Las elecciones en Venezuela tuvieron profundas irregularidades. Estas son algunas

Trabajadores electorales durante las elecciones del domingo en Caracas (Adriana Loureiro Fernandez/The New York Times)
Trabajadores electorales durante las elecciones del domingo en Caracas (Adriana Loureiro Fernandez/The New York Times)

Desde la intimidación de los votantes hasta la negativa a proporcionar recuentos en papel para verificar el resultado anunciado por el gobierno, las votaciones estuvieron plagadas de problemas.

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Ya estaba claro desde hacía meses que las elecciones presidenciales del domingo en Venezuela no serían libres ni justas, pues el gobierno encarceló a líderes de la oposición o los inhabilitó para presentarse como candidatos.

Pero a medida que avanzaba el día se hizo aún más evidente cuán defectuoso se había vuelto el proceso democrático del país, y por qué la declaración de victoria del líder autocrático, el presidente Nicolás Maduro, ha provocado tanta furia.

Intimidación de votantes

Por todo el país, ciudadanos, reporteros locales y periodistas de The New York Times observaron casos de intimidación de votantes.

Un altercado entre partidarios del gobierno y observadores electorales de la oposición el domingo en Caraca (Alejandro Cegarra/The New York Times)
Un altercado entre partidarios del gobierno y observadores electorales de la oposición el domingo en Caraca (Alejandro Cegarra/The New York Times)

A primera hora de la mañana, unos 15 hombres con chaquetas negras sin distintivos bloquearon temporalmente el acceso a un centro de votación en la capital, Caracas, según observó un periodista del Times. Un observador voluntario recibió un puñetazo.

Al final, la multitud empezó a exigir el derecho al voto y la larga fila empezó a avanzar hacia el interior, más de una hora y media después de la hora prevista para el inicio oficial de la votación.

En la ciudad de Maturín, al este del país, una mujer fue alcanzada por una bala cuando unos hombres en motocicleta pasaron disparando frente a una fila de personas que esperaban su turno para votar, según una exlegisladora, María Gabriela Hernández, quien se encontraba en el lugar de los hechos.

Y en otro centro de votación en la ciudad de Cumaná, al norte, unos 50 policías y guardias nacionales armados formaron una larga fila en el exterior, con cascos y chalecos antibalas, en lo que parecía una demostración de poder para cualquiera que se planteara votar contra el gobierno.

En la cercana ciudad de Carúpano, ciudadanos y periodistas locales dijeron que las fuerzas de seguridad del gobierno habían intentado quitar a un observador de la oposición y sustituirlo por otro que no había sido autorizado por la autoridad electoral del país.

Cambios de algunos centros de votación

Según Carlos Medina, quien ayuda a dirigir el Observatorio Electoral Venezolano, un grupo independiente, unos 17.000 venezolanos vieron cómo se cambiaban sus centros de votación en el último minuto.

Ese fue el caso de muchos votantes en Maracaibo, la segunda ciudad más grande de Venezuela.

Sonia Gómez, de 65 años, dijo que había consultado el sitio web del consejo electoral el sábado para verificar su centro de votación. Pero cuando llegó el domingo, los trabajadores electorales le dijeron que estaba inscrita en otro lugar.

Cinco personas en Cumaná dijeron que se había instalado un nuevo centro de votación no oficial en un centro comunitario. Un periodista de The New York Times que intentó entrar en el lugar fue detenido por partidarios del gobierno.

Centros de votación que permanecieron abiertos hasta tarde

Algunos centros de votación permanecieron abiertos más allá del final programado de la votación, dando a los miembros del partido de Maduro la oportunidad de reunir a los votantes que aún no habían emitido su voto.

“El voto opositor es más espontáneo, llega por sus propios medios”, dijo Medina. “En cambio, el voto oficialista tiene detrás una maquinaria que hace una movilización del voto”.

“Entonces dejaron los centros abiertos más tiempo”, agregó, “lo que le permite a la maquinaria tener más tiempo para continuar haciendo ese trabajo de búsqueda y movilización del voto en favor del oficialismo”.

Retención de los recuentos en papel

En Venezuela hay dos recuentos de votos, uno digital que recibe la autoridad electoral del país —dirigida por un aliado de Maduro— y otro en papel que imprime cada máquina de votación en las mesas de votación.

La oposición invirtió grandes sumas en un esfuerzo para que sus partidarios estuvieran presentes en cada centro de votación con el fin de obtener una copia impresa del recuento de votos de cada máquina tras el cierre de las urnas.

Este acceso es obligatorio según la ley electoral venezolana, y el recuento en papel suele ser la forma en que los ciudadanos pueden verificar que el recuento digital sea correcto.

Sin embargo, los funcionarios de algunos centros de votación se negaron a entregar las impresiones a los observadores electorales.

Así ocurrió en uno de los centros de votación más grandes de Caracas, la escuela Rafael Napoleón Baute de Petare, donde unas 15.000 personas estaban inscritas para votar.

En Maracaibo, los dirigentes locales dijeron que no habían podido obtener los recuentos en papel de todos los centros de votación de la región. En una escuela, el Colegio Gonzaga, los ciudadanos protestaron en el exterior, pidiendo a los funcionarios electorales que entregaran los recibos de los votos.

Sin todos los recuentos en papel, el país se quedó sin forma de verificar el resultado anunciado por el partido gobernante.

No se publica el recuento completo de votos

Poco después de la medianoche del lunes, la autoridad electoral del país anunció que Maduro había recibido el 51,2 por ciento de los votos, mientras que el principal candidato de la oposición, Edmundo González, había recibido el 44,2 por ciento, con el 80 por ciento de las mesas electorales escrutadas.

Pero el gobierno no publicó un recuento completo de los votos, y sus cifras no parecían coincidir con las estimaciones estadísticas basadas en recuentos parciales recogidos por observadores electorales de la oposición y otros datos que mostraban que el presidente perdía por un amplio margen. El miércoles, el gobierno aún no había facilitado el recuento completo de votos.

Los resultados fueron inmediatamente cuestionados por la oposición y por Estados Unidos y otros países del mundo, incluidos varios gobiernos políticos de izquierda latinoamericanos.

“Una de las garantías principales de nuestro sistema automatizado de votación es la auditabilidad, y la auditabilidad necesita fundamentalmente que se publiquen los resultados de las elecciones mesa por mesa para poder verificar el resultado”, dijo Medina. “De lo contrario es un acto de fe creer en un número u otro”.

“Si el Consejo Nacional Electoral del país no revela los resultados de cada máquina de votación”, añadió, “estaría diciendo implícitamente que no puede respaldar los números”.

c. 2024 The New York Times Company