Gabino Iglesias es un escritor de novela negra que explora los bajos fondos de Texas

Gabino Iglesias, que se deleita con la diversidad étnica y lingüística del oeste de Estados Unidos, en Austin, Texas, el 22 de junio de 2022. (Sarah Karlan/The New York Times).
Gabino Iglesias, que se deleita con la diversidad étnica y lingüística del oeste de Estados Unidos, en Austin, Texas, el 22 de junio de 2022. (Sarah Karlan/The New York Times).

AUSTIN, Texas — Ya en los albores de la pandemia, Gabino Iglesias llevaba más de una década viviendo de sueldo en sueldo en Texas. Luego la escuela preparatoria en la que enseñaba le dio una noticia devastadora: ya no podía seguir trabajando ahí.

Iglesias, un novelista puertorriqueño, de pronto se encontraba sin un salario ni seguro médico. Como no encontraba trabajo en el difícil mercado laboral de 2020, apostó por terminar el libro que había comenzado a escribir en sus descansos.

Mientras la COVID-19 causaba estragos en el mundo, él se pasó meses escribiendo a un ritmo febril “The Devil Takes You Home”, una inquietante novela negra de suspenso que Mulholland Books publicó el martes. Haciendo eco del libro de Job, cuenta la historia de un padre en Austin que pierde su empleo, su seguro médico, a su hija por una enfermedad terrible y, finalmente, su matrimonio.

Sin saber qué hacer, el narrador, Mario, acepta el ofrecimiento de un amigo adicto a las metanfetaminas y emprende una nueva carrera como matón de un cartel de drogas. Esta transformación da lugar a una odisea en la frontera que mezcla el estilo de la novela negra y el realismo mágico, con meditaciones sobre la religiosidad y la crueldad humana y que incluye comentarios sociales sobre las armas, el tráfico de drogas y el resurgimiento del racismo.

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“Todo mi enojo con el sistema de atención médica lo vertí en este libro”, comentó Iglesias, de 40 años, autor de “Zero Saints” y “Coyote Songs”, dos novelas aclamadas por la crítica que fueron recibidas con entusiasmo, aunque por un número relativamente pequeño de lectores.

En contraste, la llegada del nuevo libro de Iglesias aunada a los elogios de los maestros de la novela negra de suspenso, una gira de presentación del libro y los derechos cinematográficos ya adquiridos, se está convirtiendo en un momento decisivo para un escritor que durante mucho tiempo apenas y llegaba a fin de mes.

Mientras la atención sanitaria en Estados Unidos sigue confundiéndonos y enardeciéndonos, Iglesias recurre a una fuente de angustia familiar. El libro guarda paralelismos con “Breaking Bad”, la serie televisiva sobre un profesor de preparatoria enfermo de cáncer que desciende a los bajos fondos del negocio de la metanfetamina para asegurar el futuro de su familia. Pero, a diferencia de “Breaking Bad”, que obtuvo un amplio reconocimiento, pero fue criticada por la manera poco convincente en que algunos personajes latinos fueron representados, “The Devil Takes You Home” se deleita con la diversidad étnica y lingüística del oeste estadounidense.

Algunos personajes solo hablan inglés, perplejos ante el espanglish que impera en gran parte de la frontera. Otros prefieren el español de las calles de Ciudad Juárez. Mario, afligido, cambia sin esfuerzo entre el inglés, el espanglish, el español de Puerto Rico y variantes dialectales del español mexicano.

Aunque los indicios contextuales que aportan significado son abundantes, la mayor parte de los diálogos del libro que no están en inglés no están traducidos ni pulidos, y reflejan cómo hablan realmente millones de personas en Texas, ya sea en el centro de El Paso o en las zonas más peligrosas de Austin.

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“Dejé muy claro que no iba a usar cursivas”, comentó Iglesias en una entrevista realizada en espanglish en un alborotado café de Austin, y enfatizó lo aliviado que se sintió cuando su editor en Mulholland, un sello de Little, Brown, concordó con él.

Convertirse en un escritor que navega entre varios idiomas y culturas no siempre estuvo en el destino de Iglesias. Se crio hablando solo español en Puerto Rico, la isla caribeña que es territorio estadounidense (como muchos puertorriqueños, Iglesias suele preferir la palabra “colonia” para referirse a esta).

De joven se sintió atraído por autores como Stephen King y Edgar Allan Poe, parte de lo que él llama una “dieta muy constante de terror”. Afirma que aprendió inglés en parte leyendo a H.P. Lovecraft, con diccionario en mano, buscando palabras que no conocía.

En Puerto Rico, fue aceptado en un programa de biología marina en la universidad, luego se cambió y estudió administración mientras trabajaba como albañil para poder pagar los gastos. Luego de darse cuenta de que el mundo de los negocios no era para él, “perdió dos años en la facultad de derecho”; incursionó en el periodismo y fue aceptado en un programa de posgrado de periodismo en la Universidad de Texas en Austin.

Iglesias llegó a Texas con 236 dólares y durante dos años se las arregló para moverse sin tener un auto. Con un estipendio de unos 930 dólares al mes, se dedicó a dar clases de periodismo radiofónico a estudiantes universitarios, a vender seguros de vida y a enseñar inglés como segunda lengua a inmigrantes de habla hispana.

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Incluso después de obtener un doctorado en periodismo, Iglesias relató que aún albergaba sueños de dedicarse a otra cosa que no fuera la academia. Más de una vez, mientras seguía escribiendo, dijo que sus colegas le sugirieron que sería una buena decisión de mercadotecnia cambiar su nombre por “algo con menos vocales”.

Además, vio los muchos sacrificios que hacen los académicos recién llegados a Estados Unidos para obtener una plaza. Se dio cuenta de cómo sus contemporáneos se desplazaban por todo el país de un campus universitario a otro, produciendo trabajos ultraespecializados para afianzar sus credenciales de profesor.

“No quería pasarme toda la vida escribiendo artículos para revistas que nadie va a leer”, expresó.

Así que se concentró en escribir al tiempo que desempeñaba varios trabajos, como hacer reseñas de libros, calificar ensayos y dar clases de escritura en línea, para pagar las cuentas.

Era apenas suficiente para darle techo a su familia, que incluye a su hijo de 9 años, su esposa y un pitbull rescatado. Él y su familia siguen viviendo en una casa modesta en Austin, a pesar de que Iglesias por fin está obteniendo un mayor reconocimiento.

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Los resultados de su dedicación a su oficio no son para los débiles. Citó como influencias a practicantes de la novela negra de los montes Apalaches como David Joy y S.A. Cosby, y dijo que el objetivo de su trabajo era “bajarlo a las cloacas”.

Algunas escenas de “The Devil Takes You Home” exploran de manera explícita cómo el fervor religioso puede justificar casi cualquier acción. En otros tramos, indaga la hipocresía ensangrentada de las políticas de seguridad fronteriza que permiten que las armas traficadas desde Estados Unidos alimenten al narcotráfico en México.

Luego están las inquietantes escenas en los túneles de contrabando bajo la frontera, donde viven las criaturas, o la sensación de sorpresa ante la presencia de un narcotraficante especialmente brutal que habla con la elocuencia de un teólogo.

“Estar ante monstruos está bien, siempre y cuando no pienses mucho en lo que son capaces de hacer”, comenta Mario. “Lo más aterrador es cuando te das cuenta de lo que tú eres capaz de hacer”.

© 2022 The New York Times Company