CARACAS.- Al grito de “¡Libertad!”, decenas de miles de venezolanos volvieron a lanzarse a las calles este martes en varios puntos del país para protestar masivamente contra la reelección del presidente de Nicolás Maduro, denunciada por fraudulenta, en una convocatoria opositora en la que aclamaron al candidato Edmundo González Urrutia como el nuevo presidente electo y que terminó en Caracas con detenciones masivas y violentos incidentes por la brutal represión policial, en enfrentamientos que dejaron en todo el país un saldo de 14 muertos (13 civiles y un sargento, según distintas ONG).

La Avenida Francisco de Miranda, a la altura de la sede de las Naciones Unidas, quedó tomada completamente por manifestantes que atendieron al pedido de la líder opositora María Corina Machado de defender “de manera pacífica y cívica” los resultados de una elección en la que aseguran que González Urrutia venció a Maduro por una abrumadora mayoría, y una ventaja casi 3,9 millones de votos.

A las 12, el horario estimado de cierre que dispuso la dupla, la marea opositora ocupaba cinco cuadras a lo largo de esta avenida principal en la urbanización de Altamira. Las banderas de Venezuela flameaban entre la multitud, que en su mayoría vestía remeras blancas, el color que caracteriza a la líder de la oposición. Las vuvuzelas congeniaban con los golpes de las cacerolas y otros utensilios metálicos que desde el lunes al mediodía no dejaron de hacerse oír en varios rincones de la capital luego de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamara de forma expeditiva a Maduro presidente.

Había familias enteras, niños, personas con sus mascotas. Nuevamente destaca la presencia de quienes decidieron bajar de los barrios populares, a pie o en moto, para reclamar por su voto unidos a los vecinos de las zonas más céntricas de la ciudad para pedir al unísono que se respete la voluntad del pueblo.

“Venimos de Petare. No nos para ni la lluvia. Queremos libertad, estamos cansados ya. Es la primera vez que se ve una concentración desde los barrios de Petare porque allí ya no tenemos miedo. Bajamos de los cerros más altos del estado de Miranda a venir a dar todo, descalzos, cansados, caminamos más de 10 kilómetros”, dijo a LA NACION Francisco Medina, de 33 años, oriundo de este barrio carenciado considerado el mayor de América Latina que se está convirtiendo en un ícono de las protestas.

“Teníamos mucho tiempo queriendo salir de este gobierno y les ganamos y no nos quieren reconocer el triunfo. Por eso estamos en la calle, para que reconozcan el triunfo del pueblo. Si ellos ganaron entonces que muestren las pruebas”, añade.

El grito por la libertad resuena a cada momento. “¡Y se cayó, y se cayó, este gobierno se cayó!”, canta la gente mientras espera pacientemente por la llegada del dúo opositor, sin saber a ciencia cierta si se harán presentes en la marcha. “Venezuela libre”; “Si los de abajo se mueven, los de arriba se caen”, “¡Nunca más dictadura por favor!”, rezan algunos carteles. Pegados en el tronco de un árbol, dos volantes ofrecen 15 millones de dólares por “información que conduzca al arresto” de Maduro y su número dos, Diosdado Cabello.

Rafael Ríos se presentó a la marcha junto a Matías, su nieto de 4 años, que lleva atada en su cuello una larga bandera de Venezuela. “Haber venido por él es por su futuro. Casi toda mi familia ya está fuera de Venezuela, prácticamente solo quedo yo. Ha sido muy duro, pero aquí estamos siempre defendiendo la democracia y nuestro país”, indica a LA NACION. “Matías, ¿y cómo dices tu?”, pregunta el abuelo al pequeño, que lo carga en sus hombros. “Libertad, libertad, libertad”, responde.

Vestido con su ambo celeste, el cardiólogo Carlos Ignacio Ponte decidió manifestarse en Altamira en nombre de la debacle sanitaria que enfrenta el país. “Los hospitales públicos, al servicio de los más necesitados, están absolutamente carentes de los recursos para las enfermedades que causan más muertes en Venezuela y en América Latina. Esto es por una pésima gestión de salud en los últimos 25 años. Pero el pueblo se cansó, reconoció y sabe quién es el responsable de que esto esté sucediendo. Se han robado el dinero de una manera obscena [...] el día 28 la gente decidió en la votación más grande en Venezuela”, declaró a LA NACION.

“Nos emocionamos al verlos”

Pasada las 13 algunos manifestantes parecían abandonar sus puestos en la calle para volver a sus hogares. Pero un grito célebre multitudinario los hizo detenerse: a lo lejos, se observa el camión que trae a María Corina Machado y a Edmundo González Urrutia junto a su comitiva. “¡Ya viene llegando! Nos emocionamos al verlos porque gracias a ellos podemos ser libres”, cuenta una joven con una sonrisa en su rostro. Los reciben con aplausos y puños en alto vitoreando lo que aseguran fue un triunfo abrumador. “¡Edmundo presidente!”, “¡Te amo, María Corina!”, exclaman.

“Venezuela tiene un nuevo presidente y es Edmundo González [...] Si nosotros lo hicimos porque no publicas las actas ellos”, insiste desde lo alto del transporte Machado, que el lunes afirmó que tenían más del 70% de las actas que evidenciarían el la victoria opositora, visibles en una página web que el régimen chavista bloqueó. Testigos de las mesas electorales alcanzan desde adentro del maremoto de gente las actas, que parecen ser un ticket, para evidenciar los votos que ellos mismos resguardaron el domingo electoral.

Represión

Para poner fin a una jornada pacífica, los presentes despidieron a la dupla opositora con agradecimientos y entonaron todos juntos las estrofas del himno nacional. Luego, una caravana de motorizados siguió su paso detrás del camión mientras las muchedumbre continuó a pie por la Avenida Francisco de Miranda. Fue durante esta caminata cuando el régimen chavista dio paso a la brutalidad. La Policía y la Guardia Nacional, con blindados y escudos antimotines, interceptó a los manifestantes y respondió con gases lacrimógenos y perdigones, recalentando las calles de Caracas.

Imágenes que circularon en redes sociales mostraron a los efectivos policiales golpeando violentamente a un manifestante en el piso, mientras otros capturaron el momento en el que detuvieron a cualquiera que estuviese en el lugar.

“¡Están disparando! ¡Suban, suban!”, gritaba desesperadamente un conductor, que alertaba a los motorizados que bajaban a toda velocidad de Altamira Norte tras despedir al vehículo que transportaba al equipo opositor. Los efectivos policiales sitiaron a la zona para detener la marcha de las motos y aprehender a los presentes.

Según declaró el Fiscal General de Venezuela, Tarek William Saab, 749 personas fueron detenidas, acusadas de delitos de terrorismo.

Tras los incidentes, Maduro, que se pronunció desde el balcón del Palacio de Miraflores ante la contramarcha convocada por su gobierno, ordenó un patrullaje militar y policial en todos los rincones del país y llamó a nuevas movilizaciones de sus simpatizantes para hacer frente a lo que el oficialismo considera un intento de golpe de Estado de “terroristas de extrema derecha”.