Graves incidentes en Rosario: choque entre hinchas de Boca y Gimnasia en la Copa Argentina

Román Riquelme, de espaldas y sujetado por un espectador, frena a los hinchas de Boca en medio de los disturbios frente a Gimnasia por la Copa Argentina.
Román Riquelme, de espaldas y sujetado por un espectador, frena a los hinchas de Boca en medio de los disturbios frente a Gimnasia por la Copa Argentina. - Créditos: @LA NACION/Marcelo Manera

El partido entre Boca y Gimnasia La Plata, por los cuartos de final de la Copa Argentina, tuvo una interrupción parcial antes del segundo tiempo a causa de graves incidentes en las tribunas del estadio Marcelo Bielsa, de Newell’s Old Boys. Los disturbios en Rosario obligaron a una demora de unos 15 minutos, con protagonismo de ambas hinchadas.

En primer término hubo cruces de insultos entre un sector de plateas cubierto por hinchas de Boca y la popular ocupada por los de Gimnasia. Tras el final de la primera parte el clima se hizo más tenso y comenzaron a volar proyectiles de un lado al otro; la barra del equipo de La Plata rompió un portón e intentó acceder a la platea en la que estaban ubicado público azul y oro. Del otro lado, la reacción de la barra xeneize fue irrumpir en esa platea para cruzar todo ese sector y buscar a los violentos del Lobo en la otra punta.

Como consecuencia, intervino la policía local y se generó un ida y vuelta con golpes y gritos entre los efectivos de seguridad y los simpatizantes de Gimnasia. En medio del caos, mientras volaban butacas arrancadas y otros proyectiles, algunos jugadores se acercaron al lugar para pedir calma y evitar que el problema escalara aun más. Entre ellos, dos líderes de Boca, Marcos Rojo y Luis Advincula. El uruguayo Matías Abaldo intentó lo mismo por el lado del Lobo, junto a Matías Fernández, mientras los barrabravas empezaban a desatar las banderas para resguardarlas: los trapos son trofeos preciados en los cruces directos entre violentos de distintos clubes.

Después de unos minutos, en las tribunas se vio al propio presidente de Boca, Juan Román Riquelme, que a los gritos se metió en medio de los hinchas xeneizes para frenarlos y evitar el cruce con los triperos.

El presidente de Boca se interpuso en el camino de uno de los fanáticos con la idea de eliminar la violencia creciente, cuando la policía rosarina empezaba a lanzar gases lacrimógenos. Riquelme estuvo acompañado por Raúl Cascini, Mauricio Serna y Marcelo Delgado, integrantes del Consejo de Fútbol, que también bajaron a la platea para frenar a la barra e impedir un escándalo aun mayor.

A partir de la irrupción de los tres exjugadores, que bajaron desde uno de los palcos, la situación empezó a calmarse. Después de algunos minutos los disturbios finalizaron y el encuentro fue reanudado, con un 1-0 parcial para Boca (terminaría 1-1 el tiempo regular). La intervención de Riquelme consiguió que la barra brava xeneize regresara a su tribuna, cuando el cruce directo con la del Lobo asomaba inminente.