Un destacado líder del gabinete israelí de guerra desafía a Netanyahu por su estrategia en Gaza
Gadi Eisenkot, un miembro clave del gabinete de guerra israelí, acusó al primer ministro, Benjamin Netanyahu, de no decir la verdad sobre los objetivos militares del país en Gaza.
Netanyahu rechazó en público la presión de Estados Unidos en favor de un futuro Estado palestino e insistió en que la ofensiva continuará "hasta la completa victoria".
Pero Eisenkot –cuyo hijo murió combatiendo en Gaza– dijo que quienes abogan por la "derrota absoluta" de Hamás no están "diciendo la verdad".
El general retirado también afirmó que Netanyahu compartía una "clara y evidente responsabilidad" por no haber protegido a su país el 7 de octubre –cuando Hamás mató a unas 1.300 personas y tomó 240 rehenes en su ataque sorpresa contra el sur de Israel– e instó a la celebración de nuevas elecciones al considerar que "no hay confianza" en los actuales dirigentes de Israel.
Las tensiones dentro del gabinete –existen informes de que el primer ministro y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, apenas se hablan– se producen mientras aumenta el abismo entre Israel y sus aliados occidentales.
Tras los comentarios de Netanyahu sobre la creación de un Estado palestino, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, afirmó que EE.UU. e Israel "ven las cosas claramente de forma diferente".
El portavoz del Departamento de Estado estadounidense afirmó que no había forma de resolver los problemas de seguridad de Israel sin un Estado palestino.
Pero los comentarios de Netanyahu no son ninguna sorpresa.
Durante toda su carrera, se resistió a la creación de un Estado palestino y el mes pasado se jactó de estar orgulloso de haberlo impedido.
El desacuerdo con el gobierno de EE.UU. acentuará la sensación de su creciente aislamiento internacional, mientras las muertes en Gaza se acercan a las 25.000, según el Ministerio de Sanidad palestino dirigido por Hamás.
El "dormido" plan de crear dos Estados
EE.UU. ha intentado en repetidas ocasiones influir en la estrategia militar de Israel durante este conflicto instando a que se realicen más ataques de precisión en Gaza en lugar de ataques aéreos generalizados, retrasando o abandonando la invasión terrestre y entablando conversaciones significativas sobre una solución de dos Estados en la que Israel sería vecino de un futuro Estado palestino, con un papel para la Autoridad Palestina.
Pero Netanyahu rechazó estos llamamientos durante las tensas reuniones con funcionarios estadounidenses, lo que aumentó la frustración en algunos círculos de EE.UU. por el apoyo incondicional a Israel del presidente, Joe Biden.
En medio del alto número de muertes registradas en este conflicto, los aliados de Israel esperan que se pueda insuflar vida de nuevo al "dormido" plan de los dos Estados como única forma de crear una paz duradera.
Pero los comentarios de Netanyahu parecen mostrar que quiere todo lo contrario: una posición que espera que esté más alineada con un futuro gobierno de Donald Trump y que podría haber sido programada para conformar a su viejo amigo estadounidense y reunir a sus partidarios pro-Israel en un año electoral en EE.UU.
Dentro de Israel, un primer ministro cada vez más impopular está recurriendo a la extrema derecha que apuntala su gobierno. Según una encuesta reciente, solo el 15% de los israelíes quiere que mantenga su puesto después de la guerra.
Y aunque los israelíes siguen apoyando la acción militar contra Hamás, la mayoría dice ahora que quiere dar prioridad a traer de vuelta a casa a los cerca de 130 rehenes que quedan, por encima del objetivo casi imposible de destruir a Hamás.
Sus últimos comentarios sobre un futuro Estado palestino son también un repudio a los intentos árabes de mediar en el conflicto.
Arabia Saudí le ha ofrecido el premio de normalizar los lazos con Israel como parte de un acuerdo de alto el fuego que incluya una solución de dos Estados.
Pero el primer ministro israelí parece haber apostado su supervivencia política a una posición antipalestina de línea dura.
Ya no puede venderse como "Señor Seguridad" después de que los peores atentados de la historia de Israel ocurrieran bajo su mandato.
Ahora es el "Señor Palestina No Independiente": una postura que cree que encajará con el estado de ánimo de la opinión pública israelí que, aunque cada vez está más desenamorada de su primer ministro, sigue estando demasiado traumatizada para concebir un Estado palestino al lado.
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