Di María encendió la alarma y salió lesionado, a pocos días de las eliminatorias; a Lautaro se le atragantó el gol en la Champions League
El cruce entre Inter y Benfica por la segunda fecha de la etapa de grupos de la Champions League reunía a tres argentinos campeones del mundo. Los 90 minutos, además del triunfo del equipo de Milán por un 1-0 que se quedó cortó para reflejar su amplia superioridad en el segundo tiempo, dejó consecuencias. Una preocupante, en función del seleccionado argentino, ya que Ángel Di María salió lesionado, con un molestia muscular en la pierna derecha, a los 34 minutos del segundo tiempo.
A nueve días de Argentina-Paraguay, por la tercera fecha de las eliminatorias, la incertidumbre rodea a la presencia de Fideo, que se quedó en el piso tras un pique en el que forcejeó con Calhanoglu. Mientras se tocaba la parte posterior del muslo, hacía gestos de contrariedad. Tras ser atendido, se retiró caminando a paso lento. Luego del cotejo del jueves 12 contra Paraguay en el Monumental, la Argentina se medirá el martes 17 con Perú, en Lima. Los estudios que le harán en las próximas horas serán determinantes para saber si Lionel Scaloni podrá incluirlo entre los convocados.
El comienzo de temporada de Di María en Benfica venía siendo positivo, con continuidad: suma cinco goles y dos asistencias en seis jornadas de la Liga de Portugal.
Del otro lado, en Inter, Lautaro Martínez pasó de un primer tiempo en el que estuvo desconectado a un segundo en el que su producción ofensiva aumentó exponencialmente. Tuvo cinco ocasiones de gol, pero se quedó con las ganas de extender su buena racha en la Serie A (9 tantos en siete fechas).
Una vez fue el travesaño, en otra un poste, luego un despeje de Nicolás Otamendi cuando ya había eludido al arquero Anatolii Trubin, que le tapó otras dos definiciones. Le falló la puntada final al bahiense, que en la primera jornada de la Champions había marcado el gol del 1-1 contra Real Sociedad.
Lo más destacado de Inter 1 - Benfica 0
Lautaro pasó de la abundancia del sábado, con cuatro goles en 27 minutos, al encierro de no tener la posibilidad de sacar un remate al arco en todo el primer tiempo. Es cierto, la envergadura de los rivales es diferente. La permeabilidad de Salernitana no es comparable con el dispositivo más compacto de Benfica. En esos primeros 45 minutos, Martínez apenas si tocó dos pelotas en el área rival. Cuando no estuvo bien custodiado por Otamendi y Morato, sus compañeros no lo buscaron en las escasas ocasiones que conseguía desmarcarse. Thuram y Calhanoglu se llevaron un par de gestos de fastidio del bahiense por intentar la maniobra individual y no pasarle la pelota.
Del saludo amistoso en el pasillo de los vestuarios del Giuseppe Meazza, y el apretón de manos en el círculo central como capitanes que participaron del sorteo, Lautaro y Otamendi pasaron a los roces propios de un enfrentamiento. Manotazos y empujones para defender la posición antes de la ejecución de un tiro libre en forma de centro. Nada que sobrepasara la tensión propia de un partido importante, aunque en el segundo tiempo hubo un encontronazo más fuerte. “Hablamos antes del partido; después, adentro, uno se olvida de todo. Ahora seguramente nos vamos a reencontrar”, expresó Martínez.
Recibido con silbidos por los hinchas de Inter por su pasado reciente en Juventus, a Di María tampoco le llegó el balón con asiduidad sobre la banda derecha del ataque portugués. En un primer tiempo chato y aburrido, Fideo sacudió el sopor con un córner olímpico que dio en el travesaño del arco de Sommer.
La segunda etapa fue otro partido, se agitó, sobre todo por mérito de Inter, que fue más intenso y agresivo. En esa nueva postura también se transformó Lautaro, más participativo. El desarrollo le deparó un par de golpes dolorosos. A los dos minutos, tras saltar sobre el defensor Bernat, cayó mal y al apoyar se dobló la mano derecha. Debió ser atendido, le vendaron el dedo pulgar y la muñeca. Minutos más tarde, se llevó otro golpe, ahora en el rostro, cuando estando en el suelo lo impactó Neres con la suela del botín.
Dentro del vendaval ofensivo, Inter encontró el gol con una definición de Marcus Thuram, tras un desborde con centro atrás desde la derecha.
El lamento de Lautaro por los goles que no convirtió fue mitigado por el triunfo, que pone a Inter como uno de los punteros del Grupo D. “Me sentí bien físicamente, ya que el fin de semana no había jugado todo el partido. Las cuatro situaciones que el sábado fueron adentro, hoy salieron. A veces es cuestión de suerte, y el arquero de ellos es muy bueno, además de que Nico (Otamendi) me sacó una. Lo importante es que ganamos. No me tocó marcar, pero pude ayudar al equipo desde otro lugar”, expresó Lautaro, elegido el mejor jugador del partido por la UEFA.