Controversia en la India: Modi inauguró un templo sobre las ruinas de una mezquita
AYODHYA, India.- El primer ministro de India, Narendra Modi, inauguró el lunes un controversial templo hindú construido sobre las ruinas de una mezquita histórica en la ciudad norteña de Ayodhya y cumplió así una promesa crucial de los nacionalistas hindúes con la que su partido esperaba consolidar sus esperanzas de obtener un tercer mandato seguido en las próximas elecciones.
El templo, que aún está en construcción, está dedicado al dios Rama del hinduismo y satisface una antigua demanda de millones de hindúes. El partido de Modi y otros grupos nacionalistas ven el el lugar como una pieza central de su visión de reclamar el orgullo hindú del país, que según dicen se vio empañado por siglos de mandato mogol y el colonialismo británico.
Modi, vestido con un kurta tradicional, dirigió la ceremonia de apertura entre himnos religiosos entonados por sacerdotes hindúes en el interior del templo, donde la semana pasada se instaló una estatua de 1,3 metros de Rama. Un sacerdote sopló en una caracola para conmemorar la inauguración del lugar, y Modi colocó una flor de loto ante la escultura de piedra negra con elaborados adornos de oro, y que sostiene un arco y una flecha doradas. Después se postró ante el ídolo.
Millones de indios siguieron la ceremonia por televisión y los canales de noticias ofrecieron una cobertura continuada del acto, presentado como un espectáculo religioso.
“El 22 de enero de 2024 no es simplemente una fecha en el calendario, sino que anuncia el advenimiento de una nueva era”, declaró Modi ante el templo dedicado al dios hindú Rama, construido en un terreno donde durante siglos hubo una mezquita antes de que fuera demolida en 1992 por fanáticos hindúes incitados por miembros de su partido.
Ese incidente desencadenó los peores disturbios religiosos desde la independencia en 1947, que dejaron unos 2000 muertos, la mayoría musulmanes, y sacudieron los cimientos del secularismo oficial del Estado.
Fuera del templo, decenas de miles de devotos que cantaban y bailaban, abarrotaban las calles de la ciudad septentrional de Ayodhya, mientras helicópteros militares arrojaban pétalos de flores desde el cielo.
Pocos miembros de la comunidad musulmana de Ayodhya se unieron a la fiesta callejera.
Pero para el partido de Modi, el Bharatiya Janata Party (BJP), la inauguración del templo Ram Mandir culmina una campaña de décadas para alinear las políticas gubernamentales con la fe mayoritaria del país.
“El Señor ha hecho de mí un instrumento para representar a todo el pueblo de India”, dijo Modi antes de la inauguración, mientras rezaba a los pies de la estatua de tamaño humano, adornada con guirnaldas de flores y joyas.
Invitados
Vijay Kumar, de 18 años, tardó cuatro días en llegar a la ciudad, después de recorrer a pie y a dedo 600 kilómetros.
“Queríamos estar aquí”, dijo Kumar. “Sólo deseamos ver el templo antes de marcharnos”.
Unos 2500 músicos tocaron en más de 100 escenarios para la multitud de peregrinos que rodean el templo, construido con un costo estimado de 240 millones de dólares que, según los promotores del proyecto, proceden de donaciones públicas.
Entre las personalidades invitadas a la inauguración figuran el excapitán del equipo nacional de críquet Virat Kohli, la estrella de Bollywood Amitabh Bachchan y varios magnates del país.
Desde su llegada al poder hace una década, Modi y el BJP intentan poner la fe hinduista en el centro de la vida pública.
Figuras destacadas del partido condenan regularmente épocas históricas de dominio islámico sobre partes de India como tiempos de “esclavitud”, en los que su propia religión era oprimida. Y Ayodhya ocupa un lugar central en esta narrativa.
Los hinduistas devotos creen que Rama, una de las deidades más veneradas en esta religión, nació allí hace más de 7000 años. Pero en el siglo XVI, un emperador musulmán ordenó erigir una mezquita sobre el presunto lugar del nacimiento.
Religión y política
El BJP desempeñó un papel clave en la campaña que condujo a la demolición de la mezquita.
La destrucción del templo presagió el surgimiento del BJP y de Modi como imparables fuerzas electorales, desplazando al partido secular Congreso Nacional Indio que había gobernado el país casi sin interrupción desde la independencia de Gran Bretaña
La consagración del templo por Modi, junto a sacerdotes hinduistas, lo proyectará nuevamente como defensor de la fe, en vísperas de las elecciones generales convocadas para mayo. El primer ministro indio proyecta la imagen de una fusión abierta y sin precedentes de política y religión en India. Antes de la inauguración del templo visitó varios templos de Rama durante 11 días como parte de un ritual hindú.
Analistas y críticos ven la ceremonia del lunes como el inicio de la campaña electoral para Modi, un nacionalista hindú declarado y uno de los líderes más influyentes en la historia del país, que ha intentado transformarlo de una democracia secular a un estado hindú en sus casi 10 años en el poder. Afirman que el grandioso espectáculo ofrecido por el gobierno demuestra hasta qué punto se ha desdibujado la línea entre la religión y el estado bajo el mandato de Modi. La oposición boicoteó el acto.
“Primeros ministros antes de Modi también han ido a templos, a otros lugares de culto, pero fueron como devotos. Esta es la primera vez que fue como alguien que realizó el ritual”, dijo Nilanjan Mukhopadhyay, experto en nacionalismo hindú y autor de un libro sobre Modi.
Se espera que el templo, situado en uno de los lugares religiosos más disputados de India, aumente las opciones de Modi de conseguir un tercer mandato consecutivo al canalizar el sentimiento religioso de los hindúes, que suponen el 80% de los 1400 millones de habitantes de India.
El BJP parte como favorito para una tercera victoria consecutiva, en parte gracias a la exitosa estrategia de Modi de apelar al sentimiento hinduista.
Agencias AP y AFP