Franco Colapinto en Alpine: un equipo en reconstrucción con un magnate polémico, Flavio Briatore
La figura cuidada del hombre de 74 años destila confianza, irradia magnetismo, aunque también ofrece un pasado turbulento. Los antecedentes de Flavio Briatore se ajustan al presente de Alpine, una escudería que intenta reconstruirse y recuperar la gloria con la que brilló Renault, el regente del grupo automotriz. El magnate italiano y la factoría de origen francés, pero que tiene su única base en Enstone, Gran Bretaña, son desde el jueves los nuevos interlocutores de Franco Colapinto, el piloto argentino que irrumpió en 2024 con Williams en los últimos nueve episodios del calendario de Fórmula 1 y despertó interés en un puñado de escuadras. El pilarense se unió con un contrato multianual y será piloto de reserva y de prueba, a la espera de una butaca para volver a ser parte del grupo de 20 selectos nombres que conforman la parrilla del Gran Circo.
Polémico, disruptivo, de manejos absolutistas, Briatore conoció las burbujas de champagne explotando en su boca antes de sumarse al paddock de la F. 1. En el deporte encontró el glamour que lo envolvía en su vida privada, que conoció de relaciones tumultuosas y de modelos como parejas: Naomi Campbell, Heidi Klum, Marcy Scholobohm y Elisabetta Gregoraci. También, con la velocidad de los autos cautivó a controvertidos personajes mundiales: Silvio Berlusconi, ex prrimer ministro italiano, mayor accionista de Milan entre 1986 y 2017 y empresario de la industria del espectáculo; José María Aznar, expresidente del gobierno español; la exalcaldesa de Madrid Ana Botella; el exdiputado del parlamento europeo Alejandro Agag... Dueño de la discoteca de tres pisos Billionaire en la isla de Cerdeña –luego la vendió a capitales asiáticos– y de filiales en Marbella y Mykonos, y de un rancho en Kenia –un espacio paradisíaco donde se entrenaban los pilotos de Renault–, expandió la marca Benetton al continente americano y tuvo negocios inmobiliarios y de comidas en Roma, Londres, Montecarlo. La Fórmula 1 fue el ámbito donde convivió con la gloria y el infierno.
Saboreó el éxito con Michael Schumacher, campeón de 1994 y 1995, y más tarde junto a Fernando Alonso, monarca en 2005 y 2006, al que rescató después de la primera temporada del español en Minardi para darle rodaje como tester en Renault. El asturiano eligió permanecer bajo el paraguas de quien fue mentor y manager de él, antes de que el italiano emprendiera aventuras en otros garajes, como los de Arrows, Prost y Jordan, y de repetir la experiencia con Minardi.
🗣 ¡VIVA LA ARGENTINA!
👉 Flavio Briatore, asesor de Alpine y gran artífice de la llegada de @FranColapinto al equipo, le dedicó unas palabras al público argentino. pic.twitter.com/NibZragBug— Campeones 🦅 (@Campeonesnet) January 9, 2025
El momento oscuro, tormentoso, empezó con la orden a Nelson Piquet (h.) de estrellar el auto en el estreno del Gran Premio de Singapur, en 2008, con el objetivo de asegurar el triunfo con Alonso. Ese Crashgate dio paso a una investigación de la F. 1, que lo expulsó de por vida tras el Gran Premio de Hungría de 2009. Briatore recibió un indulto de un tribunal francés y hasta una indemnización, y prometió no retornar al paddock. Pero en 2023 asumió como consejero ejecutivo de Alpine, función que implicaba buscar los mejores talentos y proporcionar información sobre el mercado de pilotos.
Las jornadas compartidas con Bernie Ecclestone –el hombre que reinventó el negocio de la F. 1– forjaron una relación estrecha. El italiano defendió al pope británico ante el desembarco de Liberty Media para controlar la comercialización: Bernie resultó un respaldo para financiar operaciones de Ligier y Minardi, que más tarde Briatore vendió a Alain Prost y Gabriele Rumi, y también escuchó sus consejos para entablar tratativas con Colapinto. “En la F. 1 siempre todo es posible. Hasta que el dinero esté en el banco” es una frase de cabecera de Ecclestone, que el italiano adoptó para sus negociaciones. También tiene enunciados propios que reflejan su dureza. “Lo único seguro es la muerte”, cree Flavio.
Su perfil controvertido se replica en Alpine. El 30 de septiembre se cerró el departamento de motores de Renault en Viry-Châtillon, en las cercanías de París, y 43 días después se anunció que desde 2026 y hasta 2030 la escudería utilizará impulsores y caja de cambios Mercedes. La decisión implica la salida la del segundo entre los motorista más consagrados de la Fórmula 1, con la firma de 12 títulos de campeón. Fiel a su estilo, Briatore utilizó el tono polémico para describir el avance del equipo, que tuvo su momento cúspide con el doble podio en San Pablo, donde Esteban Ocon y Pierre Gasly escoltaron a Max Verstappen (Red Bull Racing). “Este año hemos hecho mucha limpieza y seguiremos haciéndola. Acabamos de dar un verdadero paso evolutivo para no entorpecer el proyecto de 2025. Cuando llegué había 1150 personas; ahora hay 850. Los que quedamos estamos centrados únicamente en el equipo y en la Fórmula 1″, declaró, graficando el lastre que implicaba Renault en el desarrollo.
Las conversaciones con Williams para negociar por Colapinto fueron aceitándose, a la vez que algunos patrocinadores se alejaron de la escudería francesa. Castrol y BP se unieron a Audi; Kappa finalizó el vínculo y no renovó. El piloto argentino, como en la escudería de Grove, desembarcará con un grupo de patrocinadores. “Su aparición en la grilla tomó a muchos, yo entre ellos, por sorpresa, y sus prestaciones fueron impresionantes para ser un debutante. Tenemos el ojo puesto en el futuro y su fichaje implica que podemos contar con un pool de jóvenes pilotos a quienes podemos convocar y con quienes podemos trabajar para desarrollar el equipo hacia un futuro éxito”, explicó Briatore apenas se anunció el vínculo con el pilarense.
Días antes, en Le Parisien, el italiano dejó señales de su estilo autoritario y de cuáles son las reglas para lo que viene: “Comenzamos el año con Pierre [Gasly] y Jack [Doohan], lo garantizo. Después, veremos durante la temporada. Tengo que ayudar al equipo a alcanzar una situación en la que pueda lograr resultados. El piloto es el que tiene que terminar el trabajo de las casi mil personas que están detrás de él. Todas trabajan para dos personas, y si hay un piloto que no avanza, que no da resultados, lo cambiarán”, apuntó el polémico magnate.
Los problemas de Alpine no son recientes: en 2022, Alonso, desgastado, decidió incorporarse a Aston Martin y la joven estrella Oscar Piastri desairó al equipo que lo proyectaba para suplantar al ovetense y el destino del australiano fue McLaren. La crisis siguió su curso: un auto ineficiente; cambios de conducción con las salidas de Bruno Famin, Otmar Szafnauer y Laurent Rossi, y un motor observado con desprecio por el paddock instalaron como versión una posible liquidación de la escudería. Las versiones fueron desmentidas y resultaron combustible para el conjunto, que tuvo un cierre auspicioso de 2024, lo que posibilitó terminar en el sexto casillero en el Mundial de Constructores. El desenlace fue mejor que el de Williams, que resultó noveno atravesado por los múltiples accidentes.
Ahora, en 2025, Alpine deberá ratificar ese viento de cola para ilusionarse con un resurgimiento.