Guido Pella, entre la paternidad y el amor a Wimbledon

Londres, 6 jul (EFE).- "Ni yo sé lo que quiero hacer", dice Guido Pella, que ya está en tercera ronda de Wimbledon y ve cada vez más cerca seguir en el circuito. Porque el argentino, que llegó a estar entre los 20 mejores del mundo, se planteó dejar el tenis debido a las lesiones de rodilla y al nacimiento de su primera hija y ahora vez la luz al final de túnel en el torneo donde mejores resultados ha conseguido en su carrera.

Pella le dio un ultimátum a su mujer a principios de año, tras el nacimiento de su hija, Arianna. "Un año y nada más", dijo el argentino, perdido en el ránking tras un año fuera por una operación de rodilla. Quería hacer una vuelta al circuito, probarse un año, viajando con la familia y dejarlo. A sus 33 años y con un problema crónico en la rodilla, el argentino valora más pasar tiempo con su familia que andar todo el año de hotel en hotel.

"Saber que tengo a mi hija fuera alivia la situación", cuenta Pella, con su mujer y su hija en la grada de una de las pistas exteriores de Wimbledon. "La vuelta al circuito con mi hija me ha hecho las cosas más fáciles. No lo estoy pasando bien, porque se sufre mucho, pero terminar y saber que mi hija está fuera lo hace mejor".

Cuando Pella decidió a principios de año volver en Australia, lo hizo sin ránking, fuera de los 1.000 primeros y necesitando del ránking protegido, para poder apuntarse a torneos. El retorno no fue grato, al menos en cuanto a los resultados -"he jugado de igual a igual con todos"-, recuerda el argentino, que no ha ganado dos partidos seguidos este año hasta Wimbledon, donde primero derrotó a Borna Coric, un top 15, remontándole dos sets a cero, y después a Harold Mayot, un tenista que venía con cuatro triunfos seguidos en hierba.

"Es la superficie que menos jugué ne mi vida y es en la que mejores resultados tuve. No es casualidad, siempre he querido jugar aquí. No vuelvo a casa después de Roland Garros y eso paga. Se nota el que viene preparado. Puedo perder con cualquiera, pero siento que me adapto aquí. Le he dado mucho amor a esta superficie y me lo ha devuelto con creces", asegura Pella, que tiene Wimbledon como su templo.

Aquí derrotó a Marin Cilic, vigente finalista, en 2018, y a Kevin Anderson y Milos Raonic, otros dos antiguos finalistas, en 2019, lo que le permitió a este zurdo jugar los cuartos de final en el All England Club.

Con este resultado, Pella volverá a meterse entre los 200 mejores del mundo, alrededor del puesto 198, lejos aún de cuando fue el 20 de la ATP en agosto de 2019, pero mucho más alto que cuando perdió todo su ránking por la rodilla. Con un par más de buenos torneos, Pella volverá al top 100 y replantearse la promesa que le hizo a principios de año a su mujer.

"Arranqué el año y nos planteamos un objetivo de un año y nada más. Ella, hace un par de semanas me dijo: ¿y si sigues un tiempo más?", cuenta Pella, que aclaró rápido a su esposa los vaivenes del circuito.

"Y yo le dije que no es todo color de rojos, que luego hay que ir a Medellín, no quiero desmerecer a ningún torneo, pero de jugar en Londres a viajar a torneos de menor categoría, con buenos jugadores... Porque los Challengers son muy duros. Ni yo sé lo que quiero hacer", sentencia.

Pella ha pasado de tener claro que se quería ir, a adscribir su futuro a lo que ocurra en los próximos torneos.

"Ahora tengo Hamburgo y Kitzbuhel, luego Winston Salem y el US Open... Me faltan muchos torneos. Si los resultados acompañan me encantaría seguir", apunta.

Su próximo rival será el ruso Roman Safiullin.

Manuel Sánchez Gómez

(c) Agencia EFE