El ‘impeachment’ más reciente ya es historia, pero sus repercusiones políticas perdurarán

De izquierda a derecha: el sargento de armas de la Cámara de Representantes, William McFarland, y el secretario de la Cámara de Representantes, Kevin McCumber, caminan con los fiscales del juicio político que llevan los artículos de juicio político contra Alejandro Mayorkas, secretario del Departamento de Seguridad Nacional, en una procesión ceremonial dentro del Capitolio en Washington, el martes 16 de abril de 2024. (Anna Rose Layden/The New York Times).

WASHINGTON — Los republicanos del Senado, indignados ante la rapidez con que los demócratas descartaron los cargos contra Alejandro Mayorkas sin llegar siquiera a comenzar el juicio político (denominado “impeachment”), advierten que fijaron un precedente que podría poner a los demócratas en una situación desapacible en el futuro.

Imaginemos la siguiente situación: los demócratas están a cargo de la Cámara de Representantes y presentan una moción con el propósito de someter a juicio político y retirar del cargo a un presidente republicano fuera de control. Los republicanos dirigen el Senado y responden que, por desgracia, los cargos no cumplen con la definición de un delito de abuso o violación de los deberes propios de su cargo público (designados “high crimes and misdemeanors”) establecida en la Constitución para iniciar procesos de “impeachment”. Los cargos desaparecen sin que siquiera amenacen con llegar a juicio.

Aunque no se mencionaron nombres específicos, absolutamente todos en el Capitolio saben que es al menos concebible que el próximo año coincidan una Cámara de Representantes demócrata, un Senado republicano y un presidente republicano. Es posible que quien ocupe la Casa Blanca sea Donald Trump, que ya enfrentó dos juicios políticos, y que ambas cámaras estén dirigidas por un partido distinto. Los republicanos instaron a los demócratas a evaluar su postura.

La decisión de los demócratas de desechar los cargos sin que se ventilara el caso “implica que la próxima vez que la Cámara de Representantes proponga promover un juicio político contra algún presidente, si la mayoría en el Senado es del mismo partido político que el presidente, podría sencillamente descartar el caso”, explicó el senador John Cornyn, republicano de Texas y uno de los dos hombres que podría encabezar al partido en el siguiente Congreso.

Los demócratas afirman que los republicanos fueron quienes hicieron mal uso del proceso de juicio político, que solía ser inusual y tremendamente serio, por intentar utilizarlo para deshacerse de un funcionario de gobierno con cuya política de inmigración y seguridad fronteriza no concuerdan. Sostienen que el error real habría sido tratar como legítimo el caso promovido por los republicanos contra el secretario de Seguridad Nacional, cuando en realidad fue una acción apenas velada con el propósito de amplificar la importancia de la seguridad fronteriza como tema político y crear caos en el Senado.

“Si comenzamos a malbaratar el juicio político, que es justo lo que ellos hicieron al plantear un problema de política como fundamento para un ‘impeachment’, entonces habrá juicios políticos todo el tiempo”, señaló en una entrevista el senador Chuck Schumer, demócrata de Nueva York y líder de la mayoría. “Así, la Cámara de Representantes podría atar de manos al Senado”.

El Capitolio de Estados Unidos en Washington, el 22 de marzo de 2024. (Kent Nishimura /The New York Times).
El Capitolio de Estados Unidos en Washington, el 22 de marzo de 2024. (Kent Nishimura /The New York Times).

Aunque el caso contra Mayorkas ya es historia, sus ramificaciones perdurarán, en vista de la creciente politización y mayor frecuencia del proceso del juicio político. El Senado opera con base en precedentes (o, dicho de otro modo, la regla permanente en el Senado es: lo que siembras, cosechas).

La historia ha demostrado que una vez que un partido tiene control del Senado y hace algo que no le gusta al otro, este hace todo lo posible por regresarle el favor en cuanto se presenta la oportunidad. Cuando los demócratas le pusieron fin en 2013 al requisito de 60 votos para proceder con el nombramiento de la mayoría de los jueces federales y así lograron evitar tácticas dilatorias gracias a que establecieron un nuevo precedente, los republicanos chillaron… pero luego también redujeron el número de votos necesarios para los magistrados de la Corte Suprema cuatro años después, porque entonces les convenía a sus metas políticas, y así pudieron impulsar al primero de una serie de tres magistrados al tribunal supremo.

“Todo es cuestión de precedentes aquí, más allá de lo que establecen las normas constitucionales”, subrayó Cornyn. “Por lo regular, en cuanto se establece un mal precedente, lo amplificamos”.

Como siempre en el Senado, entre los opositores más férreos a desechar el caso de Mayorkas estaban algunos de los 45 republicanos que intentaron, sin suerte, lograr que se desecharan los artículos de “impeachment” presentados contra Trump en 2021 tras el ataque del 6 de enero contra el Capitolio. Los republicanos que se opusieron a desechar el caso el miércoles argumentaron que se justificaba en 2021 porque Trump ya no era presidente y no estaba sujeto a la jurisdicción de un juicio en el Senado.

En esa época, cinco republicanos se sumaron a los demócratas para rechazar la moción de desechar el caso. El miércoles, aquellos que quedaban en el Senado se opusieron a que los demócratas hicieran exactamente aquello a lo que se opusieron hace tres años.

“Me parece que los demócratas cometen un grave error que establece un precedente terrible”, afirmó la senadora Susan Collins, republicana de Maine. Explicó que, por lo menos, el Senado debería haber oído las declaraciones de los fiscales de la Cámara de Representantes para el “impeachment” y de los abogados de Mayorkas.

“Cuando se trata de un asunto tan serio como un juicio político, el precedente tiene un gran peso”, señaló Collins. “Nadie sabe quién estará a cargo el próximo año en el Congreso… de hecho, nadie sabe tampoco quién será presidente”.

Sin embargo, los demócratas puntualizaron que el caso contra el secretario era “fingido”, según dijo Schumer, y que el precedente realmente peligroso habría sido recompensar a los miembros de la Cámara de Representantes de extrema derecha que decidieron perseguir a Mayorkas por diferencias de política pública con toda la maquinaria de un juicio ante el Senado.

“No me preocupa el precedente de someter a discusión el juicio político; me preocupa más el precedente de un ardid político totalmente frívolo, de que se utilice el juicio político como un arma destructiva”, indicó el senador Richard Blumenthal, demócrata de Connecticut. “Me parece que el precedente en este caso es el mal uso del juicio político”.

En cuanto a Trump, los demócratas resaltaron que los republicanos del Senado tuvieron otras dos oportunidades para condenarlo por cargos presentados en un juicio político y no las aprovecharon, así que les parece muy poco probable que un Senado de mayoría republicana tome una medida distinta en caso de que llegara a ocurrir un segundo mandato de Trump.

“Estoy totalmente convencido de que tomamos la decisión correcta”, declaró Schumer, quien mantuvo unidos a los demócratas en su decisión de que los dos cargos no cumplían con la definición establecida en la Constitución para un procedimiento de juicio político. “En cambio, si no lo hubiéramos hecho y hubiéramos permitido que procediera, habría degradado por completo el proceso de ‘impeachment’”.

El grupo de republicanos frustrados, cuando intentaba forzar la situación para conseguir algo parecido a un juicio, expresaron su oposición a la postura de los demócratas. Afirmaron que por lo menos parte de los cargos (la acusación de los republicanos de la Cámara de Representantes de que Mayorkas le mintió al Congreso cuando dijo que la frontera estaba segura) ameritaba una revisión del Senado en pleno y no debería hacerse desaparecer con una especie de prestidigitación procesal.

c.2024 The New York Times Company