El regreso de Nicolás Castillo, el futbolista que tenía un futuro brillante, pero las lesiones lo arruinaron

Nicolás Castillo en un América-Puebla de octubre de 2019. (Mauricio Salas/Jam Media/Getty Images)
Nicolás Castillo en un América-Puebla de octubre de 2019. (Mauricio Salas/Jam Media/Getty Images)

Nicolás Castillo vivía el mejor momento de su carrera en aquel verano de 2018. Se había convertido en un referente de Pumas de la UNAM. Con 25 años, el atacante chileno tenía todo para forjar una larga carrera de altos vuelos. Lo fichó el Benfica de Portugal, club experto en revender a sus joyas a precios estratosféricos. No era tan joven, pero sí estaba en plenitud. Sólo podía haber progreso a partir de ese momento. Su prestigio ya no era sólo regional –había sido goleador también en su país, con la Universidad Católica–.

Pero, al menos a nivel deportivo, su carrera empezó a vivir un declive. En Benfica no le fue bien. Como tantas veces pasa con jugadores emanados de la Liga MX, volvió al futbol mexicano apenas a los seis meses de haber partido. La sorpresa fue que no volvió a Pumas, sino al América. El movimiento fue interpretado como una traición y más porque Castillo había sido claro sobre sus intenciones futuras: "Sí. Obviamente que regresaría, el primer equipo que eligiría sería a Pumas", dijo a la prensa en octubre de 2018.

Menos de cuatro meses después, su fichaje con Las Águilas era una realidad. Parecía, más allá de una traición, un movimiento ideal para darle continuidad y solidez a su carrera: llegar al equipo campeón de México, en una liga que ya conocía, y con nuevas metas. Pero el camino empezó a llenarse de obstáculos desde el principio. Y fue ahí también cuando Castillo comenzó su martirio con las lesiones. Ya con Pumas había tenido problemas en un tobillo. Habían sido constantes (tres lesiones y una cirugía), pero lo máximo que llegó a estar sin jugar fueron dos meses.

En el América sufrió una fractura de peroné que lo alejó del campo dos meses de nuevo. Aún no empezaba el auténtico calvario. Fue tras una operación de una rotura del tendón del recto femoral del muslo derecho que todo empeoró. Luego de la operación, a inicios de 2020, Castillo, mientras se recuperaba, sufrió una trombosis que lo alejaría del futbol durante año y siete meses. No volvió a ser de utilidad para el América, que lo prestó al Juventude de Brasil para el segundo semestre de 2021. Fue sólo un formalismo, porque en diciembre de 2021 su estancia en Coapa llegó a su fin. No hubo tiempo para más. Partió a Necaxa, club experto en revalorizar carreras. No funcionó con él.

Durante el tiempo de recuperación, no sólo su carrera estuvo en entredicho: "No sabía si podía vivir o mover mi pierna. poca gente creyó que volvería a jugar y dejé todo en la recuperación. Hubo muchas lágrimas, peleas conmigo, gente del club y que hoy agradezco, porque por ellos estoy aquí y estuvieron aguantándome”, contó a ESPN en julio de 2021.

En febrero de 2022, Castillo quedó fuera del Necaxa pues la directiva juzgó que su salud no era buena y que no podría rendir en el campo. Desde entonces, el andino no encontró equipo de futbol hasta el actual enero de 2024. Volverá a su país y no a cualquier club: a la Universidad Católica, el club que lo formó, que vivió su despegar como jugador y ahora lo vuelve a arropar. Castillo quiere, a sus tres años, sentir el futbol otra vez.

Aunque no volvió a su mejor nivel, Castillo mantiene las ansías que lo llevaron a ser un delantero altamente cotizado en el ámbito continental. Y llegar a la Universidad Católica representa un gran tren para encauzar su carrera. Las lesiones acabaron con sus días más dulces en el futbol, pero él todavía tiene historias que contar. El tiempo ha pasado y su batalla está vigente. No quiere irse de este deporte sin haberle ganado la pelea a las malditas lesiones. Todavía puede jugar al futbol y ese es el milagro más importante.

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