Hugo Sánchez y su secreto para vencer al Real Madrid en su casa y con su gente

Hugo Sánchez dirigió a Pumas en su victoria sobre el Real Madrid en 2004. (CHRISTOPHE SIMON/AFP via Getty Images)
Hugo Sánchez dirigió a Pumas en su victoria sobre el Real Madrid en 2004. (CHRISTOPHE SIMON/AFP via Getty Images)

Pumas tenía una misión de película aquella noche del 31 de agosto de 2004. El director de la orquesta era Hugo Sánchez. El Penta conocía a la perfección el entorno: Estadio Santiago Bernabéu, casa del Real Madrid. Con esa camiseta ganó dos Botas de Oro y marcó a una generación entera de aficionados merengues a finales de los ochenta y principios de los noventa. Sus chilenas y remates a un toque lo volvieron ídolo en Chamartín. Pero ahora llegaba como rival, como entrenador del equipo que lo formó: Pumas de la UNAM.

Era un partido disparejo por mera lógica. El Madrid, aunque vivía la tensión habitual de los superequipos, tenía un catálogo de superestrellas que abrumaba a cualquier rival. Zidane, Ronaldo, Beckham, Casillas, Guti, Morientes, Figo y Owen. No todos jugaron ese partido, pero sí la mayoría. De cualquier manera, se da por entendido que visitar al Madrid siempre conlleva la alta probabilidad de salir goleado. Pumas, que era el vigente campeón del futbol mexicano (y ese mismo semestre alzaría otra liga más), no pudo evitar el miedo natural de semejante prueba.

Había, desde luego, una carta especial: la sabiduría de Hugo Sánchez. A su manera, motivó al equipo previo al partido. Así lo contó Jaime Lozano, jugador de Pumas en aquella época y actual entrenador de la Selección Mexicana, en el podcast de Oso Trava.

"Un día antes entrenamos en el estadio. Nos dice Hugo: '¿Cómo están, chavales? ¿Tienen miedo?'". La respuesta fue obvia: tenían miedo. "Una de las grandes fortalezas de Hugo era que siempre te enfocaba en lo que él creía que debías estar enfocado. Nos empezó a dar un discurso. Nos dice: 'miren, yo aquí jugué mil veces. Qué bonita experiencia. Todo que ganar: yo siempre que salía aquí lo hacía motivado en vez de nervioso'". Y añade Lozano una definición certera sobre esa versión de Sánchez: "Los equipos son el carácter y la personalidad de sus entrenadores. A Hugo nunca lo vi dudar. Eso nos lo transmitía".

Lozano recordó que al comienzo del partido fue cuando se dieron cuenta de que podían competir. Tomaron confianza cuando empezaron a ganar juegos individuales a jugadores que parecían salidos de otro planeta (claro, por algo les decían Los Galácticos). La confianza de Hugo Sánchez fue clave: "Fallabas un pase y él te aplaudía. Te decía: 'A ver, tú intenta, que si fallas no fallas tú, fallo yo'. Era una confianza que pocas veces se sentía. Mi mentalidad cambió y mejoró a raíz de que yo lo tuve en Pumas".

El efecto tuvo un resultado de lujo para Pumas. El partido fue parejo y Pumas mostró la mejor de sus caras. Y a los 70 minutos, Israel Castro sacó un disparo de larga distancia que venció a César, portero madridista, y representó el triunfo, la obtención del Trofeo Santiago Bernabéu. Universidad Nacional se convirtió así en el primer equipo americano en ganar esta competencia y en el único club del continente en derrotar al Madrid en su estadio.

Aquel fue un año de ensueño para los auriazules. Dominaron la liga mexicana con dos títulos seguidos (primeros bicampeones en torneos cortos, luego se unieron León en 2013-2014 y Atlas en 2021-2022), además el Campeón de Campeones 2004. Y un trofeo que, si bien fue amistoso, tuvo todo el glamour posible al vencer al equipo más importante del mundo, para dar una sorpresa que sigue siendo recordada hasta hoy. Fue una época irrepetible. Desde entonces, Pumas añora a ese equipo y esos logros (volvió a ser campeón en 2009 y 2011, pero actualmente suma doce años sin dar la vuelta), mientras que Hugo Sánchez no volvió a ser campeón después de 2004. Y no dirige a ningún equipo desde el 2012, cuando tuvo un corto paso por Pachuca.

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