Fabiano Caruana asombra con sus resultados y su ajedrez excelso, pero sigue a la sombra de Carlsen

Fabiano Caruana, el ajedrecista estadounidense con ascendencia italiana
Fabiano Caruana, el ajedrecista estadounidense con ascendencia italiana

Fabiano Caruana es el jugador número 2 del ranking mundial de ajedrez, pero por su desempeño general, y el de este año en particular, pareciera que se trata de un número 1. Pesa sobre él la ominosa sombra de Magnus Carlsen, que ha dominado con mano de hierro el ajedrez mundial en los últimos doce años. Así, Fabiano no tiene el reconocimiento que merecería por su excelso nivel de juego. Pero sus resultados deportivos son propios de un número uno.

En este año, por ejemplo, y dejando de lado otros triunfos importantes, ganó el fortísimo Campeonato de los Estados Unidos, y hace unos días, el magistral de Saint Louis, por delante de varios top 10 del mundo, lo que le supuso también, ganar el Grand Chess Tour, un circuito anual de cuatro torneos que suman puntos para un total general. Caruana ganó tres de los cuatro torneos del tour, sumó el puntaje récord de 46 puntos sobre 52 posibles, y se hizo acreedor a un premio de 175.000 dólares.

Magnus Carlsen y Fabiano Caruana, los número 1 y 2 del mundo, frente a frente
Magnus Carlsen y Fabiano Caruana, los número 1 y 2 del mundo, frente a frente

Caruana nació en Miami, de padres italianos, y cuenta con la doble nacionalidad italiana y estadounidense. Fue un niño prodigio del ajedrez y obtuvo el título de gran maestro a los 14 años. Su pico en el rating Elo fue cuando alcanzó los 2844 puntos, el tercero de la historia, detrás de Carlsen y Garry Kasparov.

Técnicamente es un jugador muy completo, con inclinación hacia el juego posicional y de maniobra, pero no rehúye las complicaciones tácticas. Además moralmente es muy resistente; para ganarle hay que derrotarlo dos veces, porque nunca termina de ceder. Su preparación teórica en las aperturas es sobresaliente, fruto de su exigente trabajo casero.

Hikaru Nakamura y Fabiano Caruana, integrantes del seleccionado norteamericano; a la izquierda, Samuel Shankland y Wesley So
Hikaru Nakamura y Fabiano Caruana, integrantes del seleccionado norteamericano; a la izquierda, Samuel Shankland y Wesley So - Créditos: @bakuchessolympiad.com

Según él mismo ha reconocido, examina cientos de partidas por día, buscando nuevas ideas para ensayar frente a sus posibles rivales. Vale recordar aquí que el match que lo enfrentó a Carlsen por el Campeonato Mundial en 2018, que finalizó empatado, con la curiosidad de que todas las partidas fueron tablas. Carlsen recién prevaleció en su especialidad: el desempate de partidas rápidas.

¿ Por qué Carlsen es mejor, siendo Caruana tan espléndido jugador? Podría arriesgarse que se trata de una superioridad más psicológica que técnica. El noruego es extremadamente seguro de sí mismo, al tiempo que es más perspicaz para reconocer fortalezas y debilidades de sus oponentes. Mientras el ítalo-norteamericano pone todo su empeño en mejorar su conocimiento técnico, Carlsen mira el mundo a su alrededor, e incorpora aquello que lo convierte en un mejor competidor.

Carlsen ha dicho sobre el estilo de juego de Caruana: “Es el peor rival posible para mí; es muy tranquilo y tiene un estilo de juego muy concreto. Calcula muy bien y profundo, y le gusta dominar el centro. Pero esa tendencia que tiene a ser preciso no es recomendable para las partidas rápidas: en el blitz no hay tiempo para cálculos concretos, es mejor jugar simple y por intuición”.

Hikaru Nakamura y Fabiano Caruana, y una partida durante el Norway Chess 2023.
Hikaru Nakamura y Fabiano Caruana, y una partida durante el Norway Chess 2023. - Créditos: @Lennart Ootes

A su vez, en un reportaje reciente, el número 2 del mundo admitió que se sintió frustrado cuando, en un par de ocasiones, estuvo cerca de alcanzar y sobrepasar a Carlsen en el ranking, pero no lo consiguió. Ahora la diferencia entre ambos oscila entre unos 30 puntos, lo que en niveles más bajos puede considerarse poco, pero en el nivel más alto es una diferencia considerable. Caruana dice que ahora se lo toma con más calma, que su objetivo es jugar bien y ganar torneos, cosa que viene haciendo, y ganar el próximo torneo de Candidatos para acceder a un match por el Campeonato del Mundo. Que no sería frente a Carlsen, porque éste ya ha resignado la corona.

Como dato ilustrativo, es llamativo constatar que la generación de Carlsen es la dominante del ajedrez mundial. Los actuales cinco mejores jugadores del ranking mundial pertenecen al mismo rango etario: Carlsen tiene 33 años; Caruana, 31; el número 3, Hikaru Nakamura, tiene 35; el cuarto, y campeón mundial Ding Liren, 31, y el subcampeón Ian Nepomniashthi, 33. Se podría suponer que los primeros años de la treintena son los óptimos para el rendimiento de un ajedrecista. Eso bien puede ser cierto, pero también hay que valorar que se trata de una generación brillante, que desde hace una década se ha adueñado de la cúspide.

Caruana y un desenlace formidable

Veamos una brillante definición de Caruana. A la siguiente posición se llegó en la partida Nisipeanu-Caruana del torneo de Dortmund 2015, a la altura de la jugada 27 tocándole jugar a las negras.

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. - Créditos: @Redacción LA NACION

La amenaza blanca de jugar Cd4 parece indicar que tienen buena posición. Sería de no creer, si alguien dijera que las blancas van a abandonar cuatro jugadas después, ante la imparable coronación de un peón negro; pero eso es exactamente lo que pasó.

Caruana jugó 27...a5! a lo que siguió 28.Cd4 axb4! 29. Cxc6 b3! 30.Txc7 y ahora se llega a la posición del siguiente diagrama:

La partida Nisipeanu-Caruana, del torneo de Dortmund 2015
La partida Nisipeanu-Caruana, del torneo de Dortmund 2015 - Créditos: @Redacción LA NACION

Pareciera que las negras tienen que jugar 30... bxc6 y luego de 31.Tb7 las blancas controlan al peón pasado, y se aproximan cautelosamente con el rey (f3, Rf2, Re2, Rd3) y ganan sin dificultad. Pero Caruana sacó un conejo de la galera con la jugada 30... Cd6!! y resulta que el caballo controla la casilla clave b7, a la vez que obstruye la única columna “d” por la que torre podría llegar a d1 para detener al peón. Peón que, por cierto, corona dando mate. Un incrédulo Nisipeanu tuvo que rendirse, al no haber manera de evitar la coronación del humilde peón.