IndyCar: el espeluznante accidente en un fin de semana negativo para Canapino

El accidente que tuvo como protagonista a Sting Ray Robb (A.J. Foyt Enterprises) en el IndyCar
El accidente que tuvo como protagonista a Sting Ray Robb (A.J. Foyt Enterprises) en el IndyCar

Los óvalos son una marca registrada de la IndyCar, que tiene su carrera estrellas en las 500 Millas de Indianápolis. La velocidad y la adrenalina que provocan las carreras en esta clase de trazados aumenta la expectativa en el público y acentúa la concentración de los pilotos, conocedores que ante el mínimo error o distracción, el accidente será inminente y encenderá las alarmas por la integridad física de los pilotos por la espectacularidad. Agustín Canapino (Juncos Hollinge Racing), que tuvo una adaptación rápida a los óvalos, circuitos de características desconocidas para el arrecifeño porque en el automovilismo nacional no existen los dibujos puros, en la doble fecha de Iowa sufrió las dificultades del pequeño escenario de 1400 metros: un trompo a la salida del pit, luego de la primera detención en los boxes, hundió al arrecifeño a la última posición del clasificador y aunque se reenganchó en la carrera no vio la bandera a cuadros.

El sábado, en la carrera nocturna que abrió el fuego, no completó una vuelta, tras quedar atrapado por un error del neerlandés David Malukas (Meyer Shank Racing). Los incidentes tiñeron de dramatismo la ronda 11 del calendario, en particular el que se produjo a metros de la meta en la segunda de las carreras, donde el auto que conduce Sting Ray Robb (A.J. Foyt Enterprises) levantó vuelo tras impactar con el de Alexander Rossi (Arrow-McLaren) y cayó con las ruedas hacía arriba.

La categoría visita tres clases de óvalos en la temporada. Los cortos, como el de Iowa; los intermedios o speedway, que tienen una longitud que oscilar entre los 2,5 y cuatro kilómetros –el modelo de Gateway es un ejemplo- y los largos o superspeedway, como Indianápolis. Las diferencias de velocidades entre los de menor y mayor extensión son de 50 kilómetros. Toda la preparatoria para una carrera en un circuito oval es diferente a la que se desanda en los urbanos y los autódromos: desde el modelo de clasificación a los neumáticos. La qualy se desarrolla con el auto en soledad y a dos vueltas a velocidad, y Canapino exprimió su talento y adaptación para sellar su mejor posición de largada desde que debutó en IndyCar: 17° para la carrera nocturna y 10° para la que cerró el espectáculo, convirtiéndose en su mejor espacio en 27 fechas. Sin embargo, el fin de semana resultó una sucesión de contratiempos para el Titán.

Un fin de semana de resultados negativos para Agustín Canapino en el óvalo de Iowa; la siguiente fecha de IndyCar será en el trazado urbano de Toronto, el domingo
Un fin de semana de resultados negativos para Agustín Canapino en el óvalo de Iowa; la siguiente fecha de IndyCar será en el trazado urbano de Toronto, el domingo - Créditos: @Juncos Hollinger Racing

El error de Malukas cuando apenas se visualizó la bandera verde dinamitó el sueño de Canapino en la primera carrera, donde largó 17mo. “Un error de novato”, definió el propio estadounidense a la maniobra que atrapó al arrecifeño contra el muro y, además, interceptó la marcha de Romain Grosjean, por lo que los dos autos del Juncos Hollinger Racing quedaron fuera de escena con rapidez.

Los mecánicos tuvieron una noche atareada para reparar al auto N°78, del argentino, que resultó el más dañado de las dos unidades del equipo con sede en Indiana. La misión se completó y los dos coches se alistaron en la grilla para tomar parte de la carrera diurna del domingo, sobre 250 giros.

La rápida oportunidad para tomarse desquite de una situación que lo tuvo como actor secundario del accidente fue un aliciente para Canapino. Retribuir con un buen clasificador la labor de los mecánicos, un empuje extra a ocupar el 10° lugar de partida, nuevamente junto a Malukas. No fue la mejor partida en un circuito que para la doble fecha de 2024 enseñó cabeceras reasfaltadas: cayó al 13er lugar, aunque el Titan se mantenía en la línea y las diferencias en los cronómetros oscilaban en una brecha de dos a nueve décimas. Si las estrategias del pasado se concentraban en cuatro detenciones en los boxes, la nueva situación de pista generó menor degradación de neumáticos y el ahorro de combustible fue una de las llaves para intentar ganar la carrera.

La idea de parar en la vuelta 65 quedó archivada y los autos recién entraron en manada al pit a partir del giro 97. Canapino lo hizo una vuelta más tarde y su detención no fue rápida: 8,3 segundos, cuando la media era de entre seis y siete segundos. Pero apenas fue el comienzo de la debacle: en su regreso a la pista dibujó un trompo, el auto quedó detenido y provocó la primera y única bandera amarilla de la carrera, toda una rareza en un óvalo de tan poca extensión. Con ayuda, los auxiliares devolvieron el coche al garaje y el Titán, después de 15 vueltas, se reenganchó en la carrera; hizo dos nuevas detenciones y la última determinó el final, con cinco giros para la bandera a cuadros y cuando era el 25°, tras las deserciones de Conor Daly (Dale Coyne Racing) y Felix Rosenqvist (Meyer Shank Racing).

En el óvalo de Iowa, Agustín Canapino marcó su mejor clasificación desde que debutó en IndyCar; el arrecifeño, sin embargo, no pudo coronar la tarea, con el abandono a pocas vueltas del final
En el óvalo de Iowa, Agustín Canapino marcó su mejor clasificación desde que debutó en IndyCar; el arrecifeño, sin embargo, no pudo coronar la tarea, con el abandono a pocas vueltas del final - Créditos: @Grindstone Media Group/ASPInc/Colin Mayr

La victoria de Will Power, bicampeón de IndyCar que no tenía triunfos en Iowa, cerró el doble festejo del Team Penske, que el sábado celebró el triunfo de Scott MacLaughlin. Toda una rareza, ya que el especialista en los óvalos es Josef Newgarden, vencedor de las dos últimas carreras de las 500 Millas de Indianápolis.

Al espectáculo le restaba la cuota de dramatismo y espectacularidad con el múltiple accidente que involucró a cuatro autos, a metros de la línea de sentencia. Rossi se quedó sin combustible y Ray Robb no logró evitar el impacto, ante la notable diferencia de velocidad en la que viajaba uno y otro coche: el vuelo y la caída con los neumáticos hacia arriba, las chispas y el viaje de varios metros con el piloto con la cabeza a centímetros del asfalto.

El aeroscreen, el elemento de seguridad que en 2020 desarrolló Red Bull Racing para IndyCar –la F.1 se decantó por el halo- y que esta temporada fue renovado, volvió a enseñar su capacidad para resguardar la vida de los pilotos.

Ray Robb fue trasladado en una tabla a realizarse los chequeos médicos para descartar lesiones severas –el auto rebotó en el piso-, aunque no fue el único que tuvo al aeroscreen como aliado: Kyle Kirkwood (Andretti Global) quedó casi atrapado en la butaca, porque el auto de Ed Carpenter (Ed Carpenter Racing), quedó montado sobre el elemento de seguridad, tras completar el póquer de autos involucrados en el accidente entre Rossi y Ray Robb.