El lado oscuro de la Copa Libertadores: repudiable agresión masiva a hinchas de Boca Juniors en Brasil

El lado oscuro de la Copa Libertadores: repudiable agresión masiva a hinchas de Boca Juniors en Brasil | Foto: EFE
El lado oscuro de la Copa Libertadores: repudiable agresión masiva a hinchas de Boca Juniors en Brasil | Foto: EFE

La Copa Libertadores entregará una nueva final este sábado. Los equipos que se jugarán la gloria continental serán Boca Juniors y Fluminense. Sin embargo, antes del partido, ya ha habido penosos incidentes que pasarán a la historia. Un grupo de barra bravas del Flu atacó a los fans de Boca Juniors que paseaban por la playa de Copacabana. En un video difundido en redes sociales, se puede ver el momento en el que inicia el ataque, ante la pasividad de la policía, que reaccionó muchos minutos después para hacer uso de balas de goma y gas lacrimógeno.

El ataque fue multitudinario y, por lo visto, planificado. Es importante recordar que la barra brava de Boca Juniors, La Doce, todavía no llegaba a Brasil al momento en el que se registraron estos hechos. Por lo tanto, no se trató de una pelea, como pasa en otras ocasiones, cuando las dos barras se provocan con anticipación. Fue un ataque directo a los aficionados comunes que portaban una playera de Boca Juniors. De igual modo, hay que que resaltar que la violencia la ejercieron los barra brava del Fluminense, no los aficionados comunes.

Los testimonios dan cuenta de lo sorpresivo que el ataque fue. Unos fans mexicanos, que el mes pasado habían sido criticados en redes sociales por hablar como argentinos, dieron detalles de lo que pasó: "Vinieron y nos robaron carteras, nos pegaban. Nos lanzaban sillas, palos. No viajamos para esto", contó uno de los fans. "Me robaron pasaportes, llaves del auto. Me pegaron. Mi señora está destrozada, le robaron todo", ahondó el padre del joven.

Tristemente, la violencia se ha vuelto a ganar la primera plana al momento de hablar de la Copa Libertadores. El último episodio de esta magnitud se había dado en 2018, cuando los jugadores de Boca Juniors fueron agredidos en su camino al Estadio Monumental, para jugar la Final de vuelta de aquel año. Su camión fue interceptado y los golpes con piedras rompieron los vidrios, causando así daños directos a los futbolistas xeneizes. La agresión ameritó la suspensión del partido que terminó jugándose dos semanas después en el Santiago Bernabéu de Madrid, un hecho inédito hasta entonces: que la Final del Torneo más importante de América se jugara en Europa.

Supuestamente, desde que la Final se juega a partido único, uno de los beneficios es que un sólo equipo no acapara toda la carga de gente. De esa forma, podrían evitarse incidentes —tomando en cuenta que cuando hay agresiones existe una disparidad entre el número de aficionados de cada equipo—. Pero eso no ha tenido utilidad aquí. Fluminense jugará en casa, en Río de Janeiro, en el Estadio Maracaná. La sede fue asignada desde antes, pero Fluminense llegó a la Final y ganó el derecho a jugar como local, sin serlo de manera oficial.

Aunque los hechos violentos no han faltado en estos años. Como la deplorable pelea en vestidores entre jugadores de Boca Juniors y Atlético Mineiro en 2021 en la que también hubo gas lacrimógeno y el defensa Marcos Rojo, de Boca, tomó un extintor para amagar con golpear a la delegación del Mineiro y a los policías. Las peleas dentro y fuera del campo forman parte inherente a este torneo. Las finales de 2010 y 2011, entre Inter-Chivas y Santos-Peñarol, respectivamente, acabaron en golpes. En 1991 Colo Colo y Boca fueron protagonistas de una pelea bárbara que sigue siendo recordada hasta la actualidad. A pesar de sus intentos por adoptar un aire europeo, con show de mediotiempo y partido único, la Conmebol sigue descuidando los aspectos más elementales para brindar una Final íntegra.

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