Estiramientos, póker y tarros de miel: cómo se prepara el presentador de la UFC

El auricular de comunicaciones de Bruce Buffer, presentador oficial de Ultimate Fighting Championship, en el Madison Square Garden listo para trabajar en una noche de combates, en Nueva York, el 11 de noviembre de 2023. (Thomas Prior/The New York Times)
El auricular de comunicaciones de Bruce Buffer, presentador oficial de Ultimate Fighting Championship, en el Madison Square Garden listo para trabajar en una noche de combates, en Nueva York, el 11 de noviembre de 2023. (Thomas Prior/The New York Times)

NUEVA YORK – El sábado, mientras dos peleadores de artes marciales mixtas con el torso desnudo se miraban fijamente a ambos extremos de una lona manchada de sangre en el Madison Square Garden, un hombre con una reluciente chaqueta azul y plata de 4000 dólares permanecía en el borde de la jaula en octágono.

Bruce Buffer, el presentador oficial de Ultimate Fighting Championship, ya vestía el extravagante traje a la medida cuando llegó a la arena a las 4 p. m. Aproximadamente siete horas después, brincaba arriba y abajo, preparándose para animar a la multitud antes de la decimotercera y última pelea de la noche.

“Los vas emocionando y, luego, explotas”, le dijo Buffer a un periodista antes de entrar a la jaula.

Mientras caminaba hacia el centro del octágono, bajó el micrófono que previamente había sostenido sobre su hombro. Poco después, estaba gritando animadamente su frase característica con un gruñido de barítono mientras 19.000 aficionados la repetían en una sincronización casi perfecta.

“¡Llegó la hora!”.

Tras regresar a su asiento, Buffer reflexionó: “Es increíble que todavía digan eso”.

A medida que la UFC fue evolucionando de una liga de combate variopinta a un coloso corporativo, el estatus de Buffer también se disparó. Ha aparecido en varias películas y es un personaje jugable en videojuegos. Ha presentado a los equipos antes de un partido de la Liga Nacional de Fútbol Americano y se le puede contratar para anunciar virtualmente una boda o el nacimiento de un bebé.

Dana White, director ejecutivo de la UFC, dijo: “Me interesa mucho la producción —interna, en eventos en vivo y en televisión— y él forma parte de eso con la energía y la piel de gallina que te hace sentir”.

The New York Times siguió a Buffer el fin de semana pasado en UFC 295, la cartelera de combates de la organización en Manhattan que se ha convertido en uno de sus eventos más importantes del año.

El sábado, Buffer tenía puesto el mismo traje plata y azul —estima que tiene alrededor de 70 conjuntos similares en su armario— que usó en 2016 cuando Conor McGregor, la estrella más grande de la UFC, encabezó la primera cartelera de la compañía en Nueva York, el último estado del país en legalizar las artes marciales mixtas.

Buffer, de 66 años, recuperó energía cenando una pasta llena de carbohidratos varias horas después de llegar desde Los Ángeles en un vuelo nocturno. Su mano, adornada con un anillo de la UFC, hacía girar los espaguetis con un tenedor de plástico. Buffer dijo que esperaba que su estética estableciera un tono profesional.

“Pasamos del espectáculo a lo masivo muy rápidamente”, dijo Buffer.

Alguna vez considerada como “pelea de gallos humana” por el senador John McCain, la UFC, que comenzó en 1993, está valorada actualmente en 12.000 millones de dólares y es socio de transmisión de ESPN. Endeavor, el conglomerado de medios y agencia de talentos de Hollywood, compró la compañía en 2021 y, recientemente, la fusionó con la World Wrestling Entertainment.

Según un comunicado de prensa, UFC 295 generó 12,4 millones de dólares en ventas de entradas, el segundo evento con mayor recaudación en la historia del Madison Square Garden. UFC 205, el evento inaugural en Nueva York, fue el de mayor recaudación.

Buffer, cuyo medio hermano Michael es el renombrado presentador de boxeo conocido por gritar: “Let’s get ready to rumble!” (“¡Preparémonos para la pelea!”), nació en Oklahoma, pero se crió en Texas, Pensilvania y California. Se enamoró de las artes marciales mixtas y se entrenó en judo, kickboxing y otras formas.

A pesar de sus repetidos intentos de convertirse en el presentador de tiempo completo de la UFC, Buffer a menudo fue relegado a tareas más pequeñas o se le pidió que sirviera como remplazo. En 1997, fue reclutado para participar en la tercera temporada de “Friends”, donde interpretó al presentador del octágono para un episodio con temática de la UFC. Poco después, comenzó a hacer eventos completos de la UFC y desde entonces solo se ha perdido un combate.

Se rompió el ligamento cruzado anterior durante una presentación en el octágono en 2011 y dijo que una vez trabajó en un combate con una fiebre de casi 40 grados Celsius.

“Aunque no esté al 100 por ciento, siempre me presentaré como si estuviera al 100 por ciento”, dijo Buffer.

Poco antes de que comenzaran los combates del sábado a las 6 p. m., Buffer terminó sus preparativos en una sala con el equipo de comentaristas de la UFC: la expresiva personalidad de los pódcast Joe Rogan, el expeleador Daniel Cormier y el locutor veterano Jon Anik.
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Como parte de sus responsabilidades dentro del octágono, Buffer debe leer los nombres, pesos y récords de los peleadores en grandes fichas. Las coordina con colores y les hace un pequeño agujero en la esquina para mejorar el agarre de su meñique.

Bruce Buffer, presentador oficial de Ultimate Fighting Championship, gira su micrófono durante una noche de combates en el Madison Square Garden en Nueva York, el 11 de noviembre de 2023. (Thomas Prior/The New York Times)
Bruce Buffer, presentador oficial de Ultimate Fighting Championship, gira su micrófono durante una noche de combates en el Madison Square Garden en Nueva York, el 11 de noviembre de 2023. (Thomas Prior/The New York Times)

Comprobó la pronunciación de los nombres de algunos luchadores con Rogan y, luego, se relajó. Mientras Rogan buscaba café, Buffer jugaba al póker en su teléfono, uno de sus pasatiempos favoritos.

“Mantiene mi mente activa”, dijo.

Mientras Buffer instalaba su mesa cerca del octágono, tomó los caramelos mentolados para la tos y los pequeños tarros de miel que mantienen frescas sus cuerdas vocales durante toda la noche. Entre anuncios, a menudo se estiraba los isquiotibiales. Algunos de sus pantalones están confeccionados sin costuras debido a su estilo frenético.

En el octágono, Buffer se agacha, gira o hace cualquier otra cosa que le sugieran sus instintos. En ocasiones, presenta a un peleador con su frente casi presionada contra el rostro de esa persona.

“Están arriesgando sus vidas, así que necesito darles cada gramo de energía y pasión para, espero, llevarlos al siguiente nivel”, dijo.

Mientras las celebridades iban llegando durante la noche, Buffer comenzó a socializar. “He hecho muchos amigos en esa sección”, dijo Buffer, refiriéndose a los asientos adyacentes al de White.

Conversó con el comediante Bill Burr y el animador Steve-O. Buffer dijo que aún no enmarcaba un autógrafo de Tom Brady, el mariscal de campo retirado de la NFL, de un evento anterior. Cuando terminaron los combates, el expresidente Donald Trump, un amigo cercano de White, pasó junto a Buffer, le tocó el hombro y le dijo: “Buen trabajo”.

Alrededor de la medianoche, Buffer se relajó en un salón privado con un plato de frutas y una copa de vino tinto.

“A veces es difícil calmarse tras estos eventos”, dijo.

c.2023 The New York Times Company