Inglaterra no anhela la medalla como Argentina y busca otros incentivos para motivarse

PARÍS.– Pasó una hora de la medianoche y París todavía tiembla del sacudón que le propinó la segunda semifinal. En los bares del Barrio Latino sigue corriendo la cerveza. Los sudafricanos toman para festejar, los ingleses para olvidar. El resto, para prolongar un rato más las sensaciones que deja en el cuerpo cada partido de este Mundial. En la mesa de al lado, dos ingleses, padre sesentón e hijo veinteañero, no terminan de digerir lo que había pasado un rato antes. “Todavía no lo puedo creer. Merecimos ganar. Tendríamos que estar en la final”, protesta el menor. “El partido por el tercer puesto no podría importarme menos. Ojalá gane Argentina”.

No hay medias tintas para los ingleses. Era a todo o nada. Después de estar a tres minutos de sorprender a los poderosos Springboks y estar en la final de Francia 2023, deben conformarse con enfrentarse a los Pumas en el partido por la medalla de bronce, el viernes a las 16 hora argentina en el Stade de France. Entre el dolor por haber estado tan cerca de la hazaña, el poco interés que despierta el partido del otro lado del Canal de la Mancha y la posibilidad de que jueguen varios suplentes, las posibilidades para el equipo argentino de tener revancha de lo que fue el partido inaugural aumentan.

“Definitivamente va a tardar un poco más en cerrar la herida del partido cuando fue tan cerrado y se definió sobre el final. Duele, pero así es el deporte y es algo que nos apasiona”, dijo Richard Wigglesworth, ex medio-scrum y actual entrenador de ataque de Inglaterra, después de la derrota en la semifinal, en la zona del Bois de Vincennes.

La narrativa de los dos equipos después de las semifinales dejó en claro el enfoque con que llegan al partido por la medalla de bronce. Mientras que los Pumas se propusieron dar vuelta la página de la derrota con Nueva Zelanda inmediatamente y apuntar al “muy importante” duelo por el tercer puesto, tras caer ante Sudáfrica agónicamente los ingleses prácticamente se despidieron del Mundial. “Estuvimos muy cerca. Jugamos un partido excelente, ejecutamos el plan de juego a la perfección. Es duro terminar así”, dijo el hooker Jamie George. “Estoy orgulloso de este equipo. No puedo estar más agradecido con el apoyo de los hinchas en los últimos dos meses. Fue increíble. Esperamos haberles sacado una sonrisa y lamentamos no haber podido llegar al último partido. Al mismo tiempo estamos orgullosos de haber representado a todos en nuestro país y de haber demostrado lo que significa ser inglés”.

No hay dudas de que Inglaterra va a salir a ganar el partido, pero la medalla de bronce no está entre las motivaciones que lo impulsan. Se advierte en los hinchas, sobre todo, pero también en las declaraciones de los jugadores y los enfoques de la prensa londinense.

“Hay que ser honestos y admitir que éste no es el partido que estábamos esperando jugar”, reconoció Wigglesworth. “Pero podríamos estar de vuelta en casa y no es así. Si me preguntan, prefiero estar acá, prefiero seguir participando del Mundial”.

En las páginas del Times, el Telegraph y el Guardian ya empiezan a hacer conjeturas sobre el futuro del equipo, qué jugadores deben seguir y quiénes no, cómo se puede mejorar el juego de ataque, quiénes merecen estar en el equipo el viernes por despedirse del seleccionado y hasta cómo encarar el Seis Naciones en febrero. La despedida del subcapitán Courtney Lawes y la preocupación por el asedio en redes sociales sobre Tom Curry, que acusó al sudafricano Bungie Mbonambi de proferir insultos racistas, fueron los temas centrales en la conferencia de prensa.

¿Qué motivaciones encuentran los jugadores para jugar este partido después de haber estado tan cerca de llegar a la final? “Hay muchas historias de las que aferrarse esta semana”, respondió Wigglesworth. “Tenemos que asegurarnos de tratar cada caso de manera individual. Al mismo tiempo, queremos confirmar nuestro progreso y terminar de buena manera, lo que implica una victoria la sensación del deber cumplido.”

Ben Earl, el octavo que está teniendo un gran Mundial pese a no estar en su puesto natural de ala, coincidió con su entrenador: “Es duro. Creo que tenemos que apoyarnos uno en el otro, tenemos que darles a esos chicos que están jugando su último partido con la camiseta de Inglaterra la despedida que se merecen. Al mismo tiempo, estamos jugando por nuestro país, así que en ese sentido es fácil motivarse. Tenemos que olvidar lo que pasó el fin de semana, lo que es más fácil decirlo que hacerlo. Tenemos que enfocarnos en la preparación y en ejecutarlo en el partido. Queremos llegar al Seis Naciones con una buena sensación. Hacerlo con una medalla sería grandioso”.

El partido marcará el retiro del seleccionado del subcapitán Courtney Lawes y de otros históricos como los pilares Dan Cole y Joe Marles, los medio-scrums Ben Youngs y Danny Care, aunque estos no se expidieron al respecto.

“Creo que hay que tener un balance entre no tratar de pensar demasiado en lo que pasó y enfocarse en el próximo partido, pero al mismo tiempo emplear ese dolor a favor”, resumió el fullback Freddie Steward. “Debemos intentar sobreponernos y sentirnos orgullosos de nosotros mismos. Lo último que queremos hacer es terminar el Mundial con dos derrotas. Se lo debemos a chicos como Courtney [Lawes] y a nosotros mismos”.

Este miércoles, el entrenador Steve Borthwick dará a conocer los 23 que saldrán a jugar al Stade de France. Aunque Wigglesworth no dio nombres, anticipó que podría haber cambios y premiar a jugadores que no vieron demasiada acción: “No hemos terminado todavía. Todo este Mundial ha sido un esfuerzo de todo el grupo y hay que darles crédito a los chicos que no han jugado. Sabemos del esfuerzo y los sacrificios que han hecho. Tenemos un partido que ganar el viernes y ese va a ser el único criterio de selección”.

Sólo una vez Inglaterra jugó por la medalla de bronce. Fue en el Mundial de Sudáfrica 1995, luego de haber sido derrotado con amplitud por Nueva Zelanda. Al final, se quedarían con el cuarto puesto tras caer ante Francia. Curiosamente, la final de ese certamen es el único antecedente que persiste entre Springboks y All Blacks en una final mundialista hasta este certamen.

“Argentina va a salir a jugar con las pistolas humeando. Esperamos un gran desafío, sabemos que este partido es una forma de terminar bien el Mundial para los dos equipos”, dijo Earl. “Hay que recordar que ellos pasaron por un mal trago similar al nuestro luego de perder en semifinales.”

En materia de juego, estrategia y potencia física, Inglaterra llega mucho mejor al duelo del viernes. Otra vez los Pumas deben apelar a su amor propio para compensar esa diferencia, amén de evitar errores no forzados. La sed por la medalla de bronce no es un incentivo menor. Allí, la Argentina tiene una pequeña ventaja.