LA BAULE-ESCOUBLAC, Francia.- Inglaterra es todavía el único país que logró romper la hegemonía del Hemisferio Sur en la conquista de la Copa del Mundo de rugby. La victoria en 2003, en Australia, con el legendario drop de Jonny Wilkinson en el tiempo extra, es una de las grandes postales del breve recorrido de la copa William Webb Ellis. Los ingleses, además, llegaron a otras tres finales: 1991, 2007 y 2019. Por historia, por presupuesto (ninguna otra Unión dispone del dinero que maneja la RFU) y por la calidad de su torneo estrella, la Premier, quizá el de mayor nivel al menos en Europa, a los inventores de este juego no conviene nunca quitarles el cartel de favoritos. Sin embargo, el imperio ya no es el mismo. A la crisis económica que derivó en la quiebra y baja de algunos clubes, su seleccionado le añade una ostensible baja en el juego que lo llevó a perder de manera sostenida en lo que va del año. De la serie pre Mundial sólo ganó un partido (a Gales) y perdió con Gales, Irlanda y Fiji, que lo venció por primera vez en la historia en Twickenham. Antes, en el Seis Naciones, cayó ante Escocia e Irlanda, mientras que Francia lo humilló en Londres con un lapidario 53-10.

Además, como si le hubiera caído un rayo, en el debut del sábado con los Pumas no podrá contar con su capitán, Owen Farrell, ni con el único octavo natural que tiene entre sus 33, Billy Vunipola. Ambos, suspendidos por tackles peligrosos, son titulares indiscutidos desde hace varios años. Pero también se quedaron afuera por lesión el medio scrum Jack van Poortvliet y el wing Anthony Watson, los dos con presencia habitual en el XV inicial. Y, por si fuera poco, para el sábado están entre algodones dos tackleadores seriales: Tom Curry y Courtney Lawes, que igualmente fueron confirmados como titulares.

Históricos de la Rosa y la prensa local vienen siendo muy duros en las críticas al equipo que dirige Steve Borthwick. Sir Clive Woodward, el entrenador y cerebro del campeonato en 2003, considera directamente que Inglaterra no es favorita en el Mundial y que los Pumas pueden ganar el gran partido del sábado. Otro campeón mundial, Lawrence Dallaglio, dijo después de la derrota con Fiji que los jugadores debían pedirle perdón a Lawes, su capitán, por un rendimiento “tan decepcionante”. Algunos piensan que Borthwick no tiene la capacidad necesaria para dirigir a Inglaterra, mientras que otros optan por echarle la culpa al proceso que llevó adelante Eddie Jones, quien condujo al equipo a niveles superlativos en el subcampeonato en Japón 2019. Jones, viejo zorro declarando, retrucó ahora, dirigiendo a Australia, que el problema inglés es que hace rato que no produce jugadores de nivel internacional. Sería imperdible un cuartos de final Inglaterra-Wallabies.

En esa tómbola que es adosarle el favoritismo a un equipo antes del kick-off, Inglaterra va de un lado hacia el otro. Y eso se traslada inmediatamente a la Argentina. Ninguno de los dos quiere colgarse ese cartel. Pero puede recordarse que así como los Pumas tienen como espejo lo ocurrido en este mismo país en 2007, idéntico reflejo pueden tener los ingleses. Hace unos días lo llevó a la memoria otro de los héroes de 2003 y también protagonista en 2007, Jason Robinson. Aquella vez, Inglaterra llegó a Francia envuelto en una crisis de malos rendimientos. Se decía que era un equipo gastado. Jugó una primera rueda opaca: Sudáfrica la goleó 36-0, pero en el partido decisivo ante Tonga emergió con un apretado triunfo que la llevó a los cuartos de final. Allí, con los grandes favoritos, los Wallabies, el equipo resurgió. Los forwards jugaron un partido extraordinario, con una clase de ruck. Los medios ingleses titularon “Ruck and roll”. Y apareció en todo su esplendor el pie de Wilkinson, que en semifinales liquidó a Francia. Recién en la final Sudáfrica pudo detener el sueño inglés del bicampeonato.

El inolvidable drop de Wilkinson

¿Qué es hoy Inglaterra? Un equipo con poca sorpresa, de un juego mecánico, pero con jugadores de alto nivel que pueden hacer la diferencia. Sin Farrell, George Ford tendrá la 10 y la misión de ser el estratego. Ford jugó un Mundial brillante en 2019 hasta que los Springboks lo ahogaron y lo borraron en la final. Es un jugador cerebral, de gran técnica, excelente kick (táctico y a los palos) al que no hay que darle espacios. En el centro de la cancha, los ingleses, ante la ausencia de su capitán, volverán a recurrir a Manu Tuilagi, que ya no tiene la explosión de antes. Como medio scrum, Borthwick sorprendió con Alex Mitchell, que le ganó la pulseada al experimentado Ben Youngs.

La Rosa publicó el equipo titular a través de sus redes sociales, y el equipo estará integrado por: Freddie Steward, Jonny May, Joe Marchant, Manu Tuilagi, Elliot Daly, George Ford, Alex Mitchell, Ellis Genge, Jamie George, Dan Cole, Maro Itoje, Ollie Chessum, Courtney Lawes, Tom Curry y Ben Earl. Los suplentes, en tanto, serán: Theo Dan, Joe Marler, Will Stuart, George Martin, Lewis Ludlam, Danny Care, Marcus Smith y Ollie Lawrence.

En el pack, Inglaterra no ha mostrado un scrum sólido y los Pumas deberían imponerse y marcarles territorio desde esa formación. Sin Vunipola, el octavo será Ben Earl, flanqueado por Curry -que se recupera de una lesión en el tobillo- y Lawes. En el line y maul, la opción hoy más buscada por los seleccionados para llegar al try, Inglaterra tuvo en la serie pre Mundial un porcentaje muy bajo, el más bajo de todas las potencias (10,6). Los Pumas alcanzaron 39,7 y los Springboks, por ejemplo, que tienen a esa combinación como un emblema de su poderío, 43,5.

Los argentinos, además de cómo se vienen preparando y de la calidad como equipo, tienen también un plus, ya que conocen muy bien a los que serán sus rivales, dado que son varios los que juegan la liga inglesa. Julián Montoya y Matías Moroni, además, fueron dirigidos por Borthwick en el Leicester que ganó la Premier 2021-2022.

Inglaterra es el único país que ganó los Mundiales de rugby y de fútbol, los dos deportes que llevan su marca de origen. Un ex jugador del seleccionado inglés me dijo hace un par de días que la Argentina, según su percepción, será el primero que ostente al mismo tiempo los títulos mundiales de fútbol y de rugby. Arriesgó más: Emiliano Boffelli (“could well be the match winner”) será el hombre de la victoria. En Marsella, a partir de las 16 de la Argentina, empezará el juego y terminará la cuestión del favoritismo. Quedan horas para que el resto sea historia.