerantes a las escuelas donde el acatamiento de la medida de fuerza solía ser mayor en años anteriores.
“Todo inicio trae consigo sueños, proyectos y anhelos. La escuela es un lugar de aprendizajes, de crecimiento constante y de bienestar emocional donde los protagonistas son los chicos y chicas. Nuestro compromiso es defender el derecho a la educación y trabajar juntos para mejorar el aprendizaje que los estudiantes reciben en las aulas”, dijo esta mañana la ministra de Educación, Mercedes Miguel.
Situación crítica
En la Escuela Primaria Común N° 23 Bernardino Rivadavia, en el barrio de Balvanera, las clases también comenzaron con normalidad. “Bienvenidos”, se leía en una cartulina naranja en la entrada, junto con diferentes valores propios de la escuela, como el compañerismo, el aprendizaje, el compromiso y la solidaridad.
Una pequeña ventana del frente de la institución dejaba entrever el interior de una de las aulas, donde varios niños parecían estar prestando atención a su maestra.
“Todo el personal vino a trabajar con normalidad. Las escuelas tienen que estar abiertas porque los chicos no tienen que ser rehenes de los temas entre los gremios y el Gobierno”, señaló una docente del establecimiento, que pidió resguardar su identidad.
Sin embargo, subrayó la situación crítica que atraviesa el sector educativo: “Necesitamos urgente una actualización de nuestro sueldo. Los docentes trabajamos ocho horas, muchas veces nos vamos a las seis de la tarde y no nos pagan horas extra. Las conducciones también ganan muy mal”.
A su vez, destacó el tiempo de formación y el sacrificio que implica la profesión, como realizar la licenciatura y “todo lo que hay que rendir para concursar”.
Cerca de las 10.15, desde la recepción del Colegio San Miguel se escuchaba un fuerte bullicio que provenía del patio interno y de las aulas, que hoy estaba recibiendo a cerca de 310 alumnos.
En esta institución, el paro docente tampoco fue motivo para impedir el inicio de clases. “Estamos transitando nuestro primer día de clases con absoluta normalidad y con la presencia de todos los que trabajan en el Colegio San Miguel. Como educadores, nuestra tarea es brindar educación y servicio educativo a todas los alumnos y familias”, expresó a este medio Elena Santos, directora del establecimiento.
A su vez, señaló: “La educación es una prioridad, sobre todo pensando en el futuro del país. Tiene que ver con nuestro proyecto profesional, pero también existencial. Por eso hoy abrimos las puertas”, concluyó Santos.
Concentración frente al Palacio Pizzurno
Mientras tanto, cientos de docentes de distintos municipios de la provincia de Buenos Aires se reunieron en las inmediaciones del Palacio Pizzurno. “¡Unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode”, cantaban al unísono mientras agitaban banderas de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctsera) y del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba).
Otros sostenían carteles hechos a manos que, a pesar de estar empapados por la lluvia, aún podían leerse con gran claridad: “Milei no”, decía uno. “La educación pública resiste”, enunciaba otro.
Allí se encontraba Emiliano Barrera, docente de escuelas técnicas en Lomas de Zamora. “Es la primera vez que los docentes estamos sufriendo un recorte salarial tan grande. Nunca vivimos algo así y las provincias no pueden hacerse cargo de algo que fue arreglado en paritarias a través de la lucha docente. Estamos un 60% abajo de la inflación, sin contar los últimos dos meses donde los aumentos salariales que recibimos de parte del gobierno provincial no alcanzan para cubrir la canasta básica familiar”, comentó preocupado en diálogo con LA NACION.
Específicamente, Barrera detalló que hoy una maestra gana entre $300.000 y $350.000. “Los docentes estamos acostumbrados a trabajar más de 40 horas y algunos incluso más porque no les alcanza para nada. Por eso sostenemos que nuestro salario no puede ser una variable de ajuste”, precisó.
María Alejandra Peña Loray, profesora de literatura de la Escuela Secundaria N°52, ubicada en la localidad de Ministro Rivadavia, perteneciente al municipio de Almirante Brown, también se acercó al lugar para manifestarse. “La actualidad es muy grave. Hay docentes que tenemos muchas horas y no podemos seguir sacrificándonos. El ajuste lo están pagando los que menos tienen y los profes, maestros y formadores con una menor cantidad de horas”, sostuvo en diálogo con este medio.
Con respecto de la decisión del Gobierno de considerar a la educación como servicio esencial –que limita el derecho a huelga de los docentes–, Peña Loray expresó: “Los servicios se pagan, en cambio el derecho, no. El derecho a la educación pública se defiende”.
Lorena Ojea, quien da clases en escuelas de Guernica y forma parte de la agrupación Che Docente, es otra de los tantos docentes que viven con preocupación e incertidumbre la crisis en el sector educativo. “No sabemos qué va a pasar. Más allá de que se cerró la paritaria provincial, en nuestra agrupación nos opusimos al aumento del 20% porque no nos alcanza. Ya veníamos atrás de la inflación y ahora, peor”, sentenció.
Ojea también se refirió a la complicada situación que se vive en los distintos colegios públicos de su zona, como las aulas superpobladas –producto de la cantidad de alumnos de instituciones privadas que pasan al sector público– y la lentitud para modernizar la infraestructura. “Seguimos sumando un montón de situaciones que vuelven cada vez más terrible nuestra situación laboral y el derecho a los alumnos y alumnas a estudiar”, concluyó.