Hirving Lozano, el mexicano que prometía mucho, no pudo en Napoli y ahora vuelve al PSV

Hirving Lozano en un partido con el PSV Eindhoven de agosto de 2019. (Prestige/Soccrates/Getty Images)
Hirving Lozano en un partido con el PSV Eindhoven de agosto de 2019. (Prestige/Soccrates/Getty Images)

Hirving Lozano ha regresado al lugar donde empezó su aventura europea hace seis años. El delantero mexicano volverá a portar la rojiblanca camiseta del PSV Eindhoven. 'Los Granjeros' lo vendieron en 2019 por 42 millones de euros al Napoli del Calcio. Las expectativas fueron altísimas desde el principio: la Serie A tenía que ser el lugar ideal para que el Chucky explotara toda la gama de facultades que se le vieron desde su debut con el Pachuca en 2014.

Explosivo y con pegada, Lozano no es un extremo convencional, con lo bueno y malo que ello implica. Tiene gol y capacidad para aparecer por sorpresa como una lanza que nadie ve venir. Pero también suele complicarse la vida cuando tiene el balón en los pies. Se desespera con facilidad cuando no puede pasar o cuando el balón no le llega. Puede ganar duelos individuales, pero con velocidad y al espacio, porque ante defensas estáticas, que cubren bien los huecos, Lozano se ve bloqueado y no cuenta en su repertorio con variedad de regates para salir avante.

Esos déficits son los que le condenaron a ser irregular con el Napoli. Y también quedó evidenciada la conocida diferencia de nivel que existe entre la Eredivisie de Países Bajos y el futbol italiano. En 155 partidos, durante los cuatro años que jugó en Italia, apenas pudo hacer 30 goles y dar 17 asistencias. Esas cifras contrastan con los números que cosechó en el PSV, en su primera etapa de dos años: 40 goles y 23 asistencias en 79 partidos. Ahora volverá a ese club y a esa liga, con mucho a favor: ya conoce el campeonato y tiene más experiencia, por lo que será un jugador clave y referente de sus compañeros.

Pero si se habla de las expectativas que generó al comienzo de su carrera, y sobre todo cuando partió a Italia, Lozano ha dado varios pasos atrás. Es verdad: tiene el mérito de no haber dejado el futbol europeo, pues un jugador con su cartel y edad (28 años) podría encontrar acomodo fácilmente en alguna liga bañada en dólares. No fue el caso y decidió regresar al equipo que le abrió las puertas del Viejo Continente y con el que ganó la Liga en la temporada 2017-2018.

No crecerá más Lozano en Europa. Y no llegará al nivel que se le auguró en un inicio. Su camino era perfecto. Debutó con 18 años en Pachuca, club especialista en dar oportunidades a los jóvenes. Se marchó a los 22 al PSV, el pasaje ideal para darse a conocer en Europa. Y dos años más tarde, a los 24, llegó a una liga de primer orden con un club histórico. No pudo consolidarse. Ni con Gattuso ni con Spalletti. Victor Osimhen y Khvicha Kvaratskhelia, que llegaron en 2020 y 2022, respectivamente, fueron los jugadores medulares para que el Napoli ganara el Scudetto en la última temporada.

Lozano no sólo no fue protagonista: entre lesiones y un desentone notorio con el nivel de sus compañeros, perdió sitio en el once titular. Y ahora en el equipo. Rudi García, nuevo entrenador del club napolitano, lo ha considerado prescindible. Ahora vendrán retos conocidos para él: ganar la Eredivisie y hacer un papel digno en Champions League (compartirá grupo con Arsenal, Sevilla y Lens de Francia). Lo normal será que Lozano rápidamente se vuelva figura del PSV y que, para deleite mexicano, dispute la cima del torneo con el Feyenoord de Santiago Giménez —y el Ajax, que ahora ya no tiene mexicanos en sus filas, con las salidas de Álvarez a Inglaterra y Sánchez a Portugal—. Hirving Lozano no cumplió con todo lo que apuntaba a ser, pero al menos sigue en Europa. Unas por otras.

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