Rechazó a su hijo con síndrome de Down y se llevó una lección de vida

La lección más importante que aprendió el multimillonario Danny Mardell antes de su fallecimiento es que no podemos controlar todos los aspectos de nuestra vida. Lo tenía todo, una vida de champán, de mansiones y autos de alta gama, un abanico de hobbies con los que llenaba su tiempo libre, como el boxeo, deporte que practicaba como aficionado. Pero a este tipo duro le faltaba algo para que su vida tuviera sentido: recibir un gancho de izquierda que le pusiera los pies en la tierra.

Su primer hijo también se llama Danny y nació con síndrome de Down. A Mardell le costó mucho trabajo aceptar su situación y durante los primeros meses de vida de su bebé llegó a culparle por haber roto la armonía de su “vida perfecta”. todavía no era consciente de que aquella imperfección le tocaría una fibra que Mardell desconocía, la fibra de la sensibilidad.

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