Darío Verón, el eterno capitán que los Pumas extrañan y que nadie ha podido igualar

Darío Verón es recordado con mucho cariño por los aficionados de Pumas (Foto de: YURI CORTEZ/AFP via Getty Images)
Darío Verón es recordado con mucho cariño por los aficionados de Pumas (Foto de: YURI CORTEZ/AFP via Getty Images)

Pumas tiene años sin contar con un verdadero representante dentro del terreno de juego. Lejos han quedado las tardes donde la identidad del club era defendida a piedra y lodo por todos aquellos que se convirtieron en ídolos: García Aspe, Tuca, Manuel Negrete, Jorge Campos, Claudio Suárez, Sergio Bernal o Joaquín Beltrán. Desde hace un tiempo, el equipo del Pedregal ha tenido que batallar para volver a encontrar a un verdadero referente como ellos, además, que también pueda utilizar la cinta de capitán como un auténtico general, un líder nato que imponga sus propias condiciones y contagie a todo el equipo.

En la actualidad, Nicolás Freire ha portado el gafete desde que Alfredo Talavera y Efraín Velarde abandonaron al equipo en 2022. Desde ese entonces, el central argentino fue elegido como el capitán del equipo. Sin embargo, en las últimas horas ha rondado el rumor de que podría salir del cuadro universitario y a eso, los aficionados auriazules lo han tomado como una maldición que tiene el portar el gafete en Pumas. Desde 2018, todos aquellos que utilizan la cinta, no tardan en salir de la institución. Marcelo Díaz, Pablo Barrera, David Cabrera, Ignacio Malcorra, Alfredo Saldivar, Andrés Iniestra, Juan Pablo Vigón, Alfredo Talavera y Efraín Velarde, todos portaron el gafete y ninguno pudo volverse tan representativo.

Para encontrar el último futbolista ícono de Pumas que era llamado “El eterno capitán”, habría que remontarse a inicios del siglo. En 2003, un joven defensor paraguayo salió del Cobreloa de Chile con destino a Ciudad Universitaria. Con la fe ciega de algún éxito y garra guaraní en la sangre, Darío Verón llegó a Pumas y nunca nadie se iba a imaginar la marca que dejaría dentro del conjunto universitario. El dorsal número '4' tendría un solo dueño desde ese momento hasta el 2017. Luego de 14 años, el apellido Verón se bañó en oro dentro de la institución.

Darío había disputado un partido con el Cobreloa en los octavos de final de la Copa Libertadores a finales de la temporada 2002-2003 y en aquél momento, los rivales fueron los Pumas. Cobrerola eliminó a los universitarios, pero Darío dejó una sinigual impresión a los directivos mexicanos que, para el torneo siguiente, lo trajeron para vestirse de azul y oro. Poco a poco fue ganando adeptos en un equipo dirigido por nadie más que Hugo Sánchez, el máximo referente en la historia de los felinos y el mismo que les enseñó a competir, a dejar el alma en el campo y con quien consiguieron lo que ningún otro equipo había logrado conseguir, un bicampeonato en torneos cortos.

Verón pasó a ser nombrado como el “Hechicero” y con la figura de Joaquín Beltrán como el capitán, Darío era el segundo al mando e imponía una jerarquía como ningún otro. Era el mejor del equipo en juego aéreo, el mejor defensor y el del juego rudo. Cuando Beltrán dejó al equipo en para el Clausura 2006, no hubo siquiera discusión de quién sería el nuevo al mando. En aquel momento, no había supuestas “maldiciones con los capitanes” y el Hechicero lo dejó claro.

Como capitán de los Pumas demostró lo que en verdad era representar a una institución tan grande como es la Universidad. En los siguientes 11 años hubo pocos jugadores que pudieron destacar por encima de él, pero ninguno lo hizo en cuanto a su liderazgo y temple de acero. Su intensidad para defender su marco iniciaba desde el calentamiento previo a cada partido y terminaba hasta que la última alma abandonaba el estadio. En los últimos 20 años, Darío Verón fue un sinónimo del verdadero orgullo azul y oro.

Así como se entregaba en cada jugada para defender su marco, también tenía las virtudes para convertirse en el mejor rematador ofensivo y marcar goles, incluso en momentos sumamente importantes. Su trayectoria dentro del equipo auriazul se transmite en 14 años de trayectoria, cuatro títulos de Liga, un Campeón de Campeones, dos subcampeonatos de liga, subcampeón de la Copa Sudamericana y subcampeón de la Concacaf Liga de Campeones. Además de ser uno de los jugadores que ganaron el Trofeo Santiago Bernabéu al vencer a domicilio al Real Madrid.

Por más de 10 años, nadie pudo arrebatarle la cinta de capitán a Darío Anastacio. Poco habría que agregar a una trayectoria con los universitarios que se extendió a 533 partidos oficiales y cuando su ciclo se cerró al finalizar el Clausura 2017, la debacle cayó en el equipo. No ha existido ningún otro defensor central o capitán que pueda imitar lo que en algún momento Verón llegó a construir.

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