Cuernos jamás vistos: hallan un nuevo dinosaurio de hace 78 millones de años y lo bautizan en honor a un personaje de cómic
MADRID.– ¿Qué se obtiene al combinar a un controvertido personaje de cómic con un ancestro del Triceratops de hace 78 millones de años? Un Lokiceratops rangiformi. Este dinosaurio recién descubierto posee una característica muy particular: una variedad única de adornos en la cabeza, con los cuernos más grandes jamás vistos. El nombre de la especie, anunciado el pasado viernes en la revista científica PeerJ, se traduce como “cara con cuernos de Loki que se parece a un reno”.
El dinosaurio fue encontrado, identificado y nombrado por Joseph Sertich de la facultad de la Universidad Estatal de Colorado, y Mark Loewen, de la Universidad de Utah. Ambos autores nombraron a la nueva especie basándose en su inusual cornamenta en forma de cuchillas en la parte posterior de la gola –el escudo de hueso en la parte trasera del cráneo– y otros asimétricos que recuerdan a los que portan los renos de hoy; y que también se parecen a los del casco de Loki, el carismático embaucador de los cómics y películas de Marvel, que está inspirado en un dios de la mitología nórdica con el mismo nombre.
Los restos fósiles fueron encontrados en 2019 en una propiedad privada cerca de la frontera con Canadá, en el estado de Montana, Estados Unidos. La reconstrucción, en la que participaron los descubridores, se hizo a partir de fragmentos del tamaño de platos o aún más pequeños. Una vez que consiguieron ensamblar el cráneo, se dieron cuenta de que se trataba de una nueva especie. Este trabajo de reconstrucción e identificación es descripto por los autores como el mayor desafío. “La descripción del cráneo, una de las más detalladas jamás escritas, y las comparaciones con otros dinosaurios con cuernos alrededor del continente tomaron un año adicional”, explica el paleontólogo Sertich.
Se cree que Loki vivió hace unos 78 millones de años y que medía aproximadamente 6,7 metros de largo, con un peso que ronda las cinco toneladas. Durante su existencia –unos 12 millones de años antes que su pariente más famoso, el Triceratops– su hogar era un continente insular llamado Laramidia, ahora situado en lo que es América del Norte. Ahí se hallaron varios ejemplares de la familia ceratopsidae. “Este es el primer intervalo donde se han encontrado cinco dinosaurios con cuernos viviendo en el mismo lugar y tiempo”, dice Sertich. Este descubrimiento aporta novedades al estudio evolutivo, pues indica que un grupo puede evolucionar rápidamente a partir de un ancestro común en una pequeña región: “Esto es algo totalmente inesperado”, apunta el autor.
Lo que nos dicen los cuernos sobre los dinosaurios
Ligar y luchar. Estos son las dos principales funciones que tenían los cuernos de los dinosaurios. La exhibición de estos atributos servía para captar la atención de posibles parejas, como un anuncio de fuerza y salud. Otras teorías señalan que los utilizaban para enfrentarse a otros individuos de la misma especie o para proteger a estos herbívoros frente a los ataques de carnívoros. Algunas investigaciones sugieren que los triceratops lucharon entre ellos usando sus cráneos, como lo hacen los ciervos, las cabras y los antílopes en la actualidad.
El género con cornaduras al que pertenece el nuevo ejemplar, los centrosaurinos, es conocido por portar adornos extravagantes y llamativos. Sin embargo, Loki posee varias características únicas, como la ausencia de un cuerno en la nariz, otros enormes y curvos en forma de cuchillas en la parte posterior de la cabeza y una punta asimétrica en el medio. Los utilizaban más para exhibición que para defensa, postula Sertich. Fue el dinosaurio con cuernos más grande de su época.
La región que habitó y donde fue hallado el Lokiceratops, explica el autor, habría sido una llanura costera subtropical estacionalmente húmeda, cubierta de bosques frondosos mezclados con matorrales abiertos y pantanos. Este mundo de invernadero fue el entorno perfecto para estos animales durante casi 20 millones de años, con la productividad de las plantas sustentando al menos cinco especies de dinosaurios con cuernos al mismo tiempo, junto con herbívoros de tamaño similar y pico de pato. “Los adornos craneales son una de las claves para desbloquear su diversidad y demuestran que la selección evolutiva para exhibiciones vistosas contribuyó a la riqueza de los ecosistemas del Cretácico”, destaca.
Tras ser descubiertos, muchos fósiles se venden a museos por su valor estético como hermosas piezas de historia natural, explica Sertich. Ahora los restos de Loki se exhiben en el Museo de la Evolución, en el sur de Dinamarca. “Este recinto valora la ciencia y la investigación al mismo nivel que las exposiciones. Es increíblemente importante que descubrimientos como este vayan a museos que se preocupan por el acceso público a las colecciones y el acceso a los fósiles para estudio”, afirma el codescubridor del nuevo dinosaurio.
Por Verónica M. Garrido
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