Denver Nuggets, el campeón de la NBA que se forjó en ocho años con dos estrellas y un entrenador optimista
Tuvieron que pasar 46 años para que Denver Nuggets pueda consagrarse campeón de la NBA por primera vez en su historia. Su gran figura fue Nikola Jokic. Lo secundó Jamal Murray. Pero el resto de los intérpretes supieron encontrar sus roles en un equipo que tuvo a un líder paciente. El coach Michael Malone es quien lleva adelante este proceso desde hace ocho años, con sus altas y bajas. En esta temporada, el sueño de la franquicia de Colorado se hizo realidad con un categórico 4 a 1 en las finales ante Miami Heat, un equipo con orgullo y corazón, al que Denver neutralizó para dejar en claro por qué fue el mejor equipo del año en la NBA.
La temporada regular que disputaron los Nuggets hacía suponer de alguna manera que este año podía ser el de la conquista. El récord con el que logró el número 1 de la Conferencia Oeste no fue casualidad: 53 triunfos y 29 derrotas en los 82 partidos jugados. Luego llegaría el momento de los Playoffs. En la primera serie eliminó a Minnesota Tinberwolves (4 a 1). En la semifinal del Oeste, sacó a los Suns (4-2), y en la final de la conferencia barrió (4-0) a los Lakers de LeBron James.
Y en la final no la tenía nada fácil. Pero allí desplegó lo mejor de todo lo que tuvo en el año para derrotar en cinco juegos a los sorprendentes Heat, que llegaron a la definición desde el número 8 del Este con un equipo batallador, con muchas variantes ofensivas y un gran funcionamiento que ostenta desde hace muchos años de la mano de Erik Spoelstra, entrenador de la franquicia de Florida desde hace 15 años.
Y en la noche de la coronación, los Nuggets tuvieron que luchar hasta revertir recién en el último cuarto para imponerse 94-89. En su casa. Ante su gente, la que supo esperar tantos años. En el quinto episodio de la final brilló su estrella, Nikola Jokic, que convirtió 28 puntos y bajó 16 rebotes. Tras el partido, cuando todo era festejo en el Ball Arena, fue distinguido con el MVP al mejor jugador de las finales. Sus números en la postemporada fueron apabullantes: 30% de promedio en puntos por juego, 12,1% en rebotes y 7,3% asistencias.
Pero, para que Denver lograra levantar el preciado trofeo Larry O’Brien los Nuggets trabajaron su fórmula durante ocho años. El que colocó la piedra fundacional de este proceso fue el entrenador Mike Malone. El coach, de 51 años, se hizo cargo del equipo en la temporada 2015/2016 y muy despacio los resultados de un proceso comenzaron a verse. Al principio costó. Durante tres ligas, Denver no accedió a los Playoffs. Sin embargo, en su equipo comenzaron a aparecer los talentos provenientes del draft. En el mismo año que Malone asumió en la franquicia, apareció en Colorado un gigante serbio de 20 años. Su nombre era Nikola Jokic. Un año después, llegó un canadiense llamado Jamal Murray.
Sobre la pareja formada por Jokic y Murray, una frase quedó inmortalizada en Denver por parte de Malone: “Estos dos jugadores representan gran parte de nuestro futuro”. A partir de allí comenzarían a verse algunos resultados. En la temporada 2018/2019 quedó afuera en semifinales de la Conferencia Oeste, luego de caer ante Portland Trail Blazers (4-3). Un año después, la pandemia de Coronavirus azotó al mundo y detuvo la NBA, que volvió en formato de “burbuja”. Allí se vislumbró más de lo que pretendían los Nuggets. En Orlando, fueron una de las grandes sensaciones remontando dos eliminatorias en las que iba cayendo 3-1, frente a Jazz y Clippers. Sin embargo, los Lakers, que luego se consagrarían campeones, detuvieron su marcha. Pero para Malone, la historia continuaba: “Este grupo ha entendido que tiene la oportunidad de hacer algo realmente único. Les dije a mis jugadores que recuerden el dolor de esta eliminación, porque todos los grandes equipos pasan por ello algún día”.
La 2020/2021 parecía ser la temporada en la que los Nuggets iban a romper el maleficio de las más de cuatro décadas sin títulos. Con el argentino Facundo Campazzo en la plantilla, en lo que significaba su primera experiencia en la NBA, Denver tuvo una gran temporada regular, pero todo se iba a desvanecer el 12 de abril de 2021. A 40 días de los playoffs, Jamal Murray se rompió el ligamento cruzado anterior ante los Golden State Warriors. Su ausencia se sumó a las de otros titulares como Monte Morris y Will Barton. Ese año, los Nuggets fueron barridos por Phoenix en la semifinal del Oeste. La temporada siguiente, los de Colorado volvieron a sufrir con las lesiones. Sin Murray y sin Michael Porter Jr, todo se hizo mucho más cuesta arriba, y a pesar de que llegaron a los Playoffs, Golden State los eliminó en la primera ronda.
Sin embargo, tras esa eliminación, Mike Malone no se mostró débil y continuó con el mismo optimismo que venía pregonando: “Creo que el año que viene, si fichamos a buenos jugadores y estamos sanos, volveremos a ser un auténtico aspirante”. Y no se equivocó. El nombre de “Nuggets” se le otorgó al equipo en honor a las pepitas de oro y a la minería en el estado de Colorado. Y el que se encontró con ese metal precioso fue el propio coach que, con Jokic como líder, pudo recuperar a Murray tras 555 días de ausencia. También, volvió a tener en óptimas condiciones a Porter Jr. Supo encontrarle un rol diferente a Aaron Gordon, que había arribado al equipo en la mitad de la temporada anterior. Se reforzó con Bruce Brown y con el experimentado Kentavious Caldwell-Pope, y además encontró en Christian Braun al rookie que será parte de la continuidad del proceso.
Y el recorrido de estos ocho años sigue, porque con su estilo optimista, así lo marcó Malone tras ganar el título de la NBA: “El próximo paso después de campeón es ser una dinastía, así que no estamos satisfechos. Hemos conseguido algo que esta franquicia no había hecho antes, pero tenemos muchos jugadores talentosos y creo que acabamos de mostrar a lo largo de 16 victorias en estos playoffs de lo que somos capaces en el escenario más grande del mundo”. Con dos jugadores estrellas. Con roles asumidos por los demás jugadores y por la paciencia de su entrenador que dio en la tecla con el armado de la plantilla y supo explotar lo mejor de cada uno de ellos, el trofeo Larry O’Brien ya forma parte de la vitrina de la franquicia de Colorado.