Gane quien gane, Juntos por el Cambio tiene la llave de la gobernabilidad de Argentina

Buenos Aires, 16 nov (EFE).- Pese a que Juntos por el Cambio (JxC, centroderecha) fracasara en su carrera hacia la Presidencia, se aseguró un número relevante de legisladores en el Congreso, lo que les da la llave de la gobernabilidad de Argentina: quien gane el próximo domingo estará obligado al diálogo y el consenso.

El director de análisis político de la fundación Directorio Legislativo, que promueve el fortalecimiento democrático y los poderes legislativos de América Latina, Leandro Domínguez, dice a EFE que el año próximo, el Parlamento argentino estará más fragmentado que el actual, creando una necesidad de diálogo entre el Ejecutivo entrante el 10 de diciembre y el Legislativo.

Dado que ningún partido político tiene los 129 diputados necesarios para obtener quórum propio o los 37 senadores para la mayoría automática, JxC -la mayor coalición opositora del país- podría aprovechar esta situación para imponer su agenda si logra ordenar su 'casa'.

El acercamiento al libertario Javier Milei del expresidente Mauricio Macri (2015-2019), tras las generales de octubre, hizo tambalear los cimientos de la alianza compuesta por Unión Cívica Radical y Coalición Cívica (centro) con Propuesta Republicana (Pro, derecha).

Un posible Gobierno del oficialista Sergio Massa recibiría apoyo del radicalismo, que evitó respaldar a Milei, pero el Pro se lo dará al ultra.

"Juntos por el Cambio está sufriendo un proceso de renovación profunda y será clave cómo se posicionará. Si ganara Massa, esas tensiones se podrían matizar (por tener un rival en común), aunque Macri perderá peso en la interna del bloque y habrá lugar para construir un nuevo liderazgo", explica Domínguez.

De los 257 escaños que tiene la Cámara Baja, 108 los controlará el oficialismo de Unión por la Patria, 93 Juntos por el Cambio, 38 La Libertad Avanza (LLA) y los últimos 18 se dividen entre la izquierda, el peronismo disidente y partidos independientes.

"El 10 de diciembre, al menos, 35 diputados de JxC se podrán sumar al acompañamiento casi automático de Milei, pero eso no alcanza y se tendrá que negociar con esta ala opositora radical para poder llevar adelante su gobierno. Este tipo de mayorías van a ser recalculadas en cada discusión", agrega el experto.

En la Cámara Alta, de las 72 bancas, el peronismo se quedó con 35, la centroderecha con 24, los libertarios con siete, tres para disidentes y otros tres para independientes.

Una eventual Presidencia de Milei tendrá poder reducido en lo Legislativo, con una oposición peronista que le marcará el ritmo, mientras que Juntos por el Cambio lo condicionará, y ante la escasez de diálogo, deberá gobernar a base de decretos.

Por otro lado, el actual ministro de Economía podría sortear estas contingencias al mejorar su relación con los gobernadores provinciales que responden a JxC y al peronismo disidente en términos de coparticipación. Este año, las discusiones políticas en el Congreso se han destrabado por el poder de las provincias.

"Massa, con una agenda más tradicional en términos de relaciones entre provincias y Poder Ejecutivo, puede destrabar conversaciones a nivel Legislativo e instalar su propia agenda; más aún con la intención de un gobierno de unidad nacional, convocando a referentes de la oposición", amplía Domínguez.

Si en la coalición de JxC "no hay una vocación de diálogo" para que el Parlamento funcione, dependerá del Ejecutivo negociar pequeñas victorias para cada uno y obtener gobernabilidad a cambio.

"Ahí es donde se crearán nuevos liderazgos, figuras que empiecen a esgrimirse como la voz alternativa del Ejecutivo, quienes acompañen a Milei o Massa y quienes se posicionen como opositores de cara a un gobierno que, probablemente, deba ceder votos políticos para imponer su agenda", concluye el analista de Directorio Legislativo.

La oposición tendrá capacidad de acción para "rosquear" (negociar) y el consenso y diálogo del futuro oficialismo deberán estar aceitados para que cada proyecto pueda traducirse en una ley o en la burocracia de la parálisis legislativa.

Augusto Morel

(c) Agencia EFE