EE.UU., la UE y la ONU participan en la coordinación de ayuda por la avalancha en Papúa

Sídney (Australia), 28 may (EFE).- Las agencias de ayuda de EE.UU., la Unión Europea (UE) y organismos de la ONU participaron este martes en una reunión de emergencia para coordinar la respuesta a la avalancha ocurrida el pasado viernes en Papúa Nueva Guinea que, según su Gobierno, sepultó a más de 2.000 personas.

La reunión tuvo lugar la mañana del martes con más de 50 participantes, entre otros la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) y la Agencia Europea de Ayuda Humanitaria (ECHO), según confirmaron a EFE desde la Organización Internacional para las Migraciones (IOM), también asistente.

Estas fuentes subrayaron la dificultad de llevar a cabo las tareas de búsqueda de víctimas debido a la inestabilidad del terreno, pues entre otros factores la avalancha cayó sobre una zona con canales de agua que mantienen el área húmeda y hacen que el alud siga deslizándose.

Asimismo, advierten del peligro de que esta situación derive en una crisis sanitaria a medida que los cuerpos enterrados vayan descomponiéndose, cuatro días después de que tuviera lugar el alud alrededor de las 3 de la madrugada del viernes (17.00 GMT del jueves).

El derrumbe de parte de una montaña por causas aún desconocidas, en una zona proclive a lluvias e inundaciones y en un país de gran actividad sísmica, impactó cerca de la mina de oro de Porgera, en la provincia de Enga, y sobre un poblado de la zona, a unos 600 kilómeros de Port Moresby.

Según una carta del Centro Nacional de Desastres del país enviada el lunes al coordinador de la ONU en Papúa Nueva Guinea, a la que tuvo acceso EFE, "más de 2.000 personas quedaron enterradas vivas" por la "masiva avalancha".

No obstante, fuentes de la ONU llaman a la prudencia en cuanto a las cifras, y la OIM, que tiene a seis trabajadores en la zona de la catástrofe, estimaba el domingo en unos 670 los posibles fallecidos por ser directamente impactados por la avalancha, si bien siguen trabajando para actualizar y cotejar los datos.

Tanto el Ministerio de Defensa papú como UNICEF calculan que el total de afectados, incluyendo aquellos que hayan perdido sus hogares o fuentes de ingresos, es de unos 4.000, entre ellos 1.550 niños, según la agencia de la ONU para la infancia.

A la dificultad de acceso a esta zona remota y montañosa de Papúa Nueva Guinea se suman las disputas tribales en el área, que acogía a desplazados por los conflictos y enfrentamientos en aldeas cercanas y que supone un obstáculo más para distribuir la ayuda humanitaria.

El Gobierno de Australia ofreció este martes un paquete de ayuda inicial de 2,5 millones de dólares australianos (1,7 millones de dólares estadounidenses o 1,5 millones de euros), así como el envío de tiendas de campaña, productos de higiene y apoyo específico para mujeres y niños.

Asimismo, Camberra informó de que enviará un equipo de expertos a Papúa Nueva Guinea para ayudar en la evaluación de los riesgos geológicos tras la avalancha.

Por su parte, China, el mayor socio comercial de Papúa Nueva Guinea, aseguró el martes que proveerá de asistencia al país en la medida de sus capacidades para las tareas de reconstrucción, sin especificar más detalles, mientras el presidente Xi Jinping transmitió sus condolencias. EFE

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