Por qué la derecha en EE.UU. admira tanto a Viktor Orbán y su gobierno en Hungría

Orban
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, dijo este jueves en una conferencia de conservadores estadounidenses que Occidente está atrapado en "un choque de civilizaciones".

Cuando el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, dijo cosas que alguien de su propio entorno asoció al nazismo, en Estados Unidos ratificaron con rapidez su invitación a un influyente foro conservador esta semana.

"Escuchemos al hombre hablar", sugirió Matt Schlapp, presidente de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés), en declaraciones a Bloomberg News la semana pasada.

La CPAC congrega a un amplio sector del movimiento de derecha estadounidense.

A su encuentro de Texas entre este jueves y el domingo está previsto que asistan figuras como el expresidente Donald Trump, senadores, congresistas y gobernadores republicanos, además de Orbán.

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Este jueves el primer ministro húngaro aseguró en un discurso en Texas que Occidente está atrapado en "un choque de civilizaciones".

La presencia en esa reunión de un líder nacionalista húngaro acusado de autoritarismo y extremismo es vista como la última señal de la admiración que Orbán se granjeó entre muchos conservadores al otro lado del Atlántico.

De hecho, él mismo se presenta ante ellos como referente internacional.

Cuando Budapest recibió en mayo por primera vez una reunión de la CPAC, Orbán definió a su país como "el laboratorio donde hemos probado el antídoto contra el dominio de los progresistas".

"Él representa lo que muchos conservadores estadounidenses quieren hoy en día", dice Rick Wilson, un exestratega republicano, a BBC Mundo. "Orbán es un modelo que no pudieron lograr con Trump".

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Pero, ¿por qué?

"Prueba de concepto"

Con 59 años de edad y en el cargo desde hace 12, el primer ministro húngaro ha dado forma a un gobierno peculiar en la Unión Europea.

A simple vista, parece una democracia como otras: Orbán ha sido electo cuatro veces consecutivas, la última de ellas en abril. Sin embargo, él la define como una "democracia iliberal".

Viktor Orbán
Viktor Orbán se ha vuelto un líder admirado por conservadores en EE.UU.

Su gobierno desafía principios de Estado de derecho que pregona la UE y rechaza la inmigración o la diversidad sexual, que Orbán señala como amenazas a la identidad nacional y cristiana de Hungría.

Según expertos, la "guerra cultural" declarada por el gobernante húngaro está lejos de ser lo único que cautiva a conservadores estadounidenses.

"Me preocupa que lo segundo que les atrae es que Orbán ha ganado cuatro veces seguidas porque diseñó el sistema electoral y legal húngaros para que no pueda perder: se ha instalado en el poder para siempre", dice Kim Scheppele, una profesora de sociología y asuntos internacionales en la Universidad de Princeton.

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Desde que llegó al poder en 2010, Orbán reformó la Constitución húngara y llenó las principales cortes de justicia con sus designados.

Viktor Orbán
Viktor Orbán promueve lo que define como una "democracia iliberal".

También ha sido acusado de atacar la libertad de prensa y controlar los medios de información con distintas artimañas, apagar la disidencia en ONGs o universidades y favorecer a empresarios amigos.

El éxito de Orbán en avanzar con sus políticas a contramano de la UE y, a la vez, mantener las apariencias de una democracia genera interés en un sector de la derecha de EE.UU., señalan los especialistas.

Scheppele sostiene que, al cambiar las reglas electorales húngaras —por ejemplo, con un nuevo trazado de distritos de votación— Orbán demostró cómo es posible lograr victorias en las urnas incluso sin ganar la mayoría de los votos.

En política migratoria, el gobierno de Orbán construyó una barrera en la frontera sur de Hungría en 2015 para impedir el ingreso de inmigrantes y refugiados, además de limitar las concesiones de asilo.

Barrera en la frontera de Hungría.
En 2015, con Orbán en el gobierno, Hungría construyó una barrera en su frontera con Serbia para evitar el ingreso de inmigrantes.

"Cuando miras lo que hizo EE.UU. bajo (el gobierno de) Trump con la frontera sur, fue una copia casi exacta del plan paso a paso que puso en marcha Orbán. Así que creo que le están prestando atención", señala Scheppele, quien trabajó durante años en Hungría.

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"Los republicanos están mirando a Hungría como una especie de prueba de concepto: para demostrar que su visión de la política funciona", dice la académica a BBC Mundo.

"Reglas propias"

Trump se comparó con Orbán antes de su derrota electoral de 2020, que se negó a admitir, y de que sus seguidores invadieran con violencia el Capitolio para evitar que certificaran el triunfo del hoy presidente Joe Biden.

"Victor Orbán ha hecho un trabajo tremendo en muchos aspectos", dijo Trump al recibirlo en la Casa Blanca en 2019. "(Es) respetado en toda Europa. Probablemente un poco como yo, un poco controvertido, pero eso está bien".

Trump y Orbán
Donald Trump ha elogiado a Orbán.

En la derecha de EE.UU. exaltan la forma en que el líder húngaro impulsa sus políticas y niegan que tenga actitudes antidemocráticas.

"Hungría y su gobierno han sido atacados sin piedad e injustamente: 'Es autoritario, son fascistas…' Se dicen muchas mentiras en este momento, esa puede ser la mayor de todas", dijo Tucker Carlson, presentador estrella del canal conservador estadounidense Fox News, al visitar Hungría el año pasado.

Durante la CPAC de Budapest en mayo, Orbán elogió a Carlson (sugirió que programas como el suyo deberían transmitirse sin parar) y dijo que tener medios de comunicación propios es clave para la batalla conservadora.

Tucker Carlson
El presentador de TV Tucker Carlson es uno de los conservadores de EE.UU. que ha elogiado a Orbán.

Otros consejos que dio a la derecha de EE.UU. incluyen "jugar con reglas propias" y "negarse a aceptar las soluciones y los caminos ofrecidos por otros", así como priorizar el "interés nacional" en política exterior o "romper los tabúes" en la lucha contra rivales.

Uno de los enemigos señalados por Orbán —y también por conservadores de EE.UU.— es el multimillonario y filántropo George Soros.

Nacido en Budapest en 1930 en una familia judía y promotor de ideas liberales alrededor del mundo, Soros ha sido acusado sin pruebas por Orbán de tener un plan para llenar Hungría de inmigrantes y destruir la nación.

Algunos vieron esa campaña contra Soros como un intento de revivir estereotipos antisemitas.

Soros
George Soros nació en Hungría y sobrevivió a la ocupación nazi; hoy es blanco de las críticas de Orbán y conservadores de EE.UU.

Orbán encendió nuevas alarmas días atrás, al sostener en Rumania que los europeos son contrarios a convertirse en pueblos de "raza mixta".

Su discurso fue calificado como un "texto de nazismo puro" por Zsuzsa Hegedus, una asesora cercana de Orbán que renunció en protesta. También fue rechazado por el gobierno de EE.UU., la Comisión Europea, organizaciones judías e intelectuales.

Un portavoz del primer ministro húngaro sostuvo que sus expresiones habían sido malinterpretadas, pero Orbán dijo luego que representaban un punto de vista "cultural".

Pese a esta polémica, la presencia del gobernante húngaro en el CPAC de Texas fue ratificada por los organizadores, que sugirieron que se trata de un tema de libertad de expresión.

"Cuando silenciamos gente nos saltamos la oportunidad de saber por qué estamos de acuerdo o no con su punto de vista", tuiteó Schlapp. "Cuanta más libertad de expresión, más pronto encontramos la verdad".

Viktor Orbán
Orbán recibió este año a la CPAC en Hungría y es invitado a la conferencia conservadora en Texas pese a sus polémicas.

Los analistas creen que Orbán teje lazos con la derecha de EE.UU. para romper su aislamiento en Europa, por sus políticas y por ser visto como aliado del presidente ruso Vladimir Putin.

Sin embargo, todo esto inquieta a expertos en autoritarismo como Erica Frantz, una profesora de ciencia política en la Universidad Estatal de Michigan.

A su juicio, "que la CPAC haya invitado a Orbán a hablar es una señal de que el movimiento conservador está acogiendo —o al menos no rehúye de— una agenda más autoritaria".

"El apoyo del movimiento conservador (de EE.UU.) a Orbán sugiere que no le importa su falta de respeto por las instituciones democráticas", dice Frantz a BBC Mundo. "Esto es, por supuesto, preocupante".


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