Nicolás Matías del Río, el camionero argentino de 48 años que estaba desaparecido desde hace más de un mes en la localidad de Castel del Pino, Italia, apareció muerto. El cuerpo fue encontrado en un acantilado cerca de una casa en Arcidosso, en la región de la Toscana, informó el medio local La Nazione.

Tras haber sido visto por última vez el 22 de mayo pasado, su familia había comenzado una búsqueda por múltiples canales, especialmente en los grupos de argentinos en el país de Europa. Su cuñada había hecho un posteo en Facebook en el que pedía ayuda para dar con el paradero del hombre. “¡Nico tiene que aparecer! Te esperamos. No hay kilómetros de distancia si estamos todos unidos difundiendo”, había expresado en el posteo.

El trabajo de la víctima consistía en retirar carteras de lujo de las fábricas para llevarlas a un depósito y, posteriormente, realizar la entrega de la mercadería en distintas ciudades cercanas. La última vez que tuvo contacto con su esposa y madre del hijo de 9 años que tenían en común estaba en un recorrido que ya era habitual para él. Al día siguiente de la desaparición, la camioneta en la que se movilizaba apareció quemada.

Según consignó el medio local, los oficiales de la Policía hallaron parte del cargamento que transportaba Del Río en las cercanías a donde apareció, equivalente a medio millón de euros en bolsos de la reconocida marca de lujo Gucci.

Los detenidos por la desaparición de Del Río

La hipótesis de la causa se enmarcó en una investigación por “robo, homicidio voluntario y secuestro”. La fiscalía de Grosseto imputó a los únicos tres detenidos en la causa: Klodjan Gjoni, un albanés de 33 años, y los turcos Ozgur Bozkurt, de 44 años, y Kaia Emre, de 28 años.

El sitio local explicó que Gjoni -quien fue apuntado como la “mente maestra” del plan que terminó con el argentino muerto- fue capturado por el Arma de Carabineros (el organismo de seguridad del Estado italiano) cuando estaba por escapar en un avión en Ciampino, en Roma.

Según pudieron reconstruir los investigadores, Gjoni habría interceptado a Del Río mientras realizaba su trayecto con la excusa de pedirle que lo alcance a un lugar cercano debido a la avería de su propio vehículo. Kilómetros después, en una zona aislada de campo, se habrían sumado Bozkurt y Emre para atacar a la víctima, robarle su cargamento y luego prender fuego el rodado para borrar las huellas.

Además, a la denuncia se sumaron dos nuevos sospechosos: Niko Gjoni, padre de Klodian, y Zindan Bozkurt, pariente de Ozgur. Las autoridades italianas apuntaron a la familia del hombre albanés, debido a que se encontraron restos de las carteras que trasladaba Del Río en una casa del padre de Klodian.