Cómo enseñarle a bailar a un caballo
GUNTHWAITE, Inglaterra — En los Juegos Olímpicos de París, cientos de competidores tratarán de conjugar la destreza atlética con la gracia artística, pero solo los que compiten en doma, o adiestramiento, lo intentarán sentados a horcajadas sobre un animal voluntarioso.
La doma, conocida popularmente como “danza del caballo”, consiste en que los jinetes dirijan a sus caballos para que realicen una serie de movimientos, incluidas piruetas, que se cree que tienen un origen militar.
Este año, este deporte ha estado en los titulares por todas las razones equivocadas. La semana pasada salió a la luz un video en el que una conocida amazona fustigaba una y otra vez a un caballo durante un entrenamiento. Para muchos aficionados a la doma, el video fue impactante. El adiestramiento no debe consistir en obligar a los caballos a someterse; debe ser un escaparate de la unión entre jinetes y caballos. Y a pesar de requerir una enorme cantidad de práctica y fuerza, debe parecer que no requiere esfuerzo.
Esto es especialmente cierto en la prueba de estilo libre, en la que los caballos actúan al ritmo de la música y son juzgados por su excelencia artística, además de por su precisión técnica. Las competencias de doma más importantes empezaron el martes, y el domingo está prevista la prueba de estilo libre estelar.
El escándalo de los latigazos a un caballo obligó a Charlotte Dujardin, una de las mejores jinetes del equipo británico, a retirarse. La amazona reserva del equipo, Becky Moody, ocupará su lugar. En una reciente visita a sus establos (antes de que se hiciera público el video de los latigazos), Moody explicó qué hay que hacer para educar y entrenar a un bailarín equino.
1. Encontrar el caballo adecuado.
Algunos jinetes de adiestramiento tratan de comprar el éxito y ofrecen millones de dólares por caballos entrenados. Pero muchos, como Moody, crían a los suyos, cruzan los dedos y esperan que puedan convertir a un potro en una estrella.
Moody, de 44 años, comentó que tuvo suerte con Jagerbomb, su caballo actual. Bomb, como Moody lo llama de cariño, tiene 10 años, mide más de 1,76 metros y pesa unos 725 kilos.
Algunos caballos son elegantes por naturaleza. Otros son torpes. De joven, Bomb estaba en el punto medio, comentó Moody, por lo que apenas destacaba. También parecía carecer de la energía necesaria para realizar los movimientos más difíciles de la doma.
Según Moody, no fue sino hasta que Jagerbomb cumplió 6 años cuando las cosas cambiaron para bien. Un día, se entusiasmó y empezó a hacer cabriolas en un movimiento conocido como piaffe, que es como la versión a caballo de un hombre corriendo. Moody se dio cuenta de que Bomb tenía posibilidades.
Ahora es muy cotizado. Esta primavera, otro jinete le ofreció más de 2 millones de libras a Moody (unos 2,5 millones de dólares) por él, pero la amazona rechazó la oferta.
2. Fortalecerlo.
La doma es tan intensa que Moody solo entrena a sus caballos tres o cuatro veces por semana, durante 40 minutos como máximo. Para mantener a sus caballos fuertes y contentos fuera de las sesiones de entrenamiento, Moody los monta por caminos locales, sobre todo subiendo y bajando cuestas. Algunos de sus caballos también pasan tiempo en una cinta de correr instalada en la base de un contenedor lleno de agua (empujar contra el agua supone un reto adicional).
Un jinete también tiene que poner atención al estado mental del caballo. Laura Tomlinson, otra jinete británica que ganó el oro por equipos y el bronce individual en los Juegos Olímpicos de 2012, dijo que los caballos son un poco como los niños: si los haces trabajar demasiado, se aburren y no quieren bailar.
3. Repetir y recompensar.
Moody explica que el entrenamiento de doma inicia con los movimientos más sencillos: el paso, el trote y el galope. Un caballo necesita hacer los tres con elegancia, así como ser capaz de pasar suavemente de una velocidad a otra.
Poco a poco, el jinete irá añadiendo acciones más complejas. Puede empezar paseando al caballo en un círculo amplio. Luego, en uno más pequeño. Esos círculos se hacen cada vez más cerrados, con los cuartos traseros del caballo girados hacia dentro, hasta que el caballo acaba haciendo piruetas.
Con el tiempo, el caballo y el jinete desarrollan un lenguaje casi secreto, de modo que el jinete solo tiene que hacer un pequeño movimiento con las riendas, las pantorrillas, el muslo o el tronco, y el caballo responde. Los sonidos también pueden ayudar, pero los jueces penalizan a los jinetes que chasquean la lengua o utilizan otros ruidos para dar instrucciones al caballo durante la competencia.
4. Practicar frente a un espejo.
En el establo techado de Moody, un espejo de unos 19 metros de largo en uno de los muros convierte la pista en un estudio de baile.
A veces, Moody revisa la postura de Jagerbomb en el espejo, por ejemplo, cuando trabaja el medio paso, un movimiento en el que el caballo se desplaza hacia delante y hacia los lados al mismo tiempo, y cruza las piernas. “Puedes pensar que estás en un ángulo”, dice Moody, “pero te miras en el espejo y te das cuenta de que no es así: el cuerpo está recto y solo tiene doblado el cuello”.
5. Verse bien.
Las reglas de la doma clásica son complejas; el manual oficial de jueces tiene 68 páginas. Los jueces no califican la apariencia, pero Tomlinson afirma que “los jueces son humanos” y se dejan influir por el aspecto del caballo y el jinete.
Moody puso extensiones de pelo en la cola de Jagerbomb para que luciera más gruesa y tuviera un aspecto más equilibrado. “Con una cola delgada se vería un poco patético”, comentó.
En las competencias, la amazona usa una aguja para trenzar la crin de Jagerbomb. Le toma 25 minutos, tiempo que usa para calmar la mente y visualizar la cabalgata que está por efectuar.
6. Poner música.
Durante la prueba de estilo libre, los jinetes y sus caballos realizan rutinas de seis minutos en las que giran y hacen cabriolas por la pista, cambiando continuamente de ritmo. Moody utiliza una aplicación para diseñar su plano, un mapa de los movimientos de su caballo por la pista, e intenta presentar dramatismo y dificultad.
Piensa en la música solo después de haber coreografiado la rutina completa. Envía sus ideas, junto con el video de un ensayo, a un compositor, que une varias canciones o piezas orquestales para que encajen con los movimientos del caballo.
Tom Hunt, compositor especializado en música para adiestramiento, dice que la mayoría de los jinetes quieren bandas sonoras de películas, y piden piezas orquestales de “Frozen” o “Indiana Jones”. Al utilizar música fácil de escuchar, no se corre el riesgo de ofender a los jueces, añadió.
Si Moody logra clasificar para la prueba de estilo libre, actuará al son de algo más peculiar: un popurrí de éxitos de Tom Jones. La amazona comentó que al principio le preocupaba que Jagerbomb bailara “Sex Bomb”, pero que las canciones van de maravilla con la personalidad de su caballo.
c.2024 The New York Times Company