Fluminense vs. Boca: el juego de los millones en la final de la Copa Libertadores

El trofeo de la Copa Libertadores, que quedará en manos de Fluminense o Boca Juniors, los dos finalistas de la edición 2023
El trofeo de la Copa Libertadores, que quedará en manos de Fluminense o Boca Juniors, los dos finalistas de la edición 2023 - Créditos: @RICARDO MORAES

Boca y Fluminense se enfrentarán el sábado 4 de noviembre el partido por la “gloria eterna” en el estadio Maracaná. Habrá en juego 18 millones de dólares, el premio para el campeón, que además ganará su derecho a participar de dos Mundiales de Clubes: en diciembre, en Arabia Saudita; y a mediados de 2025 en los Estados Unidos, en la primera celebración del torneo organizado por la FIFA, que contará por primera vez con 32 equipos.

Cuando el árbitro colombiano Wilmar Roldán haga sonar su silbato en la catedral del fútbol brasileño, en la cancha habrá dos modelos muy distintos de clubes. De un lado, Fluminense, un equipo hundido en deudas de gestiones anteriores que se financia gracias a los bancos y paga sus gastos operativos por intermedio de los contratos con sus sponsors. Del otro, Boca, un equipo más popular, sin deudas ni créditos que tiene a sus miles de socios (plenos y adherentes) como principal fuente de financiamiento. A continuación, los indicadores económico-financieros de Fluminense y Boca de cara a la final.

“Para competir con los clubes brasileños hay que tener dólares”, le asegura a LA NACION Amir Somoggi, consultor de la empresa brasileña SportsValue. Somoggi comparó los últimos balances de Boca (2022) y Fluminense de cara al partido del 4 de noviembre en el Maracaná. Y encontró rasgos distintivos en la gestión de ambos clubes. “ El gran problema de Argentina es que la economía sacó a los clubes de la competitividad . Hace 5 años ganaban todo”, dice el experto. Y añade, a modo de resumen: “ Los ingresos por TV y transferencias de jugadores pagan el presupuesto de Flu; las cuotas sociales pagan el presupuesto de Boca ”.

Juan Román Riquelme, vicepresidente de Boca, posando con Marcelo y Germán Cano, delantero argentino; Fluminense se entrenó en Casa Amarilla y el 10 aprovechó para hacer sociales
Juan Román Riquelme, vicepresidente de Boca, posando con Marcelo y Germán Cano, delantero argentino; Fluminense se entrenó en Casa Amarilla y el 10 aprovechó para hacer sociales - Créditos: @Prensa Fluminense

Al respecto, y para tener una idea de lo minúsculo que resulta el mercado argentino con relación al brasileño, Somoggi asegura: “Boca, la entidad más popular de Argentina, es el décimo club de Brasil en términos económicos, detrás de Fluminense y con números similares a Fortaleza”. Y continúa: “Por lo que implica su marca, Boca debería estar a nivel de Flamengo, el club que más dinero factura en Brasil. Es un club gigante en popularidad y pequeño en facturación. Lo que ocurre es que el club argentino tiene ingresos en pesos, y el tema es que el peso no vale nada. E so destrozó la competitividad de los clubes argentinos respecto de los brasileños ”, grafica.

Si bien Boca y Fluminense tienen ingresos totales similares (el club de la Ribera cobró 62,2 millones de dólares en 2022, contra 69,4 millones de la misma moneda percibidos por los brasileños), la diferencia más grande en favor de los cariocas está en el apartado de los derechos de televisión: Fluminense embolsó 30,2 millones de dólares, vs. los 8,2 millones de la moneda estadounidense informados por Boca . “Es increíble lo de la TV. Desde el mercado argentino no desarrollaron una forma de crecer ”, protesta Somoggi.

En rigor, Boca, River y el resto de los clubes grandes de la Liga Profesional están atados a una cláusula de la distribución de los ingresos televisivos: la diferencia entre el que menos cobra y el que más, no puede ser mayor a 2,2 veces. Eso, sumado a que los contratos de la TV local son en pesos. Y a que los derechos internacionales del fútbol argentino, un contrato en dólares, se reparte en partes iguales entre todos los clubes. Y pesificados al valor oficial de la divisa estadounidense. Permite comprender por qué no crece el mercado doméstico.

Vista aérea del estadio Maracaná, escenario de la final de la Copa Libertadores 2023
Vista aérea del estadio Maracaná, escenario de la final de la Copa Libertadores 2023 - Créditos: @Buda Mendes

Fluminense, que tiene 4 millones de hinchas en todo Brasil, un país de 214 millones de habitantes, se maneja a la vieja usanza. Gasta más de lo que tiene y compensa con créditos bancarios. “Viene de muchas malas gestiones y por eso la deuda de 135,6 millones de dólares. Un tercio es fiscal, es decir, con los gobiernos de turno. El resto es con bancos, jugadores que firman contratos que después no cobran y más tarde van a la Justicia. Y cuando necesita liquidez para pagar sus gastos operativos va al banco con sus contratos de sponsoreo y TV y anticipa los ingresos pagando un interés”, cuenta Somoggi.

Es la misma receta que aplicaban los equipos argentinos en tiempos del Fútbol Para Todos (FPT): pedían a la AFA adelantos de TV, les entregaban un cheque a 30, 60 o 90 días y luego iban “a una cueva” o a una financiera a cobrarlo en efectivo. Las comisiones que dejaban, a veces usureras, motivaron hasta una investigación judicial para establecer la ruta del dinero del FPT.

El único antecedente en el Maracaná: semifinales de la Libertadores 2008

“Miren los números: 11,8 millones de dólares en préstamos bancarios de Fluminense contra 1,8 millones de Boca. ¿Qué quiere decir esto? Que los argentinos juegan con lo que tienen; los brasileños, con lo que el banco les presta”, completa Somoggi, de la consultora brasileña Sportsvalue. Otros dos apartados completan la radiografía económica de ambos clubes: Boca tiene apenas 25,4 millones de dólares de deuda según su último balance. Fluminense, registra US$ 135,6 millones en ese ítem. Además, el patrimonio neto (diferencia entre los activos y los pasivos) de los brasileños es negativo en 52,8 millones. Boca, en este sentido, tiene números mucho más saludables: US$ 96,4 millones de patrimonio neto positivo.