Guerra en Medio Oriente: miles de palestinos se agolpan en el paso de Rafah, el único cruce fronterizo que no es controlado por Israel
TEL AVIV.- Cientos de palestinos esperaban el lunes en el paso fronterizo de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, con la esperanza de poder entrar en Egipto y huir de la guerra entre Israel y Hamas, constaron periodistas de AFP. Sin embargo, hasta el momento, ambas partes negaron las informaciones sobre un alto el fuego y la apertura de este paso y un nuevo bombardeo israelí impactó el cruce.
El paso de Rafah fue reconocido oficialmente en el tratado de paz egipcio-israelí de 1979, y es el único paso fronterizo entre Egipto y Gaza. Se encuentra en la ciudad de Rafah, que separa la región palestina de la Franja de Gaza y la península Sinaí egipcia. Durante algún tiempo estuvo controlado por la Autoridad Aeroportuaria Israelí, hasta que pasó a ser gestionado por la Misión de la Unión Europea para la Asistencia Fronteriza en Rafah y a día de hoy es el único paso no controlado por el Estado de Israel.
Los otros cinco pasos fronterizos son: Erez, Nahal Oz, Karni, Magahzi, Sufa y Kerem Shalom, todos ellos cerrados antes del estallido del conflicto y que comunican Gaza con terreno israelí.
El paso de Rafah constituiría el corredor humanitario por el que la población palestina de Gaza podría evacuar. Sin embargo, fue cerrado hace casi una semana debido a los ataques aéreos israelíes.
En este contexto, el canciller de Egipto, Sameh Shoukry, dijo que Israel “no ha adoptado una posición para abrir el cruce desde el lado de Gaza”.
Por su parte, la máxima autoridad de la ONU para los asuntos humanitarios, el británico Martin Griffiths, anunció que viajará a Medio Oriente para intentar negociar el acceso de ayuda a la Franja de Gaza desde Egipto.
We're living in the worst of times. pic.twitter.com/V1onMWCSka
— Martin Griffiths (@UNReliefChief) October 16, 2023
Delante de la terminal, cientos de palestinos, muchos de ellos con pasaportes extranjeros, aún aguardaban buenas noticias. “Estamos en la frontera desde hace tres días”, contó Ahmad Al Qassas, de nacionalidad alemana. “Cada vez más personas vienen aquí para estar seguras pero seguimos oyendo disparos de artillería a nuestro alrededor. No hay realmente ningún lugar seguro en Gaza”.
El ejército israelí ha bombardeado varias veces el paso de Rafah desde el principio de la guerra, que estalló tras el sangriento ataque de comandos del grupo islamista palestino en suelo israelí el 7 de octubre, en el que asesinó a más de 1400 personas, en su mayoría civiles, y secuestró al menos 199, según la última información disponible.
En respuesta, Israel ordenó a más de 1 millón de palestinos –casi la mitad de la población del territorio– que abandonen la norteña Ciudad de Gaza, la más grande y habitada del territorio, y sus alrededores y se dirijan hacia el sur del enclave para poder comenzar con su ofensiva terrestre.
Por su lado, Hamas instó a la gente a permanecer en sus casas, y el Ejército israelí publicó fotografías que, según dijo, mostraban un control de carretera de Hamas que impedía el tráfico hacia el sur.
El Ejército asegura que está tratando de preservar a los civiles antes de una gran campaña contra Hamas en el norte, donde los combatientes del grupo islamista que gobierna en Gaza tienen extensas redes de túneles y lanzadores de cohetes.
Sin embargo, la intensa campaña de bombardeos israelíes contra el enclave palestino ha dejado al menos 2750 muertos y 9700 heridos, entre ellos cientos de niños. Estas cifras incluso podrían aumentar en los próximos días ya que los hospitales en Gaza están al límite, casi sin combustible para los grupos electrógenos que alimentan respiradores o incubadoras, según informó la ONU.
De hecho, cuatro hospitales en el norte de Gaza ya no funcionan y 21 han recibido órdenes israelíes de evacuación. Los médicos se han negado, diciendo que significaría la muerte de pacientes críticamente enfermos y recién nacidos conectados a respiradores.
La OMS indicó que la escasez de agua causada por la decisión de Israel de cortar el suministro, combinada con la falta de combustible para bombas y estaciones de desalinización, ponía en riesgo a miles de pacientes hospitalizados.
“Se necesita agua para garantizar las condiciones sanitarias en las salas de hospitalización, en los quirófanos y en los departamentos de urgencias. Es esencial para la prevención de infecciones asociadas a hospitales y para la prevención de brotes en los hospitales”, señaló la OMS.
El organismo de la ONU añadió que actualmente hay asistencia vital para 300.000 pacientes esperando entrar a través de Rafah.
En el lado de Gaza, multitudes de palestinos con doble ciudadanía esperaban ansiosamente, sentados en maletas o agazapados en el suelo, algunos consolando a niños que lloraban.
Al Qassas dijo que espera que “la comunidad internacional, las embajadas y los hermanos egipcios” los dejen entrar.
Muchas de estas personas llegaron a la frontera con lo mínimo. “No veo derechos humanos aquí, quiero cruzar. No tengo ni ropa, me fui con una bolsa”, aseveró Etaf al Rai, de nacionalidad danesa.
Israel dijo que el asedio no se levantará hasta que Hamas libere a todos los cautivos, pero el Ministerio de Agua del país comunicó que el agua había sido restaurada en un “punto específico” en Gaza, en un lugar en las afueras de la ciudad sureña de Khan Younis. Trabajadores humanitarios dijeron que aún no habían visto pruebas de que el agua había regresado.
Agencias AFP y Reuters