Entra Lionel Messi, sale Julio Humberto Grondona: la modificación del nombre del predio, una decisión que encierra un cambio de paradigma
Que el predio de Ezeiza deje de llamarse Julio Humberto Grondona y haya sido rebautizado como Lionel Andrés Messi es todo un cambio de paradigma. El fútbol vuelve al fútbol. Más allá de ser un homenaje en vida, que algunos podrán interpretar como el comienzo de la gira despedida de La Pulga como futbolista, se trata, en definitiva, de un regreso a las fuentes. Es pasar del dirigente que llegó a número 2 de la FIFA sin hablar una palabra de inglés al futbolista más global, más decisivo y más importante nacido en esta tierra junto con Diego Armando Maradona.
La idea de renombrar el “complejo habitacional y deportivo” germinaba en la cabeza de Claudio “Chiqui” Tapia desde la final de Qatar 2022. Casi sin quererlo, el primero que habló del asunto no fue un argentino, sino Alejandro Domínguez, el dirigente paraguayo que preside la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol). Lo sugirió casi en puntas de pie, como pidiendo permiso, hace unos días, cuando se reunió por primera vez la Corporación 2030, el órgano encargado de vehiculizar la candidatura de Argentina, Paraguay, Chile y Uruguay para el Mundial del Centenario. Fue la penúltima vez que el lugar llevó el nombre de Grondona. La última: la conferencia de prensa previa al partido con Panamá de otro Lionel (Scaloni), el entrenador de la selección.
Vivimos una jornada histórica en nuestra Casa de Ezeiza, que desde hoy, pasará a llamarse Lionel Andrés Messi, en homenaje al mejor jugador del mundo.
Quiero agradecer a todos los dirigentes, jugadores, jugadoras y empleados de @afa por haber estado junto a nosotros, una vez más pic.twitter.com/zuSek1Fb6F— Chiqui Tapia (@tapiachiqui) March 25, 2023
Tapia y Messi se respetan mutuamente. Uno de los amagues más famosos de La Pulga no fue en una cancha de fútbol, sino en zona de vestuarios del estadio Olímpico Atahualpa, en Quito (Ecuador). Tras su enésima función solista y una tripleta que valió la clasificación a Rusia 2018, el rosarino, todo felicidad, enfiló hacia los camarines para celebrar. En la antesala de la puerta principal se presentó Daniel Angelici, entonces vicepresidente de la AFA, pero enemistado con Tapia. Ni lo saludó. Al caudillo de Barracas Central, en cambio, le dedicó un efusivo abrazo. Todo el mundo habló de la gambeta de Messi fuera de la cancha.
Autoproclamado “hincha número uno de la selección”, Tapia destinó US$ 9 millones para refacciones y nuevos edificios en el predio que ahora remite al máximo referente del último campeón del mundo. Siete millones en fondos propios, y otros dos por millones por intermedio de la FIFA. Messi sabe que las obras quedan para la posteridad, casi tanto como sus goles. Y también sabe (o, mejor dicho, recuerda) que Tapia fue el único dirigente que acompañó al equipo albiceleste en la Copa América Centenario, en 2016, cuando el fútbol argentino estaba gobernado por una “comisión normalizadora” impuesta por la FIFA.
No había un dólar y la logística se ataba con alambres. Cerca del rosarino apuntan que Tapia no tuvo ningún problema en ofrecer su tarjeta de crédito cuando algún hotel la precisaba. O cuando había que acelerar algún traslado. Allí, con esos gestos, el actual presidente de la AFA (que se quedará en el cargo al menos hasta 2025) comenzó a ganarse a los futbolistas de la selección.
Messi y el equipo campeón del mundo son el principal capital político del presidente de la AFA. Por eso, a nadie debería sorprenderle la decisión de cambiarle el nombre al predio de Ezeiza. Tapia, omnipresente en fotos, videos, festejos desde el imborrable 18 de diciembre de 2022, está dispuesto a darle al seleccionado todo y más. Supervisó en persona las obras que encaró y pasa mucho más tiempo en su oficina del predio (ahora Messi, antes Grondona) que en el sillón presidencial de las oficinas sobre la calle Viamonte, en la zona de Tribunales.
En su discurso, Messi habló de su predilección por los “homenajes en vida”. Algo parecido piensa el presidente de la AFA. Y los exfutbolistas del Mundial 2014, o los presidentes de los equipos de la Liga Profesional y sus 28 capitanes. La Pulga, aunque todavía activo y decisivo en la más alta competencia, ya es leyenda. El homenaje de la AFA es apenas el primero de una larga lista, que será eterna el día que decida retirarse.