Eliminatorias: Brasil le ganó a Perú y a las brujerías en Lima gracias a la cabeza de Marquinhos

Marquinhos se impone en la altura y conecta un preciso córner de Neymar para que Brasil derrote a Perú en Lima; el Scratch, como la Argentina, tiene el puntaje ideal en las eliminatorias.
Marquinhos se impone en la altura y conecta un preciso córner de Neymar para que Brasil derrote a Perú en Lima; el Scratch, como la Argentina, tiene el puntaje ideal en las eliminatorias. - Créditos: @Martin Mejia

Un plan de vuelo con demasiadas intermitencias, una hoja de ruta que descubrió varias paradas. Un resultado que resaltó las dificultades que deberá sortear Perú en la eliminatoria sudamericana para llegar al Mundial 2026 y las múltiples variantes que tiene Brasil, el único seleccionado que ostenta presencia perfecta en la historia de la Copa del Mundo.

De la euforia y la expectativa del comienzo se pasó a un desenlace de escaso interés, que sin embargo, con un cabezazo de Marquinhos, desequilibró el marcador, elevó a la verde-amarela a la cima de la tabla de posiciones y sepultó la esperanza local en Lima. Como si el historial pesara en el duelo, las pinceladas que ensayó el scratch fueron un argumento válido para el 1 a 0 sobre un rival que se diluyó con el paso de los minutos hasta quedar vencido.

El festejo de Marquinhos, autor del gol con que Brasil sostuvo el invicto sobre Perú por eliminatorias, que ahora es de 14 partidos.
El festejo de Marquinhos, autor del gol con que Brasil sostuvo el invicto sobre Perú por eliminatorias, que ahora es de 14 partidos. - Créditos: @ERNESTO BENAVIDES

Entrenado por Fernando Diniz, que ejecuta un doble comando entre la selección y Fluminense –semifinalista de la Copa Libertadores–, el demoledor Brasil, que había iniciado el camino al Estados Unidos-Canadá-México 2026 con un 5-1 a Bolivia, ensayó con su bagaje individual un juego de menor a mayor en el comienzo del partido en el estadio Nacional. La intensidad que impuso Perú en el inicio, con dominio de la pelota más que con acciones riesgo ante el arco de Ederson, agitó al público.

El nuevo ciclo al que lidera Juan Reynoso, que tomó el control después de la exitosa era que configuró Ricardo Gareca –devolvió a Perú a un Mundial, tras 36 años de ausencia–, afrontó la cita después de empatar con Paraguay, partido que resultó un gran desafío después de una tempranera expulsión a Luis Advíncula. Para medirse con el scratch los locales tuvieron movimientos en la formación: a la del lateral que recibió la tarjeta roja se sumaron las salidas de Miguel Araujo y Christofer Gonzáles para hacerles espacio a Aldo Corzo, Marcos López y Wilder Cartagena.

Sobre la conducción de Renato Tapia, la movilidad de André Carrillo, la experiencia de Paolo Guerrero –capitán al que le costó descubrir su lugar en la conexión futbolística– y las trepadas de Andy Polo, Perú insinuó superioridad sobre Brasil, que lentamente le tomó el pulso al juego y con menos tenencia hizo gala de su jerarquía. Hubo dos goles anulados: el primero, por una posición fuera de juego de Neymar, tras un pase de Casemiro en el inicio de la maniobra que convirtió Raphinha; el segundo, por off-side de Richarlison, luego de una asistencia de Bruno Guimarães. El atacante de Tottenham anotó, pero el VAR, con los argentinos Germán Delfino y Silvio Trucco, anuló el festejo, tras una decisión que se demoró seis minutos entre las múltiples revisiones y los trazos de las líneas para que el árbitro principal, Fernando Rapallini, señalara la infracción.

Neymar ofreció destellos de su jerarquía en el éxito de Brasil en el estadio Nacional, de la capital peruana.
Neymar ofreció destellos de su jerarquía en el éxito de Brasil en el estadio Nacional, de la capital peruana. - Créditos: @CRIS BOURONCLE

La profundidad de Brasil quedó también de manifiesto con una atajada del arquero Pedro Gallese a un remate cruzado de Neymar –en el encuentro con Bolivia se convirtió en el máximo goleador de la Canarinha– y una participación de Rodrygo que no encontró el arco. Del otro lado, Ederson no tuvo protagonismo para contener los avances locales, que se diluían a medida que la pelota se acercaba al área. Guerrero batallaba más que lo que jugaba y Carrillo quedaba aislado, lo que hacía más fácil la tarea de la defensa de Brasil, en particular de sus zagueros Marquinhos y Gabriel Magalhães.

Sin Christian Cuevas, no citado por Reynoso, y Gianluca Lapadula –operado por una lesión en el tobillo derecho–, Perú perdió peso por las ausencias. El ingreso de João Grimaldo, de 20 años, en el reinicio, fue una señal de la renovación que ejecuta el seleccionado albirrojo.

La propuesta de la posesión de Perú empezó a ceder ante la tentación de lanzar pelotazos para Guerrero o Carrillo, que debían controlar y aguantar el balón, a la espera de que se sumaran los volantes externos, que no siempre llegaban a tiempo para hacer las veces de apoyo. El control del juego era de Brasil, por el manejo y por cómo utilizaba ese dominio para posicionarse en el campo ajeno y empujar contra la valla de Gallese.

El capitán Paolo Guerrero, de 39 años, jugó el total de los minutos de Perú en las dos fechas de la eliminatoria; Marquinhos lo controla.
El capitán Paolo Guerrero, de 39 años, jugó el total de los minutos de Perú en las dos fechas de la eliminatoria; Marquinhos lo controla. - Créditos: @CRIS BOURONCLE

Con la tibieza del anfitrión, sin el impulso que ofreció en el primer tiempo, la situación de adormecimiento se trasladaba a las tribunas, donde la efervescencia no era la misma en la segunda etapa. Tampoco la preocupación por lo que generaba el Scratch infundía temor.

Con el ingreso de Gabriel Jesus por Richarlison, Diniz –para los dos partidos eligió los mismos titulares– hizo una modificación de puesto por puesto, a la caza del gol que se había multiplicado en el debut frente a Bolivia –el rival más flojo en las dos primeras fechas de la eliminatoria– pero que se negaba en Lima. Un remate de Raphinha desde fuera del área, tras un pase interior de Neymar, hizo lucirse a Gallese, que con un manotazo envió la pelota al córner. La acción era una muestra de que, con poco, Brasil se despertaba y generaba zozobra.

Rodrygo no tuvo el desequilibrio que había mostrado ante Bolivia en el estreno de la clasificación para el Mundial de 2026.
Rodrygo no tuvo el desequilibrio que había mostrado ante Bolivia en el estreno de la clasificación para el Mundial de 2026. - Créditos: @CRIS BOURONCLE

Los brujos locales ensayaron un ritual para perjudicar a Brasil. No consiguieron torcer la estadística, que es contundente: por eliminatorias, Perú nunca logró una victoria en 14 duelos, y apenas sumó cuatro empates. En el historial general cosechó escasos cinco triunfos sobre 51 partidos; el último festejo se dio hace cuatro años, con un tanto del defensor Luis Abram en Los Ángeles, aunque en un amistoso. Los hechiceros no lograron doblegar la jerarquía de Brasil, que se mostró en cuentagotas pero que con esas pinceladas mostró que está un par de pasos por encima de su rival y que tiene variado material para llegar a la cita de 2026.

La conexión fue perfecta: córner de Neymar y cabezazo de Marquinhos, dos líderes que se unieron en una jugada para que la Canarinha sumara dos triunfos en dos partidos y emparejara a la Argentina en lo más alto de la clasificación.

Compacto de la victoria in extremis de Brasil en Perú